LA QUIMERA DEL FUEGO
Cómo hacer fuego de forma natural y artificial
Ya sea utilizando nuestros recursos o los que nos ofrece la naturaleza, podemos ser capaces de encender un fuego casi en cualquier circunstancia, una de las prioridades a la hora de enfrentarnos a una situación de supervivencia.
Hace 30 años hice fuego por primera vez, utilizando una barra de magnesio. En 1986, cuando empecé con la ESDM (Escuela Supervivencia) enseñamos a mucha gente a hacer fuego con las barritas en cuestión, a sabiendas de que era un sistema un poco “quiero y no puedo”. Por aquel tiempo los únicos sistemas de fortuna que conocíamos eran la lupa, los cables de batería de coche, el mechero de mecha y el de magnesio. Entre 1988 y 1992 trajimos algunas barrenas y bases para hacer fuego por fricción, utilizadas por etnias como los Yanomamis de Venezuela, los Taru de Nepal o los Lacandones y Konkak de México. Hicimos muchas expediciones de investigación entre 1997 y 2000, y vimos posteriormente técnicas de fuego de otros grupos: Himbas, San, Punan, Yali, Nenets, Inuits… Con esto teníamos suficiente material para empezar a enredar y aprender a encender fuegos de diversas maneras. Aunque la verdadera revolución empezó cuando mis compañeros trajeron de Canadá un libro mítico: “Outdoor Survival Skills”, de Larry Dean Olsen, con un prólogo firmado por Jeremiah Johnson… digo, por Robert Redford. Entonces conocimos el mundo de la supervivencia con medios primitivos en EEUU y, claro, había que intentar no ser menos. José Antonio Casanova, sin duda el mejor de todos mis guerreros, era mi acompañante cuando hicimos fuego usando sistemas primitivos en una zona cercana al pico Ocejón. Para probar nuestros nuevos conocimientos, enseñamos a hacer fuego a uno de los grandes tallistas de silex del país: Mikel Aguirre, colaborador del museo de Altamira y asesor de varios documentales sobre prehistoria. A cambio él nos enseñó a tallar el sílex. Con silex y eslabón hicimos fuego posteriormente usando las yescas naturales con algunas plantas de la península. Como veis, en aquellos tiempos estas cosas no se limitaban a mirar en Internet, había que moverse hasta el culo del mundo para que un indígena te enseñara, conseguir libros, investigar, practicar… Tampoco se vivía mal siendo un poco más primitivos…