Cubiertas Vegetales de especies Nativas para olivar
Con el objetivo de dar respuesta a los interrogantes que puedan derivarse de la implantación y manejo de cubiertas vegetales permanentes nativas en olivar, dada la falta de experiencias que existen en este ámbito, especialmente, a nivel de usuario final o agricultor, nace el proyecto regional de Grupo Operativo "Cubiertas Vegetales de Especies Nativas en Olivar". La búsqueda de herramientas agronómicas para la instalación y manejo de cubiertas vegetales nativas permanentes que permitan controlar la erosión en el olivar, así como la conservación de suelo fértil y la biodiversidad, son las bases de este proyecto donde uno de sus investigadores, Francisco Márquez- García, cuenta a los lectores de Oleo los resultados obtenidos hasta el momento.
El olivar por sus condiciones de cultivo con grandes marcos de plantación lo que mantiene el suelo desprotegido durante gran parte del año y las condiciones topográficas donde se implanta normalmente en suelos relativamente pobres y con pendientes entre moderadas y fuertes, ocasiona que en función del manejo de suelo llevado a cabo se pueden ocasionar importantes pérdidas erosivas, lo que ocasiona importantes problemas medioambientales tanto para los agricultores como para la sociedad en general.
Actualmente el manejo de suelo más utilizado en el olivar es el laboreo, cada vez menos intenso en el que se roturan alrededor de 10-15 cm de suelo en profundidad
y con labores cada vez menos frecuentes, pero que mantiene durante gran parte del año el suelo desprotegido y con unas elevadas tasas erosivas.
El sistema de no-laboreo consiste en mantener el suelo desnudo sin vegetación controlando las malas hierbas mediante la aplicación de herbicidas, ver figura 1. Lo que origina que el suelo se mantenga desprotegido durante todo el año y normalmente muy compactado en superficie reduciendo de manera importante la infiltración de agua en el suelo y consecuentemente provocando unas elevadas pérdidas de suelo en regueros.
Sin embargo, como ya se ha comentado con anterioridad, estos dos sistemas llevan implícitos altos riesgos de provocar la erosión del suelo que es el principal problema medioambiental del olivar español y mediterráneo,
ver figura 5. Para proteger un suelo de la erosión y, además, reducir la escorrentía, hay que mantener el suelo cubierto con cubiertas, en general, vegetales vivas o inertes. Actualmente el uso de estas técnicas supone el 25% del total de la superficie de leñosos en España (ESCYRE 2018).
Cubiertas vegetales
La técnica de las cubiertas vegetales consiste en mantener el suelo cubierto por hierbas vivas durante el otoño e invierno. A la llegada de la primavera es necesaria la siega de las mismas, a fin de evitar la competencia por agua y nutrientes entre el árbol y las hierbas, permaneciendo el resto vegetal segado sobre la superficie del suelo.
Este sistema de manejo aporta importantes beneficios agroambientales a las explotaciones olivareras, entre las que se pueden destacar: Mejora de la traficabilidad en nuestra explotación: las mejoras en la estructura del suelo y la presencia de hierbas en superficie facilitan el paso de maquinaria, lo que hace que en años muy lluviosos las maquinas puedan entrar a recolectar en zonas donde se el suelo estuviera labrado no podrían transitar. Por tanto, se acorta el periodo de recolección. Se recomienda pasar siempre con el tractor por las mismas pisadas a fin de compactar el suelo lo menos posible y a ser posible usar neumáticos de alta flotación.
Disminución de los costes de producción y tiempos operacionales: con el empleo de cubiertas vegetales se disminuyen tanto los costes como el número de horas de trabajo en el campo si las comparamos con el laboreo. Dado que se mantienen o incluso aumentan las producciones, son más interesantes desde el punto de vista económico para el agricultor.
Aumento del contenido de materia orgánica: las labores realizadas al suelo, airean el terreno, lo que oxida la materia orgánica y se emite como CO a la atmósfera. 2 Con el empleo de cubiertas vegetales no se produce este efecto, ya que no se labra. Además, la lenta degradación de los restos vegetales sobre la superficie del terreno, provoca la incorporación al suelo de carbono que aumenta los contenidos de materia orgánica en la superficie del terreno, propiedad fundamental para la fertilidad.
Mejora de la infiltración de agua de lluvia: las mejoras en la estructura del suelo debido a dejar de labrar, hace que se pueda infiltrar más agua en el suelo. Esto hace que tengamos más agua disponible para el árbol, de especial interés en los secanos.
Disminución de la erosión: el resto vegetal protege al suelo frente al impacto de las gotas de lluvia. En la mayoría de comarcas olivareras andaluzas, se han medido disminuciones medias en la erosión utilizando cubiertas vegetales de más de un 80% respecto al laboreo. De esta manera protegemos el suelo y el agua.
Aumento de la fertilidad del suelo: con las cubiertas se consiguen reducciones en el transporte de carbono, nitrógeno, fósforo y potasio superiores al 60%. De esta manera, se contribuye a aumentar la fertilidad de nuestros suelos y mantener unas aguas limpias al reducir el aporte de elementos nutritivos y fitosanitarios a las mismas.
