DE OTRO MODO
ALEGRE, DIVERTIDA Y MUY PERSONAL. EL INTERIORISTA LUIS GARCÍA FRAILE REINVENTA EL RÚSTICO ANDALUZ EN ESTA RESIDENCIA GADITANA Y LE DA ALAS. ¡AHÍ ES NADA!
El interiorista Luis García Fraile da un twist al rústico andaluz en este proyecto gaditano con un punto verdaderamente chic.
SE ABRE EL TELÓN
El pasillo y la entrada están decorados con dos diseños de papeles pintados de Christopher Farr Cloth, en Pablo Torre, separados por una moldura lacada en el color Dayroom Yellow, de Farrow & Ball. Grandes puertas de cristal dan acceso al salón, con una estera a medida de KP. En el centro, taburetes de bambú vintage y una mesa de mimbre, procedente de La Fábrica de Hielo, sobre la que se exponen piezas de cerámica de Mestizo.
Tras varios años veraneando en Sotogrande, los propietarios de esta casa decidieron que era momento de tener algo propio en un lugar tan privilegiado de la provincia de Cádiz. El arquitecto Jaime Milans del Bosch les construyó una vivienda blanca –como mandan los cánones del Sur–, dividida en dos cuerpos. El primero, concebido como zona de recibo, incluye hall, cocina, salón y porche. El segundo, más privado, alberga los dormitorios.Y alrededor, un jardín espléndido, diseñado por el paisajista Álvaro de la Rosa con palmeras, buganvillas... El exterior y el interior se entremezclan y comunican continuamente a través de terrazas abiertas y cerramientos de cristal que favorecen el frescor y la ventilación cruzada.
Del programa interior se encargó el estudio LGF Spaces, con Luis García Fraile a la cabeza, junto a Quam Arquitectura. No cabe duda de quién ha capitaneado el proyecto, el estilo es inconfundible: alegre, funcional y con mucho color. «Como lo que yo siempre hago», ratifica García Fraile.
MUCHO MOVIMIENTO
La chimenea hace de separación entre las hornacinas pintadas en los tonos Cinder Rose y Brinjal, de Farrow & Ball. Dentro lucen corales de Sine Nomine. El espejo antiguo es de La Fábrica de Hielo. Frente a frente, pareja de sofás de Blasco, tapizados con tela de Christopher Farr Cloth, en Pablo Torre. De este mismo showroom proceden las cortinas de lino. Los estores son de Panno y los cojines, de Carolina Irving. Las mesas de centro, en roble natural y laca blanca, son un diseño de LGF Spaces. Sobre ellas, portavelas de bambú de Teklassic. Las butacas de ratán se compraron en Helena Egea.
LO NATURAL SE IMPONE
En esta zona de estar previa a los dormitorios, el sofá, de LGF Spaces, se ha vestido con lino de Pablo Torre; encima, cojín Prozac, de Jonathan Adler. La cómoda sueca y los taburetes son recuerdos de familia. La mesa en roble procede de Helena Egea; la silla de bambú y metal, de La Fábrica de Hielo; la consola de bambú, de Sine Nomine; y los jarrones, de Indietro. En la otra página, dos apliques de Sine Nomine escoltan la alacena del comedor. La mesa de roble es de Berenis y las vasijas de barro, de La Fábrica de Hielo. Los bancos, de LGF Spaces, llevan tela de Carolina Irving, en Pablo Torre. Abajo, paso al porche desde el jardín.
UN PORCHE PARA DISFRUTAR
Con un techo de madera y metal se ha creado un delicioso ambiente de tertulia en torno a una mesa con lebrillos antiguos, todo de La Fábrica de Hielo. El sofá y la butaca rosa son diseño del estudio LGF Spaces y la pareja de tumbonas de mimbre procede de Helena Egea. El taburete de metal se compró en Teklassic y la alfombra, en BSB.
¡QUÉ ESPECTÁCULO!
Un árbol del amor en plena floración cobija una pareja de esculturales butacas de fibra adquiridas en Sine Nomine. En la otra página, la cocina, moderna y cálida, es un diseño de LGF Spaces fabricado por Bida Kitchen Design. Está empapelada con un modelo de Christopher Farr Cloth, en Pablo Torre. Las sillas de bambú, de Helena Egea, se han tapizado con tela de Dedar. En la barra se colocaron taburetes de mimbre –obra de un artesano local– lacados por el estudio. Sobre la mesa, ramos de Flores Tobi.
La frescura buscada en una casa de vacaciones está bien representada por su optimista y elocuente paleta cromática, repleta de azules, verdes, amarillos, rosa y tonos pastel. Las paredes se han pintado en colores de Farrow & Ball o se han empapelado –incluida la cocina y algún baño– con diseños de Christopher Farr Cloth, distribuidos por Pablo Torre; para el dormitorio se ha elegido un papel japonés de Nobilis. Todo muy envolvente y amable, pero en absoluto excesivo, porque el contrapunto lo ponen el suelo de caliza blanca y un mobiliario sencillo y ligero que desahoga los espacios.
Materiales naturales, muebles vintage de ratán, bambú o mimbre junto a piezas familiares –una cómoda danesa, la alacena del comedor– componen un conjunto ecléctico con un divertido punto chic. Como guinda del pastel, los textiles: cortinas de flores, muebles tapizados y cojines de rayas contribuyen a dar mucho movimiento y viveza, pero sin romper un look tranquilo, de máximo relax.
GUIÑO REVIVAL
La cama en roble y las mesillas –todo diseño de LGF Spaces– aportan un aire setentero a este dormitorio. El color lo ponen el cabecero, con tela de Christopher Farr Cloth; las cortinas de lino rosa, de Pablo Torre; y la butaca de bambú roja, de La Fábrica de Hielo. La lámpara blanca procede de Meridiana. En la pared, cuadro de Rubén Rodrigo, en Galería Fernando Pradilla. En uno de los baños, revestido con microcemento, estor de paja de Andrés Sauceda.