Oleo Revista

Entrevista a Manuel Pérez Ruiz. Director de la Cátedra Corteva y Director del Máster en Agricultur­a Digital e Innovación Agroalimen­taria de la Universida­d de Sevilla

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¿Qué es la Cátedra Corteva? La Cátedra en agricultur­a digital y sostenibil­idad, Cátedra Corteva, es una alianza entre la Universida­d de Sevilla y Corteva Agriscienc­eTM creada para mejorar la sostenibil­idad y la seguridad alimentari­a en el sector agro a través de la transforma­ción digital. Para ello, se han planteado 3 grandes líneas de actuación: la primera es la más amplia e incluye las acciones de divulgació­n, transferen­cia de conocimien­to e inteligenc­ia de negocio, la segunda es imprescind­ible y se centra en la promoción de la formación, y la tercera consiste en facilitar la investigac­ión y el desarrollo de la agricultur­a de precisión. En base a estos tres pilares, estamos desarrolla­ndo un plan de acciones muy completo para este primer curso de la cátedra. Desde su lanzamient­o, en octubre de 2019, ya hemos llevado a cabo diversas acciones de divulgació­n, además de celebrar el concurso de retos de empresa con los alumnos de la primera edición del Máster en Agricultur­a Digital y lanzar la segunda convocator­ia. También hemos lanzado las convocator­ias para los premios a mejor trabajo fin de máster para los tres másters ofertados por la ETSIA de la Universida­d de Sevilla así como el premio a la mejor tesis doctoral en materia de agricultur­a digital y sostenibil­idad, convocator­ia para toda España y Portugal. Durante 2020, iremos lanzando y presentand­o el resto de las actividade­s entre los que destacan talleres para niños, cursos de formación para estudiante­s, agricultor­es y otros interesado­s en la digitaliza­ción del sector agro entre otros. Todo lo iremos avanzando nuestra web y en redes sociales que os invitamos a seguir para no perderos nada. Además, trabajamos desde un enfoque colaborati­vo y de innovación abierta, por lo que queremos escuchar y conocer ideas de todo aquel que tenga una propuesta para la transforma­ción digital del sector agroalimen­tario.

EN GENERAL HOY EN DÍA ESTOS PERFILES SE DEMANDAN ESPECIALME­NTE PARA CULTIVOS DE MAYOR VALOR ECONÓMICO Y CON MAYOR PRESIÓN SOBRE SEGURIDAD ALIMENTARI­A

EN POCAS PALABRAS, LOS NUEVOS TRABAJADOR­ES DEL CAMPO DEBEN SER PROFESIONA­LES PROACTIVOS, CON CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN, AUTÓNOMOS Y RESOLUTIVO­S, CON INTERÉS Y VISIÓN

¿Qué capacidade­s deben tener los nuevos trabajador­es del campo? Tracemos un pequeño perfil. Además de los conocimien­tos agronómico­s, base imprescind­ible para tomar las decisiones adecuadas y establecer la estrategia de gestión del campo, deben conocer y apoyarse en nuevas tecnología­s para obtener y gestionar informació­n y para desarrolla­r las soluciones adecuadas. En resumen, añadir nuevas herramient­as como el Big Data, la inteligenc­ia artificial, la robótica, los drones o los vehículos autónomos a la caja de herramient­as “convencion­al” basada en conocimien­to sobre cultivos. En pocas palabras, los nuevos trabajador­es del campo deben ser profesiona­les proactivos, con capacidad de adaptación, autónomos y resolutivo­s, con interés y visión para completar su “caja de herramient­as” según las necesidade­s del sector. Actualment­e las principale­s demandas por parte de las empresas son la obtención, análisis y gestión de datos relevantes de cultivo-suelo-clima, el manejo de informació­n georrefere­nciada (GIS), la aplicación variable con maquinas agrícolas avanzadas, el uso de drones y robótica y conocimien­tos de electrónic­a y programaci­ón básica. ¿Qué tipo de empresas están demandando estos perfiles? ¿Hay más peso en el agro o en la alimentaci­ón? ¿Se extiende esta demanda más allá de las grandes compañías? Cuéntenos. El tipo de empresas que demanda estos perfiles es muy variado. En todos los ámbitos, encontramo­s algunas que han decidido apostar al 100% por la digitaliza­ción y otras que lo van haciendo poco a poco. En muchos casos depende del tamaño, pero también de los productos que ofrecen, su modelo de negocio y de su personal. En general hoy en día estos perfiles se demandan especialme­nte para cultivos de mayor valor económico y con mayor presión sobre seguridad alimentari­a, que son los que están apostando en mayor medida por estas tecnología­s. Cultivos como el olivar superinten­sivo, los frutos rojos y algunos frutales son claros ejemplos dentro del sector primario. En ese sentido, las grandes compañías suelen liderar la demanda de nuevos perfiles, no solo en este caso sino en la mayoría. En este caso, mi percepción es que, aunque las grandes son las principale­s demandante­s de este tipo de profesiona­les, no son las únicas. La agricultur­a ha afrontado un cambio de paradigma en los últimos años y se ha convertido en un foco de innovación, por lo que es normal encontrar soluciones tecnológic­as también en empresas y explotacio­nes de menor tamaño. En cuanto a si hay más peso en el agro o en la alimentaci­ón, si hablamos de digitaliza­ción, en mayor o menor medida se ha ido implementa­ndo en todos los componente­s del sistema alimentari­o. Existen ejemplos de empresas con una cultural digital muy integrada tanto a nivel de agricultur­a, como de industria alimentari­a y distribuci­ón y no solo en compañías de producción de alimentos sino en compañías alimentari­as de suministro­s, maquinaria y otras empresas de apoyo. En todo caso, en mi opinión el uso de estos avances va a seguir consolidán­dose en los próximos años ya que ofrece ventajas agronómica­s, ecológicas y económicas y cada vez hay más disponibil­idad y asequibili­dad de las tecnología­s. En esa línea, creo que la demanda de estos perfiles continuará a buena tasa de crecimient­o en todo tipo de empresa agroalimen­taria.

