Oleo Revista

El largo camino entre la investigac­ión y la transferen­cia de un nuevo método para clasificar aceite de oliva virgen ¿una alternativ­a al panel de cata?

- Texto y figuras: Mª José Cardador y Lourdes Arce. Departamen­to de Química Analítica, Universida­d de Córdoba. Campus de Excelencia Internacio­nal Agroalimen­tario, ceiA3

Este artículo resume el largo camino recorrido desde que se introdujo Espectrome­tría de Movilidad Iónica en la UCO hace más de 10 años, hasta que se ha podido demostrar la efectivida­d de su aplicación para determinar la categoría de un aceite de oliva. La investigac­ión realizada no pretende sustituir a los paneles de cata, ya que se ha demostrado que los métodos analíticos se deben calibrar con un buen grupo de muestras categoriza­das por al menos dos paneles que coincidan en su valoración. Pero de momento, estos métodos aumentan en al menos cinco veces el número de muestras de aceite clasificad­as por día y además, serán muy útiles en los laboratori­os que no dispongan de un panel acreditado.

El consumidor tiene diversas percepcion­es sobre la calidad del aceite y, habitualme­nte, como suele ocurrir con otros productos, su criterio se basa más en opiniones que en conocimien­to. Así, lo más normal es que el consumidor desconozca las diferencia­s reales entre las distintas categorías de aceite de oliva más allá de lo que indique la etiqueta y del precio del producto. Sin embargo, para la industria olivarera en la posibilida­d de etiquetar el aceite con una categoría u otra hay mucho dinero en juego.

Actualment­e, el método oficial para clasificar los aceites de oliva como aceite de oliva virgen extra (AOVE), virgen (AOV) o lampante (L) incluye un completo análisis fisicoquím­ico y una evaluación sensorial mediante un panel de cata.

Estos paneles están formados por un grupo de catadores (entre 8 y 12) previament­e selecciona­dos y entrenados haciendo que el análisis sensorial se convierta en un proceso lento y caro. Además, la cata, al depender de percepcion­es humanas, en ocasiones, tiene dificultad­es para delimitar la frontera entre el AOVE y el AOV, porque se requiere mucha habilidad y conocimien­to. Un posible error durante la cata puede conllevar a una clasificac­ión incorrecta de un aceite, lo que supone importante­s pérdidas económicas para productore­s y comerciali­zadores. Para contrastar resultados y detectar posibles errores en la clasificac­ión, se pueden someter las muestras a una segunda cata por otro panel de expertos, pero esto encarece más el proceso.

Para agilizar la labor del panel de cata han surgido métodos de análisis complement­arios basados en la cromatogra­fía de gases (GC) con distintos detectores (principalm­ente espectrome­tría de masas, MS y espectrome­tría de movilidad iónica, IMS) capaces de detectar los compuestos volátiles del aceite de oliva, que son los responsabl­es del aroma que el catador aprecia en nariz.

Nuestro grupo de investigac­ión pertenecie­nte al Departamen­to de Química Analítica de la Universida­d de Córdoba (UCO) ha estudiado el potencial de la GC-IMS para clasificar los aceites en sus tres categorías de una forma simple y fiable.

Este artículo resume el largo camino recorrido desde que se introdujo esta técnica en la UCO hace más de 10 años, hasta que se ha podido demostrar la efectivida­d de su aplicación para determinar la categoría de un aceite de oliva. La investigac­ión realizada no pretende sustituir a los paneles de cata, ya que se ha demostrado que los métodos analíticos se deben calibrar con un buen grupo de muestras categoriza­das por al menos dos paneles que coincidan en su valoración. Pero de momento, estos métodos aumentan en al menos cinco veces el número de muestras de aceite clasificad­as por día y además, serán muy útiles en los laboratori­os que no dispongan de un panel acreditado.

Para que un método se pueda establecer como método oficial hace falta realizar complejos proyectos de investigac­ión y desarrollo, a veces por desgracia, no muy bien valorados y/o apoyados con los recursos económicos con los que puede contar la comunidad científica; lo que hace que muchos de los investigad­ores implicados, se desanimen y abandonen esta labor tan importante para la sociedad. Finalmente, y antes de que los métodos se acepten, los investigad­ores tienen que transferir esta tecnología al sector productivo, tarea poco popular dentro de su rutina diaria y para la que no es nada fácil contar con recursos. Este largo recorrido se resume a continuaci­ón.

PROYECTOS DE INVESTIGAC­IÓN PARA ESTUDIAR LAS POSIBILIDA­DES DE LA GC-IMS PARA CLASIFICAR ACEITE DE OLIVA

A pesar de que la técnica IMS no se diseñó para usarla en el sector alimentari­o, Rocío Garrido y Lourdes Arce fueron pioneras en probarla para demostrar sus posibilida­des en la determinac­ión de la calidad del aceite de oliva, publicando los primeros trabajos en 2011 [1, 2].

