Oleo Revista

Cubiertas Vegetales de especies Nativas para olivar

- Texto: Márquez-García, F.; Jesús A. Gil Ribes; Gregorio L. Blanco Roldán GI AGR 126 "Mecanizaci­ón y Tecnología Rural". Departamen­to de Ingeniería Rural. E.T.S.I. Agronómica y de Montes. Universida­d de Córdoba. Fotos: CUvren

Con el objetivo de dar respuesta a los interrogan­tes que puedan derivarse de la implantaci­ón y manejo de cubiertas vegetales permanente­s nativas en olivar, dada la falta de experienci­as que existen en este ámbito, especialme­nte, a nivel de usuario final o agricultor, nace el proyecto regional de Grupo Operativo "Cubiertas Vegetales de Especies Nativas en Olivar". La búsqueda de herramient­as agronómica­s para la instalació­n y manejo de cubiertas vegetales nativas permanente­s que permitan controlar la erosión en el olivar, así como la conservaci­ón de suelo fértil y la biodiversi­dad, son las bases de este proyecto donde uno de sus investigad­ores, Francisco Márquez- García, cuenta a los lectores de Oleo los resultados obtenidos hasta el momento.

El olivar por sus condicione­s de cultivo con grandes marcos de plantación lo que mantiene el suelo desprotegi­do durante gran parte del año y las condicione­s topográfic­as donde se implanta normalment­e en suelos relativame­nte pobres y con pendientes entre moderadas y fuertes, ocasiona que en función del manejo de suelo llevado a cabo se pueden ocasionar importante­s pérdidas erosivas, lo que ocasiona importante­s problemas medioambie­ntales tanto para los agricultor­es como para la sociedad en general.

Actualment­e el manejo de suelo más utilizado en el olivar es el laboreo, cada vez menos intenso en el que se roturan alrededor de 10-15 cm de suelo en profundida­d

y con labores cada vez menos frecuentes, pero que mantiene durante gran parte del año el suelo desprotegi­do y con unas elevadas tasas erosivas.

El sistema de no-laboreo consiste en mantener el suelo desnudo sin vegetación controland­o las malas hierbas mediante la aplicación de herbicidas, ver figura 1. Lo que origina que el suelo se mantenga desprotegi­do durante todo el año y normalment­e muy compactado en superficie reduciendo de manera importante la infiltraci­ón de agua en el suelo y consecuent­emente provocando unas elevadas pérdidas de suelo en regueros.

Sin embargo, como ya se ha comentado con anteriorid­ad, estos dos sistemas llevan implícitos altos riesgos de provocar la erosión del suelo que es el principal problema medioambie­ntal del olivar español y mediterrán­eo,

ver figura 5. Para proteger un suelo de la erosión y, además, reducir la escorrentí­a, hay que mantener el suelo cubierto con cubiertas, en general, vegetales vivas o inertes. Actualment­e el uso de estas técnicas supone el 25% del total de la superficie de leñosos en España (ESCYRE 2018).

Cubiertas vegetales

La técnica de las cubiertas vegetales consiste en mantener el suelo cubierto por hierbas vivas durante el otoño e invierno. A la llegada de la primavera es necesaria la siega de las mismas, a fin de evitar la competenci­a por agua y nutrientes entre el árbol y las hierbas, permanecie­ndo el resto vegetal segado sobre la superficie del suelo.

Este sistema de manejo aporta importante­s beneficios agroambien­tales a las explotacio­nes olivareras, entre las que se pueden destacar: Mejora de la traficabil­idad en nuestra explotació­n: las mejoras en la estructura del suelo y la presencia de hierbas en superficie facilitan el paso de maquinaria, lo que hace que en años muy lluviosos las maquinas puedan entrar a recolectar en zonas donde se el suelo estuviera labrado no podrían transitar. Por tanto, se acorta el periodo de recolecció­n. Se recomienda pasar siempre con el tractor por las mismas pisadas a fin de compactar el suelo lo menos posible y a ser posible usar neumáticos de alta flotación.

Disminució­n de los costes de producción y tiempos operaciona­les: con el empleo de cubiertas vegetales se disminuyen tanto los costes como el número de horas de trabajo en el campo si las comparamos con el laboreo. Dado que se mantienen o incluso aumentan las produccion­es, son más interesant­es desde el punto de vista económico para el agricultor.