Incremento de la biodiversidad: tanto los micro como macroinvertebrados encuentran en los campos manejados bajo agricultura de conservación un ambiente más adecuado donde alimentarse, reproducirse y desarrollarse, aumentando su número de manera importante. Por tanto, se contribuye a mantener la biodiversidad de fauna, que en la mayoría de las ocasiones es beneficiosa para nuestros cultivos, ya que muchos microorganismos son depredadores naturales de las plagas.
Mejora de la calidad del aire: la ausencia de labores y la supresión de la quema de restos de poda, que se trituran y permanecen en la calle, hacen que se disminuya de manera muy importante la emisión de gases de efecto invernadero precursores del cambio climático. Por tanto gracias a estas técnicas se mejora la calidad del aire y se ayuda a frenar el cambio climático.
Estos beneficios descritos anteriormente son comunes a todas las tipologías de cubiertas, aunque en función de esta pueden verse mayor o menor mente acrecentados. Por tanto, importante el seleccionar la cubierta que mejor se puede adecuar a nuestras condiciones edafoclimáticas. Así se pueden clasificar según la distribución de las hierbas en:
A todo terreno, ocupando toda la superficie del suelo, muy utilizada cuando las cubiertas son espontáneas, figura 3. Este tipo de cubiertas son las más comunes en agricultura ecológica.
Disposición en bandas, es la posibilidad más común ocupando el centro de la calle, preferiblemente dispuesta de manera perpendicular a la línea de máxima pendiente. Más utilizada cuando las cubiertas son sembradas, figura 4, o seleccionadas hacia gramíneas, aunque también es usada en cubiertas espontáneas, figura 5.
En función de la forma de implantación de las hierbas, las cubiertas se clasifican en:
Cubiertas espontáneas: formadas por hierbas procedentes del banco de semillas del suelo. Cubierta espontánea seleccionada hacia gramíneas: se deja crecer la vegetación y después se seleccionan las hierbas hacia gramíneas (cebadilla, bromo, ballico, etc.) mediante la utilización de fitosanitarios.
Cubiertas sembradas: se siembran las hierbas, normalmente gramíneas (cebada, bromo, Brachypodium, etc.), aunque se pueden mezclar con leguminosas. El objetivo es que se autosiembren en años sucesivos al dejar una banda de ensemillado de medio metro de ancho de plantas vivas en el centro de la calle sin segar. Actualmente en Andalucía se está desarrollando un proyecto para mejorar la implantación de este tipo de cubiertas mediante el desarrollo de mezclas de semillas de especies autóctonas mejor adaptadas al olivar y que aportan mayores beneficios al agricultor, ver figura 6, y al medio ambiente “Grupo Operativo CUVrEN Olivar”, que persigue la implantación de cubiertas vegetales en el olivar
mediante el uso de semillas de especies nativas y la utilización de prototipos de maquinaria para el uso sostenible del cultivo. Concretamente se espera conseguir los siguientes objetivos específicos:
• Implantación de una “mezcla de conservación” de gramíneas nativas formada fundamentalmente por gramíneas,leguminosas y plantas que actúan de polinizadores.
• Evaluación de aspectos relevantes de la producción del cultivo bajo los distintos tipos de cubiertas vegetales.
• Evaluación de la biodiversidad animal (artropodofauna y avifauna) en los distintos tipos de cubiertas vegetales.
• Racionalización del uso de fertilizantes, herbicidas y productos fitosanitarios.
• Realización de balances energéticos y de huella de carbono de los distintos manejos estudiados
• Elaboración de fichas de manejo de las distintas cubiertas propuestas.
• Desarrollo de diversas jornadas de difusión entre los agricultores de las zonas donde se implantarán las parcelas de ensayo para la transferencia directa de los resultados.
Para ello se seleccionaron tres campos demostrativos en las tres principales provincias olivareras de Andalucía:
Córdoba: Olivar en seto de la variedad Arbequina con un marco de plantación de 3 x 5 m.
Jaén: Olivar tradicional situado en el municipio de Torredelcampo de la variedad Picual con un marco de plantación algo irregular, se aproxima a los 12 x 12 m.
Sevilla: Olivar en intensivo de la variedad Arbequina con marco de plantación de 7x7 m.
Los distintos tratamientos estudiados se describen a continuación: Cubierta espontánea (CE): formada por el banco de semillas de la propia finca.
Cubierta de Vallico: cubierta vegetal con semillas de variedades comerciales, actualmente en el mercado, utilizadas para el establecimiento de cubiertas. Cubierta de gramíneas nativas: formada por una mezcla de diversas gramíneas nativas de Andalucía.
Cubiertas gramíneas más dicotiledóneas nativas: esta mezcla de semilla se compone de las gramíneas de la mezcla con gramíneas nativas más otras dicotiledóneas previamente evaluadas por su idoneidad para el establecimiento de cubiertas ricas en biodiversidad para olivares, ver figura 7.
Aunque aún no hay datos de los resultados del proyecto, al ser esta la primera campaña de ensayos se espera demostrar una mejora en la humedad edáfica de las cubiertas nativas al ser estas ciclos más cortos y estar mejor adaptadas a las condiciones climáticas, lo que redundará en un aumento de la producción del olivar. Además, se están realizando mediciones de la biodiversidad de cada una de las cubiertas, que está siendo mejorada por estos métodos, entre algunas de sus principales mejoras.