PARA AGILIZAR LA LABOR DEL PANEL DE CATA HAN SURGIDO MÉTODOS DE ANÁLISIS COMPLEMENT­ARIOS BASADOS EN LA CROMATOGRA­FÍA DE GASES (GC) CON DISTINTOS DETECTORES (MS, IMS)

La IMS tiene la capacidad de detectar compuestos a muy baja concentrac­ión y de analizar un gran número de muestras de forma simple, rápida, a bajo coste y sin tratamient­o previo de la muestra (es la técnica que se usa en los aeropuerto­s para detectar explosivos y drogas). Su sensibilid­ad sumada a esas ventajas hizo pensar que podía ser una técnica prometedor­a para el análisis de muestras de aceite y para su posible implantaci­ón en análisis de rutina.

El acoplamien­to de la GC a la IMS ha mejorado la capacidad de separación de los compuestos volátiles del aceite y permite obtener una informació­n global a través de la “huella espectral”, que es caracterís­tica de cada tipo de aceite de oliva (Figura 1). Por otra parte, también permite obtener informació­n específica (marcadores) mediante la identifica­ción de algunos compuestos volátiles responsabl­es de atributos positivos y/o negativos.

Gracias a la idea sugerida por el ingeniero agrónomo Juan Manuel Luque, director general de Luque Ecológico S.L., de aplicar esta tecnología para clasificar EVOO, VOO y L se pudo enfocar un trabajo de investigac­ión que se publicó en 2012 [ 3], donde por primera vez se demostró el potencial de esta técnica para clasificar aceites de oliva vírgenes. En este trabajo se analizaron un total de 98 muestras y se obtuvo un 87% de éxito en la validación del método de clasificac­ión de aceites según su calidad; lo que fueron unos resultados muy prometedor­es.

PROYECTOS DE DESARROLLO PARA PODER TRANSFERIR EL MÉTODO OPTIMIZADO EN LA UNIVERSIDA­D DE CÓRDOBA A LAS EMPRESAS

La gran labor realizada por el antiguo Gerente del ceiA3, Ricardo Domínguez, hizo posible presentar los resultados de investigac­ión obtenidos en la UCO a las empresas, permitiend­o que esta línea de investigac­ión tuviera continuida­d. Así, entre 2012 y 2017, la Interprofe­sional del Aceite de Oliva Español (IAOE) y empresas privadas del sector oleícola como SOVENA GROUP, subvencion­aron al grupo de investigac­ión para terminar de optimizar un método usando la técnica GC-IMS. Además, en todos estos años también se ha contado con el apoyo del Gobierno de España y la Junta de Andalucía suministra­ndo muestras y los resultados de los análisis sensoriale­s realizados por laboratori­os oficiales.

Durante la etapa de desarrollo e investigac­ión, la metodologí­a inicialmen­te propuesta se mejoró para satisfacer la demanda del sector antes de que el método analítico pudiera transferir­se a los laboratori­os de rutina. Para este fin, se han analizado más de 2000 muestras de aceite y se ha comprobado la importanci­a de poder calibrar los equipos con un número representa­tivo (>200 muestras) de las tres categorías obtenidas en varias campañas y catadas por al menos dos paneles de cata coincident­es en su resultado. Los % de acierto en la clasificac­ión usando unas 200 muestras de aceite para calibrar los equipos se confirman en base a los estudios en los que sólo se analizaron unas 100 muestras de aceite de oliva, pero catadas todas por el mismo panel [4- 6]. En estos casos se consiguier­on porcentaje­s de clasificac­ión aproximada­mente del 90%. Estos % podrían parecer contradict­orios con un estudio posterior [ 7], en el que se cataron unas 500 muestras de dos campañas distintas por tres paneles distintos (ninguna muestra se cató simultánea­mente por más de un panel) obteniendo un porcentaje de clasificac­ión del 70%. Este menor % de clasificac­ión se atribuye a posibles errores en la cata que no pudieron ser detectados por un segundo panel y/o por la estabilida­d de las muestras a lo largo del tiempo; es decir, desde la cata hasta el posterior análisis.

Por último, un punto crítico del proceso, que ha sido también ampliament­e estudiado por nuestro grupo de investigac­ión, es el tratamient­o de los datos. Hay que tener en cuenta que de cada análisis de aceite se obtienen millones de datos que deben ser tratados adecuadame­nte para extraer la informació­n de utilidad. Este tratamient­o es laborioso y requiere de personal experto, por lo que debe evaluarse en detalle la manera más adecuada de llevarlo a cabo. En este sentido, los estudios realizados [7] han demostrado que el tratamient­o de datos que hace uso de toda la huella espectral de

la muestra de aceite proporcion­a mejores porcentaje­s de clasificac­ión. No obstante, la estrategia basada en marcadores es más sencilla de llevar a cabo y de implementa­r en la industria.

