El olivo silvestre prefiere el polen lejano para su reproducción
Científicos del Centro Ifapa Alameda del Obispo de Córdoba han determinado que los olivos silvestres o acebuches prefieren ser fecundados por plantas lejanas a su lugar de origen y situadas, a veces, a centenares de metros de distancia. Según recoge Fundación para el Conocimiento, estas preferencias «garantizan una mayor variabilidad genética» y aportan herramientas para planificar estrategias de conservación y uso de los recursos genéticos. Junto a estas conclusiones, recogidas en el artículo «Pollen-mediated gene flow and fine-scale spatial genetic structure in Olea europaea subsp. europaea var. Sylvestris», publicado en los expertos apuntan que esta elección influye en los cruzamientos, ya que permite disponer de información para localizar acebuches que no están emparentados, y se maximiza la variabilidad genética de dichos cruces. En el trabajo, que tuvo lugar en Alcalá de los Gazules (Cádiz), se realizó un método directo de medición del flujo directo por polen en una población de 225 acebuches. Entre ellos, se seleccionaron cinco plantas madres y de cada una de ellas se recogieron una veintena de semillas. Posteriormente, se extrajo el ADN de las hojas para comparar los perfiles moleculares de los árboles. A continuación, se realizó un «test de paternidad» a las plantas procedentes de la germinación de las semillas recogidas de las cinco madres para determinar la procedencia del polen, explican desde Fundación para el Conocimiento. El 57% de las semillas tenía al polen fuera de su zona, y el 43% restante había sido germinado con polen de plantas cercanas. Aunque la distancia media superaba los 100 metros, hubo acebuches que recibieron polen que procedía de una distancia de hasta 200 metros.