LEER EL RÍO
Una vez estamos preparados, lo siguiente es saber por dónde transcurrirá nuestro descenso. Hay distintos grados de dificultad (I, más asequible - VI, máxima dificultad) que nos pueden guiar a la hora de escoger qué río queremos descender, pero sobre todo
tenemos que estudiar el río antes y durante el descenso
(antes de un rápido que necesite un vistazo, desembarcaremos y haremos el scouting o reconocimiento): conocer el terreno, analizar el caudal, las direcciones del flujo de agua, las contracorrientes, percatarnos de las piedras, saber si hay rápidos, olas, rebufos, infranqueables, presas, cascadas u otros obstáculos, y si fuera así, planificar cómo haríamos la bajada y si sería necesario disponer de compañeros fuera del agua para asegurar el paso y ayudar si hiciera falta. Dentro del río es importante mantener la vista alta río abajo hasta donde alcance la vista.
Leer el río es un aspecto que debemos dominar, ya sea en aguas muy tranquilas o en grandes rápidos,
porque en este deporte es fundamental anticiparse. Con el tiempo, aprendes a predecir cómo se moverá tu embarcación en cada movimiento de agua y a reaccionar teniendo en cuenta la acción que ejercen los rápidos y corrientes sobre el kayak. Además, esto nos permitirá escoger la línea que seguiremos y tener en cuenta las alternativas en caso necesario (siempre hay que tener preparado un plan de emergencia).