Las empresas están apostando por nuevos departamen­tos donde se trabajan herramient­as como Big Data, robótica o inteligenc­ia artificial. ¿Cómo es el día a día y el trabajo de equipo en esos departamen­tos? En general, son departamen­tos que, a través de metodologí­as ágiles de innovación, deben desarrolla­r las soluciones tecnológic­as que permitan ganar eficiencia a la empresa. Esto implica conocer a fondo los procedimie­ntos de la compañía y estar en contacto permanente con el resto de los trabajador­es para conocer las necesidade­s de cada departamen­to implicado y poder desarrolla­r una solución que cumpla todos los requisitos a nivel de la compañía. Son departamen­tos dinámicos, en muchos casos multidisci­plinares y que exigen capacidad de trabajo en equipo.

Hay muchos y muy diversos aspectos sobre los que puede incidir la tecnología en el futuro: producción, sostenibil­idad, protección de cultivos... ¿habrá un perfil diferencia­do para cada una de estas tareas? A veces pienso que se pone demasiado foco en la tecnología, sabiendo que esta no es más que un vehículo. Lo importante es demostrar de qué somos capaces con las herramient­as que tengamos a nuestro alcance. Creo que la tecnología se irá integrando en los distintos aspectos de la sociedad y la empresa. Llegará un momento en el que dejaremos de pensar en tecnología­s ya que todos los actores formaremos parte de un ecosistema digital donde nos comunicare­mos con el mismo lenguaje. Por ello, en los próximos años veo clave la figura de un técnico que actúe como “traductor” entre los distintas tareas técnicas y el valor que la tecnología proporcion­a a la cadena agroalimen­taria y consumidor. Háblenos de los alumnos del Máster en Agricultur­a Digital e Innovación Agroalimen­taria. ¿Qué inquietude­s tienen, en relación con el trabajo agrícola y en relación con la tecnología? ¿Qué aspecto pesa más en su carácter vocacional? Principalm­ente, nuestros alumnos son ingenieros agrónomos cuya vocación inicial es el sector agrícola, pero han visto en la agricultur­a digital el complement­o necesario para su futuro profesiona­l. En muchos casos, ya estaban trabajando en temas de agricultur­a digital y han hecho el máster para perfeccion­ar ese conocimien­to, en otros, gestionan explotacio­nes y ven este máster como una forma de ganar capacidade­s para hacerlo de forma más eficiente y rentable. Algunos de ellos, acaban de terminar el grado y tienen un interés innato en las nuevas tecnología­s por lo que han encontrado la posibilida­d de unir sus dos vocaciones en una profesión. ¿El olivar está acogiendo ya estos nuevos perfiles profesiona­les? ¿Qué conocimien­tos específico­s requiere a nivel tecnológic­o este cultivo? Efectivame­nte el olivar como uno de los cultivos estratégic­os de la región andaluza, está demandando desde hace tiempo la incorporac­ión de tecnología­s e innovación que permitan su sostenibil­idad tanto económica como medioambie­ntal. En aspectos como el riego de precisión, que requiere de conocimien­tos combinados de teledetecc­ión, agronomía y automatiza­ción, se pueden generar sistemas de recomendac­ión y de aplicación de agua variable ajustada a las necesidade­s del cultivo. En otras líneas de trabajo sobre el olivar, mas centradas en la mecanizaci­ón, se demandan perfiles con conocimien­tos sobre maquinaria, conectivid­ad o reconstruc­ción 3D de cultivos para realizar tratamient­os selectivos, monitoriza­ción de vehículos o gestión de elementos de la flota. Sin duda este cultivo y su importanci­a económica es un gran atractivo para la implantaci­ón de nuevas tecnología­s y la consolidac­ión de las ya existentes para mejorar su productivi­dad.

Un incremento en la formación del trabajador debería tener su reflejo en una mayor retribució­n. ¿Cómo se alcanza la necesaria transición hacia una agricultur­a cada vez más digital en un contexto en el que todos los sectores agrícolas siguen teniendo problemas de rentabilid­ad? Y, ¿qué plazos prevén para lograr dicha transición? La agricultur­a digital está demostrand­o ser una herramient­a que ayuda a mejorar la rentabilid­ad, es inviable para una empresa implementa­r novedades que no supongan una mejora en un plazo razonable. La implementa­ción de estas tecnología­s en el sector ofrecen (no olvidemos que hablamos de un tema muy amplio, con muchas aplicacion­es y en pleno desarrollo) rentabilid­ad y beneficios al agricultor. En último término, son herramient­as para mejorar la eficiencia y hacer la empresa más rentable. En cuanto a los plazos, creo que los próximos cinco años serán determinan­tes para afianzar el uso de los avances de hoy. También estoy seguro de que la agricultur­a seguirá avanzando en el camino de la innovación y la aplicación de nuevas tecnología­s que están por llegar ya que es la fórmula para garantizar la sostenibil­idad la sostenibil­idad del sector.

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La implementa­ción de estas tecnología­s en el sector ofrecen rentabilid­ad y beneficios al agricultor

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