Innovación y tecnología hacia la nueva normalidad de la agricultura
CÉSAR MARCOS CABAÑAS, COORDINADOR Y RESPONSABLE DE COMUNICACIÓN DE LA ALIANZA POR UNA AGRICULTURA SOSTENIBLE (ALAS)
“ALAS CONSIDERA QUE LA APLICACIÓN REALISTA DEL PACTO VERDE PASARÁ PREVIAMENTE POR UN DEBATE PROFUNDO Y ABIERTO”
La sociedad europea ha zarpado ya en una travesía de transición sobre lo que comemos y en el entorno donde se producen los alimentos. Quienes manejan el crucero son las autoridades de la Unión Europea (UE), quienes recurren a los científicos para marcar el rumbo de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad medioambiental y del propio sector agroalimentario.
Pero no siempre es así. Las técnicas de edición de genes para la mejora vegetal como el CRISPR se regulan por las reglas que se aplican a los organismos modificados genéticamente (OMG). Academias europeas ya han pedido que se actualice su normativa para adaptarla a las evidencias científicas en la actualidad. Es solo un ejemplo, pero podría extenderse a otras herramientas genómicas y de sanidad vegetal. Hay criterios ideológicos, como los que cuestionan los beneficios de estas técnicas, que son considerados por encima de los razonamientos que dicta la ciencia, encarnada a escala comunitaria en la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), entidad independiente, financiada con los presupuestos de la UE, que la asesora en materia de alimentos y piensos y evalúa el riesgo de las tecnologías agrícolas.
Precisamente, la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS) nace para impulsar una agricultura y una ganadería productivas sostenibles que viajen necesariamente con unos compañeros como la tecnología, innovación y digitalización, basadas en la ciencia. Además, en España las necesitamos casi más que ningún otro país, porque sufrimos en primera línea los efectos del cambio climático. No podemos perder el barco para ser sostenibles.
SOSTENIBILIDAD ES EFICIENCIA
Optimizando el uso de recursos limitados, como agua, suelo o energía se encara un marco climático que ya experimenta un aumento del estrés en los cultivos por ascenso de las temperaturas, el cambio en los regímenes hídricos o incremento de plagas y enfermedades. Frente a semejante desafío y para seguir garantizando al mismo tiempo el suministro a toda la población de alimentos seguros, saludables, variados y asequibles al bolsillo del consumidor, es irrenunciable para los agricultores y ganaderos sostenibles disponer de las herramientas tecnológicas más avanzadas en un marco regulatorio predecible, proporcionado y soportado en las evidencias científicas, más si cabe cuando se espera un cambio de timón por el Pacto Verde Europeo, hoja de ruta para dotar a la UE de una economía sostenible neutra climáticamente para 2050 y que se formalizará a través de dos estrategias.
Antes de concretarse los objetivos marcados en las Estrategias “De la Granja a la Mesa” y sobre “Biodiversidad 2030”, ALAS considera que la aplicación realista del Pacto Verde pasará previamente por un debate profundo y abierto que sea capaz de establecer tácticas con los productores de alimentos y de insumos agrícolas para cumplir con los objetivos tan drásticos que se plantean en dichas estrategias, además de fijar unos plazos de adaptación en una hoja de ruta más racional. El estudio de impacto de las estrategias debería realizarse teniendo en cuentas las características agroclimáticas de nuestro país, la variedad de cultivos, la presión de plagas y enfermedades.
En “De la Granja a la Mesa”, se plantean ya reducciones de un 50% el uso y el riesgo de los productos fitosanitarios, disminuciones como mínimo de un 20% el uso de fertilizantes y un 50% las ventas de los antimicrobianos utilizados en la ganadería y la acuicultura,
además de alcanzar un 25% de tierras agrícolas dedicadas a la agricultura ecológica.
La Estrategia sobre “Biodiversidad 2030” pretende transformar un mínimo del 30% de las tierras y mares de Europa en zonas protegidas y devolver a un mínimo del 10% de la superficie agrícola unos elementos paisajísticos muy variados.
