LA CAJA DEL TESORO
VIVIR EN UN EDIFICIO EN MADRID DEL ARQUITECTO ANTONIO PALACIOS ES YA UNA BENDICIÓN. SI, ADEMÁS, LA ESENCIA DE SU INTERIOR SE MANTIENE –COMO HA LOGRADO LA REFORMA DE GÄRNA STUDIO–, LA VENTURA ES DOBLE.
Gärna Studio ha llevado a cabo un meticuloso proceso de restauración para conservar la esencia de un piso madrileño de principios de siglo construido por el maestro Antonio Palacios.
Entrar en una vivienda construida por el arquitecto Antonio Palacios –que trazó grandes edificios emblemáticos de Madrid a principios del siglo XX– sin duda emociona. Este sentimiento es el que atrapó a los actuales propietarios, que se enamoraron de su ubicación en el corazón del barrio de Chamberí, la maravillosa fachada exterior, su luminosidad, los elementos que se conservaban en el interior –molduras, cornisas, puertas, ventanas, contraventanas...– y el magnífico suelo de pino melis. «La casa llevaba mucho deshabitada y en ella se respiraba la esencia del edificio y del paso del tiempo», explica la arquitecta e interiorista Laura Gärna. «Por eso, quisimos que las obras alteraran este aspecto lo mínimo posible, llevando a cabo un trabajo de restauración más que de reforma», matiza. La distribución de los espacios apenas se tocó. Solo se planteó una cocina abierta para dar más amplitud al salón, que no gozaba de muchos metros pero sí de abundante luz natural, y se alzó un baño extra en un dormitorio para recibir invitados.
El estilo decorativo es acorde a la arquitectura que lo acoge, con piezas vintage –en su mayoría de estilo francés–, materiales naturales como el lino y líneas sencillas para que destaque alguna pieza especial, entre ellas, la escultura de palmera del salón.Tonos tierra, blancos y grises componen una armónica paleta neutra, con dosis de color muy ajustadas en los cuadros de Gärna Art Gallery o en elementos auxiliares: el amarillo de alguna lámpara, el rosa en el mármol de la mesa de la cocina y el verde en la mesita de forja del dormitorio y los arreglos florales. Solo en los baños se apostó por una solución más moderna, con suelo de Mortex, muebles blancos de líneas rectas diseño del estudio, y espejos de pared a pared para atrapar la luz. Las paredes sin adornos, únicamente con una discreta moldura o una obra de arte puntual, completan este espacio cálido y acogedor, sereno y tranquilo, en el que la sensación de paz se vive y se palpa.