A LOS PIES DEL GLACIAR DE LE TOUR
Tiempo: 6,30 horas Distancia: 12 km Desnivel: 601 (+) 601(-) Inicio: Remonte de Le Tour Final: Remonte de Le Tour
El glaciar de Le Tour es el glaciar más al norte que desciende del macizo del Mont Blanc. Se encuentra en la zona francesa haciendo frontera con Suiza. De hecho en la parte inicial de la ruta podremos poner un pie en Suiza y otro en Francia, ya que la frontera discurre por una arista. El atractivo de esta ruta es caminar junto a los témpanos helados de Le Tour y penetrar en la alta montaña teniendo de base el refugio Albert I, de gran tradición y ambiente alpino. Tras subir con telecabina desde Le Tour a Charamillon, tomamos el remonte hasta Balme. Todo este tramo se puede realizar andando, pero no tiene mucho atractivo, y nos ahorramos unos 800 m de desnivel, comenzando a caminar a 2.116 m por el camino que sale hacia la izquierda del remonte y conduce hasta el refugio del Col de Balme, desde donde podremos divisar Suiza. Retornamos hasta la encrucijada cercana al remonte y caminamos de frente faldeando toda Les Grandes Autannes (2.680 m) por un sendero muy marcado. Tras pasar bajo la Tete de Charamillon (2.414m) podremos echar un ojo al Lac de Charamillon, que no es un lago en toda regla, y menos si la temporada ha sido seca. Al fondo divisaremos el Mont Blanc desde un ángulo poco usual y las Aiguille Rouge a nuestra derecha, que desde
esta perspectiva lucen su color más rojizo, por el que fueron bautizadas. El camino describe una curva y deja ver la lengua del glaciar de Le Tour y la Aiguille de Chardonnet. Hacia arriba lo más venerado del alpinismo. El camino se pega a la ladera haciendo requiebros y bajando ayudado en algunos puntos por pasarelas de hierro. Junto a la morrena, enlazamos con un camino que viene desde abajo y que sigue subiendo paralelo al glaciar -el hielo toma decenas de formas y colores- hasta depositarnos en este bonito refugio (2.717m) inaugurado en 1930 por el rey belga Alberto I, aficionado al alpinismo. Desde un poco más arriba del refugio podremos sentir la sensación de inmensidad y soledad de la alta montaña. El camino de retorno se realiza por el mismo sitio, siendo también posible bajar directamente a Tours por el camino de Picheu, acompañando todo el glaciar y continuando en un descenso vertiginoso.