LOS PRODUCTORES EN EL CENTRO
Los agricultores y ganaderos somos conscientes de la ambición de la transición al modelo alimentario que busca la aplicación del Pacto Verde Europeo, que implicaría una seria repercusión económica y social para mantener el nivel de productividad y suministro de alimentos actuales. Estas estrategias implican realizar profundos cambios en el proceso de producción.
Recordamos el informe de impacto de las mencionadas estrategias, realizado por el Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA), cuyos resultados reflejan una caída del 12% de la producción agrícola y un descenso del 16% de los ingresos brutos de las explotaciones agropecuarias, además de un aumento del 2% de las importaciones y una disminución del 20% en las exportaciones de alimentos.
ALAS recuerda que debe considerarse también el esfuerzo del sector productor en los últimos años para adaptarse al cambio climático, el menor uso de inputs en agricultura y la protección de la biodiversidad: reducción de fertilización y de aplicación de fitosanitarios desde la Directiva de Uso Sostenible, las prácticas de bandas verdes de biodiversidad entre cultivos, la siembra directa o las cubiertas vegetales en leñosos, los beneficios de la biotecnología, el ahorro de agua en los regadíos son algunos ejemplos.
La mejora vegetal junto a otras herramientas como la sanidad vegetal nos ha permitido que por ejemplo si hace veinte años se producían unas 40 t/ha de remolacha, hoy se producen unas 110 t/ha con menos agua, fertilizantes y otros insumos agrícolas.
El sector sigue apoyando a los productores para afrontar los nuevos retos de sostenibilidad económica, social y medioambiental mediante nuevas soluciones en biotecnología, reduciendo el riesgo en el uso de fitosanitarios mediante un apropiada combinación de productos biológicos y de síntesis química, y productos con perfiles medioambientales más favorables; también en agricultura digital. Todo para conseguir un equilibrio entre la productividad y el medio ambiente.
En ALAS hablamos de agriculturas sostenibles den
“EL USO DE LA DIGITALIZACIÓN DA MÁS VALOR A LA AGRICULTURA Y A LOS ALIMENTOS”
tro de la eficiencia de recursos económicos, sociales y medioambientales. La eficiencia de la agricultura y ganadería ha permitido que la alimentación se abarate y que podamos adquirir más bienes y servicios de consumo. El uso de la digitalización da más valor a la agricultura y a los alimentos. La Agricultura 4.0 permite que mediante una plataforma se combinen datos e imágenes de satélite en tiempo real para que el agricultor pueda tomar las mejores decisiones. La meta es utilizar la cantidad precisa de insumos agrícolas en el momento y lugar adecuados. Somos conscientes de que tenemos la gran oportunidad de establecer un vínculo digital entre los consumidores, entendiendo mejor sus necesidades, y nosotros para una mayor eficiencia y reducir el desperdicio. Ahí serán cadenas alimentarias cortas digitales las que suministren mucha información a los consumidores.
La agricultura de conservación permite secuestrar carbono, aumentar la biodiversidad y es la técnica más eficaz para luchar contra el cambio climático y luchar contra la desertificación, además de ser rentable. Así con todo su valor es paradójico que la Siembra Directa no esté presente en el borrador de los eco-esquemas de la PAC.
ALAS, que está integrada por ASAJA, COAG, UPA, Cooperativas Agro-alimentarias de España, FEPEX y la Asociación Española de Agricultura de Conservación –Suelos Vivos, también trabaja para mejorar la reputación de los agricultores y ganaderos, y así cambiar su percepción por la sociedad. La crisis sanitaria ha sido un empujón al respecto. Son el eslabón de la cadena agroalimentaria que más confianza inspira entre los consumidores. España es el país que más nos valora: 81%, según un estudio difundido por EIT Food. Vamos por el buen camino.
“LA META ES UTILIZAR LA CANTIDAD PRECISA DE INSUMOS AGRÍCOLAS EN EL MOMENTO Y LUGAR ADECUADOS”