La falta de lluvia hará caer la producción oleícola un 25%
La sequía ha hecho mella en la próxima cosecha de aceite de oliva, provocando pérdidas que ya son irreversibles, según Coag-andalucía. La falta de lluvias ha ocasionado que el olivar se encuentre en una situación de estrés hídrico que hará que la producción no sea la esperada. Esta organización agraria calcula que se va a perder entre un 20 y un 30% de la cosecha. La situación del olivar es negativa tanto en secano como en regadío. Así, una parte muy importante del olivar de secano está afectado por la sequía, hasta el punto de que el fruto se está momificando y cayendo al suelo, totalmente seco. En estos casos, los árboles se encuentran dañados de forma irreversible, sin posibilidad de recuperación para esta campaña y con posibilidad de que la escasez de agua acabe pasando factura en años futuros. Por lo que respecta a los olivos de riego, pese al agua que reciben, no consiguen la turgencia en el fruto porque éste vuelve a arrugarse a los pocos días, y la maduración no se está desarrollando de forma correcta. Ahora el que el fruto debe realizar su maduración y crear más cantidad de ácidos grasos. Sin embargo, la falta de agua lo está impidiendo.