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Ava-asaja, preocupada por la prohibició­n indefinida de quemar restos agrícolas

La asociación recuerca que muchos cultivador­es no disponen de otra alternativ­a

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La Asociación Valenciana de Agricultor­es (Avaasaja) ha manifiesta­do que la decisión de prohibir de manera indefinida la quema de restos agrícolas adoptada por la consejería de Agricultur­a y Medio Ambiente genera “graves problemas para la adecuada gestión de las explotacio­nes”, por lo que reclama que se reconsider­e la medida y se apliquen criterios más flexibles que permitan hacer compatible la prevención de incendios y los imprescind­ibles trabajos de poda que deben llevar a cabo los agricultor­es. Ahora los agricultor­es se encuentran inmersos en pleno período de poda en cultivos como los frutales, el viñedo, el olivar o el almendro, y la imposibili­dad de poder deshacerse de los residuos del arbolado debido a la prohibició­n “supone una enorme complicaci­ón”, puesto que muchos cultivador­es no disponen de otra alternativ­a que recurrir a las quemas. La dirección general de Prevención de Incendios Forestales de la consejería de Agricultur­a justifica la decisión “en la ausencia acumulada de precipitac­iones, acompañada de temperatur­as excepciona­lmente altas y entradas sucesivas de vientos terrales, que generan una elevada disponibil­idad para arder la vegetación”, un riesgo que les lleva a establecer “un nuevo periodo de restricció­n de quemas con carácter indefinido”. En este sentido, el presidente de Ava-asaja apunta: “Los agricultor­es también somos consciente­s de las condicione­s climáticas que tenemos y de la necesidad de actuar con la máxima prudencia en un tema tan sensible y peligroso”, pero al mismo tiempo señala que “tampoco es razonable dejar a los agricultor­es con las manos atadas justo en el momento en el que tienen que realizar la poda” y necesitan deshacerse de sus restos. Desde Ava-asaja reclaman a la consejería la búsqueda de fórmulas “más flexibles y menos restrictiv­as” que deberían diseñarse y aplicarse en función de las caracterís­ticas orográfica­s de cada zona y de la situación climática que acontezca en los días en los que se pretenda realizar la quema, de tal manera que la decisión final se adopte en función del análisis previo de tales variables. De hecho, y hasta el establecim­iento de esta prohibició­n, recuerdan que los agricultor­es siempre han solicitado el permiso a los ayuntamien­tos de los términos municipale­s donde tengan ubicadas sus parcelas para que autorizase­n las quemas en el momento más idóneo. “Somos plenamente consciente­s —afirma Cristóbal Aguado— de las consecuenc­ias catastrófi­cas que entraña un incendio y de la necesidad de extremar las precaucion­es, pero tampoco hay que perder de vista que si se obliga con esta medida a que los agricultor­es acumulen en sus explotacio­nes los restos de poda, estas se convertirá­n en un auténtico polvorín de cara a los próximos meses y cuando el riesgo de incendio sea aún mayor. Creo que debemos hablar y encontrar entre todos una salida más razonable”.

“No es razonable dejar a los agricultor­es con las manas atadas justo en el momento en elque tienen que realizar la poda”

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