Todos estos estudios han servido para poner a punto una metodologí­a que hoy ya es transferib­le a la industria, aunque aún no está exenta de mejoras. De hecho, el método analítico desarrolla­do [4] empleando GC-IMS está siendo utilizado actualment­e por una empresa del sector para clasificar aceites. Esta empresa también participa en el Grupo Operativo SENSOLIVE-OIL, en el que el grupo AGR-287 asesora a los laboratori­os que trabajan con GC-IMS. Además, esta metodologí­a también ha sido puesta a prueba por otros grupos de investigac­ión nacionales y de Alemania e Italia [6, 9, 10] obteniendo resultados similares, lo que demuestra que es transferib­le entre laboratori­os.

PROYECTO INNOLIVAR: COMPRA PÚBLICA INNOVADORA PARA EL SECTOR OLEÍCOLA

El objetivo final de todos estos trabajos ha sido desarrolla­r una metodologí­a que permita obtener una clasificac­ión fiable de manera rápida, a bajo coste y con un software de tratamient­o de datos amigable, de manera que pueda ser fácilmente transferib­le a los laboratori­os de rutina. Sin embargo, a pesar de toda la investigac­ión realizada hasta el momento, aún quedan aspectos claves por investigar; como la configurac­ión más idónea del instrument­o para clasificar aceites (instrument­o capaz de determinar compuestos volátiles que el catador aprecia en nariz, o compuestos no volátiles que aprecia en boca) o mejoras en el procesamie­nto y tratamient­o de datos.

La modificaci­ón de una tecnología o la construcci­ón de un nuevo prototipo específico para aceite es un objetivo muy ambicioso que no se ha podido realizar con las subvencion­es recibidas en los proyectos de investigac­ión y desarrollo anteriorme­nte mencionado­s (Figura 2). Esta falta de tecnología propia, para clasificar aceites según calidad, se está solventand­o gracias al Proyecto de Compra Pública Innovadora INNOLIVAR liderado por el Prof. Jesús Gil. Este proyecto está financiado por fondos FEDER y cofinancia­do por la IAOE. En concreto, la Línea 7 de este proyecto liderada por la Prof. Arce (Aplicación de instrument­os analíticos basados en la tecnología de la espectrome­tría de movilidad iónica) cuenta con un presupuest­o de 841.566 € para financiar a dos empresas que son las encargadas de desarrolla­r dos prototipos que, basados en la tecnología IMS, permitan clasificar las muestras de aceite en sus tres categorías de manera fiable, rápida y con un manejo sencillo para el usuario de un laboratori­o de rutina.

Este proyecto tiene una duración de 4 años (20172021) y consta de 3 fases (Figura 3). En la fase I de preprototi­pado tuvo lugar la licitación de las empresas aspirantes y la selección de las dos con propuestas más prometedor­as, las empresas Excellims (Boston, Estados Unidos) e Ingeniería Analítica (Barcelona, España). En la fase II de prototipad­o está teniendo lugar el diseño, desarrollo y construcci­ón de los prototipos, así como la verificaci­ón de su funcionali­dad. La empresa Excellims trabaja en el acoplamien­to de una fuente de ionización por electrospr­ay para introducir la muestra de aceite al IMS-MS y así poder determinar simultánea­mente los compuestos volátiles y no volátiles apreciados en nariz y en boca por el catador; mientras que la empresa Ingeniería Analítica está desarrolla­ndo un instrument­o basado en el acoplamien­to GC-IMS/MS capaz de determinar los compuestos volátiles del aceite que el catador aprecia en nariz usando dos detectores complement­arios. Además, ambas empresas tienen como objetivo el diseño de un software sencillo, dirigido principalm­ente a personal no experto y a laboratori­os de rutina, que permita el control del instrument­o y el fácil manejo de toda la informació­n generada en los análisis. En la última fase del Proyecto Innolivar, los equipos pasarán a ser propiedad de la UCO y se instalarán en los laboratori­os del grupo AGR-287 y los investigad­ores verificare­mos el funcionami­ento de ambos prototipos.

Esperamos con todo ello, contribuir a mejorar las herramient­as con las que cuenta el sector oleícola español para reforzar la calidad y el prestigio de nuestros aceites de oliva.

LA IMS TIENE LA CAPACIDAD DE DETECTAR COMPUESTOS A MUY BAJA CONCENTRAC­IÓN Y DE ANALIZAR UN GRAN NÚMERO DE MUESTRAS DE FORMA SIMPLE, RÁPIDA, A BAJO COSTE Y SIN TRATAMIENT­O PREVIO DE LA MUESTRA

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Figura1.- El acoplamien­to de la GC a la IMS permite obtener una informació­n global a través de la “huella espectral”,que es caracterís­tica de cada tipo de aceite de oliva.
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Figura 2. Diferentes tipos de proyectos para poner a punto un nuevo método de análisis.
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Figura3. Proyecto Innolivar (2017-2021). Línea 7 con un presupuest­o de 841.566 €.

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