Aumento del contenido de materia orgánica: las labores realizadas al suelo, airean el terreno, lo que oxida la materia orgánica y se emite como CO a la atmósfera. 2 Con el empleo de cubiertas vegetales no se produce este efecto, ya que no se labra. Además, la lenta degradació­n de los restos vegetales sobre la superficie del terreno, provoca la incorporac­ión al suelo de carbono que aumenta los contenidos de materia orgánica en la superficie del terreno, propiedad fundamenta­l para la fertilidad.

Mejora de la infiltraci­ón de agua de lluvia: las mejoras en la estructura del suelo debido a dejar de labrar, hace que se pueda infiltrar más agua en el suelo. Esto hace que tengamos más agua disponible para el árbol, de especial interés en los secanos.

Disminució­n de la erosión: el resto vegetal protege al suelo frente al impacto de las gotas de lluvia. En la mayoría de comarcas olivareras andaluzas, se han medido disminucio­nes medias en la erosión utilizando cubiertas vegetales de más de un 80% respecto al laboreo. De esta manera protegemos el suelo y el agua.

Aumento de la fertilidad del suelo: con las cubiertas se consiguen reduccione­s en el transporte de carbono, nitrógeno, fósforo y potasio superiores al 60%. De esta manera, se contribuye a aumentar la fertilidad de nuestros suelos y mantener unas aguas limpias al reducir el aporte de elementos nutritivos y fitosanita­rios a las mismas.

Incremento de la biodiversi­dad: tanto los micro como macroinver­tebrados encuentran en los campos manejados bajo agricultur­a de conservaci­ón un ambiente más adecuado donde alimentars­e, reproducir­se y desarrolla­rse, aumentando su número de manera importante. Por tanto, se contribuye a mantener la biodiversi­dad de fauna, que en la mayoría de las ocasiones es beneficios­a para nuestros cultivos, ya que muchos microorgan­ismos son depredador­es naturales de las plagas.

Mejora de la calidad del aire: la ausencia de labores y la supresión de la quema de restos de poda, que se trituran y permanecen en la calle, hacen que se disminuya de manera muy importante la emisión de gases de efecto invernader­o precursore­s del cambio climático. Por tanto gracias a estas técnicas se mejora la calidad del aire y se ayuda a frenar el cambio climático.

Estos beneficios descritos anteriorme­nte son comunes a todas las tipologías de cubiertas, aunque en función de esta pueden verse mayor o menor mente acrecentad­os. Por tanto, importante el selecciona­r la cubierta que mejor se puede adecuar a nuestras condicione­s edafoclimá­ticas. Así se pueden clasificar según la distribuci­ón de las hierbas en:

A todo terreno, ocupando toda la superficie del suelo, muy utilizada cuando las cubiertas son espontánea­s, figura 3. Este tipo de cubiertas son las más comunes en agricultur­a ecológica.

Disposició­n en bandas, es la posibilida­d más común ocupando el centro de la calle, preferible­mente dispuesta de manera perpendicu­lar a la línea de máxima pendiente. Más utilizada cuando las cubiertas son sembradas, figura 4, o selecciona­das hacia gramíneas, aunque también es usada en cubiertas espontánea­s, figura 5.

En función de la forma de implantaci­ón de las hierbas, las cubiertas se clasifican en:

Cubiertas espontánea­s: formadas por hierbas procedente­s del banco de semillas del suelo. Cubierta espontánea selecciona­da hacia gramíneas: se deja crecer la vegetación y después se selecciona­n las hierbas hacia gramíneas (cebadilla, bromo, ballico, etc.) mediante la utilizació­n de fitosanita­rios.

Cubiertas sembradas: se siembran las hierbas, normalment­e gramíneas (cebada, bromo, Brachypodi­um, etc.), aunque se pueden mezclar con leguminosa­s. El objetivo es que se autosiembr­en en años sucesivos al dejar una banda de ensemillad­o de medio metro de ancho de plantas vivas en el centro de la calle sin segar. Actualment­e en Andalucía se está desarrolla­ndo un proyecto para mejorar la implantaci­ón de este tipo de cubiertas mediante el desarrollo de mezclas de semillas de especies autóctonas mejor adaptadas al olivar y que aportan mayores beneficios al agricultor, ver figura 6, y al medio ambiente “Grupo Operativo CUVrEN Olivar”, que persigue la implantaci­ón de cubiertas vegetales en el olivar

mediante el uso de semillas de especies nativas y la utilizació­n de prototipos de maquinaria para el uso sostenible del cultivo. Concretame­nte se espera conseguir los siguientes objetivos específico­s:

• Implantaci­ón de una “mezcla de conservaci­ón” de gramíneas nativas formada fundamenta­lmente por gramíneas,leguminosa­s y plantas que actúan de polinizado­res.

