Monte Perdido
por el Circo de Soaso
Las grandes cumbres de los Pirineos son magnificas para el montañismo deportivo. El repertorio de cimas principales que superan los tres mil metros de altitud y los picos secundarios es casi interminable, y cada una con su ambiente, carácter y compromiso. Monte Perdido (3.355 m) tiene un nombre sugerente. Todo el mundo quiere visitar lugares lejanos, extraños y “perdidos”. Además forma parte de la legendaria línea de montañas que construyen las maravillas geográficas de Ordesa. La ascensión por cualquiera de sus vertientes es larga, el desnivel supera los dos mil metros positivos y exige una buena preparación física. En verano es posible realizar el treking en un día pero es recomendable pensar en hacer noche en el refugio de Goriz y realizar la actividad en dos días. La pradera de Ordesa es el punto de partida de varios recorridos montañeros a los principales parajes, cumbres, fajas y miradores del parque nacional. La ruta de Goriz sigue la pista principal del valle del río Arazas al Circo de Soaso. El camino pasa al lado de hermosas cascadas, atraviesa espléndidos bosques de hayas y abetos y termina en la Cola de Caballo, el salto de agua más famoso de Ordesa. Arriba emerge la silueta de las Tres Sorores, el destino del paseo montañero. En este punto hay que salvar un escalón rocoso excavado por la lengua del glaciar que talló el valle mediante unas clavijas y una cadena. El paso es muy sencillo. La senda está marcada con las marcas de pintura del sendero de gran recorrido GR-11. El refugio de Goriz está plantado al pie de las cumbres, rodeado de unas arquitecturas asombrosas, un buen lugar para pasar la noche y enfrentarse al Perdido el día siguiente. En verano, sin hielo o nieve en la montaña, la ascensión no tiene ningún paso complicado ni peligros. En invierno la célebre Escupidera es una rampa de hielo muy expuesta y peligrosa pero sin nieve es un simple pedregal empinado. La cumbre grandiosa. La vuelta es por el mismo camino.