DÍAS EN CALMA
Utilizando materiales y técnicas tradicionales artesanas, el estudio More Design puso en valor la historia de esta construcción rural en el interior de Mallorca.
EN ESTA VIEJA CONSTRUCCIÓN EN EL INTERIOR DE MALLORCA, EL DIRECTOR DE CINE SUECO ANDERS HALLBERG DISFRUTA UNA VIDA PLÁCIDA Y SENCILLA. EL ESTUDIO MORE DESIGN REALZÓ LA HISTORIA DE LA CASA CON MATERIALES LOCALES Y UN INTERIORISMO DE POCAS PIEZAS QUE DICEN MUCHO.
Naomi Campbell, Uma Thurman, Dustin Hoffman, Kate Moss... enamoraron a la cámara del director de cine y fotógrafo Anders Hallberg, pero el interior de Mallorca acabó de seducirla. Del ruido y ajetreo del Soho de Nueva York a la tranquilidad de una casa antigua de campo en Santa María del Camí, donde vivir y disfrutar de la naturaleza. Un drástico cambio de escenario que se entiende perfectamente al contemplar la vivienda que amorosamente ha restaurado, una construcción tradicional de 1687 que sobre el año 1900 se dividió en dos.«Primero compramos una y tardamos seis años en convencer a los siete propietarios diferentes de la otra mitad para que nos la vendieran y completar así la estructura original»,comenta el cineasta sueco.La primera parte se encontraba bien, pero la situación de la segunda era terrible después de sufrir varios incendios. Tres años de minucioso trabajo, mano a mano con el estudio de arquitectura e interiorismo More Design, han conseguido un resultado que cautiva.
La luz fue un problema importante. «Las casas antiguas de la isla están construidas para protegerse del sol en los meses de calor. Pocas ventanas. Nosotros queríamos aire que inundara las habitaciones y abrimos muchos tragaluces en el tejado. Así, la fachada no ha perdido su sabor», nos explica.
VANOS EN FORMA DE ARCO MARCAN EL PASO A LAS ESTANCIAS EN UN GUIÑO AL PASADO
Ahora, la nueva planta se acomoda a las necesidades de acoger a familia y amigos, y servir de estudio y lugar de residencia temporal para clientes, modelos, actores..., que reciben encantados «las verduras y frutas que cultivamos en la finca, además de las mermeladas y el aceite de oliva que elaboramos y etiquetamos con el nombre de La Huerta para que recuerden el lugar cuando vuelvan a su casa», comenta con pasión Anders Hallberg.
La vivienda reivindica el hacer constructivo mediterráneo, con materiales atávicos que se ponen en valor y el trabajo recuperado de muchos artesanos de la zona. Como ejemplo, los suelos de cantos rodados y guijarros colocados piedra a piedra, formando círculos en algunos casos. «El efecto es impresionante, pero resultó muy laborioso: con tres personas trabajando, sólo adelantábamos 1m2 al día», nos segura. El interior es atemporal, sencillo y austero, con materias primas locales –barro, cal, piedra, madera– y desnudo de adornos que distraigan de lo esencial: invocar la paz y el descanso. Otro tanto ocurre con el mobiliario, que alterna toques de diseño danés, elementos de obra y piezas adquiridas en mercadillos de la zona o en algunos de sus viajes.