TRAVESÍA DE LAS AGUJAS NORTES
Tiempo: 4 horas Distancia: 9 km Desnivel: 248 (+) 551 (-) Inicio: Teleférico Aiguille du Midi Final: Tren cremallera Montenvers
Precioso recorrido al pie de toda la muralla de agujas de granito que se extienden hacia la izquierda de la Aiguille du Midi -la más emblemática de todo el valle- llegando hasta el glaciar de Mer de Glace. Se toma el primer tramo del teleférico de Aiguille du Midi (Chamonix) hasta la estación de Plan de l´aguille (2.354 m). Por detrás de un pequeño quiosco bar desciende un sendero para tomar una ligera subida (marcado con pintura) que nos lleva hasta el Lac Blue. Es una visita adicional a la ruta, ya que llegar hasta el lago implica regresar hasta las inmediaciones del quiosco para tomar el camino principal de la ruta un poco más abajo. Unas sendas atrochan desde las inmediaciones del lago, pero son bastante empinadas. Un panel señaliza el comienzo de la ruta con dirección a Montenvers. Las vistas son impresionantes nada más comenzar. Frente a nosotros al otro lado del valle el parque natural de Aiguilles Rouges, el propio Chamonix al fondo y sobre nosotros la contundente base de la Aiguille du Midi espolvoreada de nieve. Los matorrales de rododendros ponen la nota de color en una especie de frontera entre la roca, arriba y los prados y bosques por debajo. En este primer tramo, nada más pasar el arroyo del Midi, estaremos escoltados
por las agujas de Grepon y Grand Charmoz en un camino que se mantiene a cota sin apenas subidas y bajadas. La subida comienza en la bifurcación que encontraremos tras recorrer 6 kilómetros y que nos deposita en la Signal de Forbes tras unas zetas acentuadas. Esta nueva parte del camino es de losas de granito y un extraordinario mirador sobre la gran S que realiza el glaciar de la Mer de Glace, uno de los más impresionantes del macizo. Por arriba afiladas agujas: la del Cocodrilo, la República… todas tienen nombre por pequeñas que sean, y todas se han escalado. La impresionante y puntiaguda Aiguille Verte al otro lado del glaciar, será la visión que nos cautive durante todo el descenso hasta Montenvers desde donde podremos tomar el tren cremallera que nos baje a Chamonix.