Manuel Hueso, diputado de empleo de la Diputación Provincial de Jaén
El momento presente, su alto nivel de exigencia para el sector oleícola, desde los ámbitos de la producción, la comercialización, la competitividad e incluso la sostenibilidad, requiere una equivalente necesidad de aportación de I+D más que nunca.
Esta perspectiva hecha a día de hoy responde a su vez al devenir de la última década que repasamos a continuación, de acuerdo a la propuesta de Oleo, que también nos reclama una visión respecto a cómo el Parque Científico-Tecnológico GEOLIT puede seguir siendo un instrumento útil para ello. A ningún sector productivo ha escapado el impacto de la crisis económica que hemos vivido, si bien en el caso de GEOLIT coincidió con el momento en que se estaban desarrollando proyectos de desarrollo de infraestructuras, centros de investigación y de implantación de empresas, llegando no obstante recientemente a una ocupación muy elevada de los dos edificios de los Centros Tecnológicos de Servicios Avanzados (CTSA1 y 2). Ello condujo a una situación de dificultad de la sociedad gestora del Parque, que ha devenido a lo largo de 2018, primero a la adquisición en su conjunto por la Diputación de Jaén, que antes de finalizar el año ha acabado con una gestión directa, con el objetivo de optimizar recursos. Haciendo de la necesidad virtud, en esa transición, la Diputación planteó un borrador de plan de actuación, especialmente a las entidades y empresas instaladas en GEOLIT –a las que también solicitó sus aportaciones-.
Nueva etapa
En esa remontada de la crisis, los tres últimos años sí han supuesto un crecimiento relevante en la implantación en el Parque, con el consiguiente aumento de empleos en el mismo. Y por ello, este plan de actuación debía acompañar dicho esfuerzo, para dar el salto de la etapa en la que GEOLIT ha propiciado la generación de espacio de innovación a otra en la que debe aportar valor al sector, como lo vienen haciendo en estos últimos años el centro tecnológico CITOLIVA, la Fundación del Olivar, el Centro de Estudios de Olivar de la UJA, el Laboratorio de Sanidad Vegetal, el Instituto de Formación Agraria y Pesquera o la Fundación de Caja Rural con Olivarum.
Por ello, entre las medidas contempladas en ese plan de actuación se encuentra obviamente su mantenimiento entre el conjunto de agentes del conocimiento andaluz -participando además de la Asociación Española de Parques Tecnológicos (APTE) y su internacional (IASP)- y sobre todo con especiales vínculos con los centros tecnológicos de la provincia. Obviamente será al sector oleícola al que atenderá, pero también deberá hacerlo al del plástico, al logístico y el metalmecánico o a otros sectores con los que GEOLIT ha logrado diversificarse, como son los de informática y telecomunicaciones, de servicios sociosanitarios o de ingeniería y energías renovables.
Precisamente sobre este último aspecto, el plan cuenta con otra medida relevante, como es la necesaria orientación hacia la bioeconomía y la economía circular, que no sólo es un factor de sostenibilidad sino que también puede suponer una oportunidad económica desde el punto de vista de la biomasa y los subproductos del olivar. A tal fin ya se colabora con la Consejería de Agricultura, al igual que se hace con la misma en el Digital Innovation Hub (DIH) del sector agroalimentario andaluz.
Oleoclúster
El oleoclúster conformado en GEOLIT, en el que sin duda debe tener protagonismo una vertiente específica de clúster de la maquinaria agrícola, incluye en el plan de actuación otras medidas de cooperación con el sector, como es hacerlo con CITOLIVA en una Escuela Oficial de Catas y la exploración de cuantos apoyos puedan obtenerse para ofrecer al sector avances en agricultura de precisión y 4.0, en trazabilidad y big data, etc.
La ubicación de GEOLIT junto a un nudo de comunicaciones al norte de la provincia de Jaén, la renovación de la apuesta de la Diputación por el parque y la vocación demostrada por las entidades y empresas del mismo, hacen presagiar un horizonte de crecimiento, que no está exento de las dificultades que con carácter general rodean al sector (precios y unificación de oferta, tecnificación, etc), pero que por las bondades innatas del producto, abre la puerta al optimismo.