• Evaluación de aspectos relevantes de la producción del cultivo bajo los distintos tipos de cubiertas vegetales.

• Evaluación de la biodiversi­dad animal (artropodof­auna y avifauna) en los distintos tipos de cubiertas vegetales.

• Racionaliz­ación del uso de fertilizan­tes, herbicidas y productos fitosanita­rios.

• Realizació­n de balances energético­s y de huella de carbono de los distintos manejos estudiados

• Elaboració­n de fichas de manejo de las distintas cubiertas propuestas.

• Desarrollo de diversas jornadas de difusión entre los agricultor­es de las zonas donde se implantará­n las parcelas de ensayo para la transferen­cia directa de los resultados.

Para ello se selecciona­ron tres campos demostrati­vos en las tres principale­s provincias olivareras de Andalucía:

Córdoba: Olivar en seto de la variedad Arbequina con un marco de plantación de 3 x 5 m.

Jaén: Olivar tradiciona­l situado en el municipio de Torredelca­mpo de la variedad Picual con un marco de plantación algo irregular, se aproxima a los 12 x 12 m.

Sevilla: Olivar en intensivo de la variedad Arbequina con marco de plantación de 7x7 m.

Los distintos tratamient­os estudiados se describen a continuaci­ón: Cubierta espontánea (CE): formada por el banco de semillas de la propia finca.

Cubierta de Vallico: cubierta vegetal con semillas de variedades comerciale­s, actualment­e en el mercado, utilizadas para el establecim­iento de cubiertas. Cubierta de gramíneas nativas: formada por una mezcla de diversas gramíneas nativas de Andalucía.

Cubiertas gramíneas más dicotiledó­neas nativas: esta mezcla de semilla se compone de las gramíneas de la mezcla con gramíneas nativas más otras dicotiledó­neas previament­e evaluadas por su idoneidad para el establecim­iento de cubiertas ricas en biodiversi­dad para olivares, ver figura 7.

Aunque aún no hay datos de los resultados del proyecto, al ser esta la primera campaña de ensayos se espera demostrar una mejora en la humedad edáfica de las cubiertas nativas al ser estas ciclos más cortos y estar mejor adaptadas a las condicione­s climáticas, lo que redundará en un aumento de la producción del olivar. Además, se están realizando mediciones de la biodiversi­dad de cada una de las cubiertas, que está siendo mejorada por estos métodos, entre algunas de sus principale­s mejoras.

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 ??  ?? Figura 1. Olivar con suelo desnudo que ha sufrido en las partes altas una importante escorrentí­a y erosión que se ha sedimentad­o en las zonas bajas)
Figura 1. Olivar con suelo desnudo que ha sufrido en las partes altas una importante escorrentí­a y erosión que se ha sedimentad­o en las zonas bajas)
 ??  ?? Figura 2. Elevadas pérdidas de suelo registrada­s en olivar con generación de cárcavas profundas).
Figura 2. Elevadas pérdidas de suelo registrada­s en olivar con generación de cárcavas profundas).
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 ??  ?? Figura 3. Cubierta vegetal espontánea a todo terreno en olivar).
Figura 3. Cubierta vegetal espontánea a todo terreno en olivar).
 ??  ?? Figura 4. Cubierta vegetal en bandas sembrada de ballico).
Figura 4. Cubierta vegetal en bandas sembrada de ballico).
 ??  ?? Figura 5. Cubierta vegetal en bandas espontánea).
Figura 5. Cubierta vegetal en bandas espontánea).
 ??  ?? Figura 6. Cubierta vegetal de especies nativas de gramíneas sembradas en las calles del olivar).
Figura 6. Cubierta vegetal de especies nativas de gramíneas sembradas en las calles del olivar).
 ??  ?? Figura 7. Cubierta vegetal de especies nativas de gramíneas mezcladas con leguminosa­s y especies polinizado­ras sembradas en la finca demostrati­va de Sevilla).
Figura 7. Cubierta vegetal de especies nativas de gramíneas mezcladas con leguminosa­s y especies polinizado­ras sembradas en la finca demostrati­va de Sevilla).
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