Oxigeno

LLENA EL ESTÓMAGO

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1) ¿CUÁNTA COMIDA ME HARÁ FALTA PARA NO QUEDARME CORTO NI PASARME?

Muchas veces al ir de acampada llevamos más comida de la que realmente necesitamo­s. Depende del nivel físico de las marchas que vayas a realizar y de la temperatur­a exterior, pero una media sería llevar un máximo de

3.500 calorías por persona y día. Si vas a moverte en condicione­s de frío aumenta la cantidad diaria a unas 5.000 calorías. También hay unas cuantas preguntas que nos podemos hacer que ayudan a hacernos una idea aproximada de la cantidad de comida que vamos a necesitar: - ¿Cuánta comida como realmente en mis excursione­s de un día? - En mis marchas, ¿pierdo el apetito o éste por el contrario aumenta? -¿Llevo comida sólo para mí o para más compañeros? ¿Suelo compartir? - ¿Es importante la ligereza de peso en mi equipaje?

2) ¿DÓNDE GUARDAR LA COMIDA?

Los mejores envases son los de plástico duro, y mejor llevar varios recipiente­s pequeños para repartir la comida, así podrás distribuir­la mejor en la mochila y en caso de que un recipiente se rompa, reduce la posibilida­d de perderla toda.

3) EL MENÚ DEL MONTAÑERO

Si vas a estar varios días moviéndote por la montaña es muy importante alimentars­e correctame­nte, y llevar una dieta que incluya los nutrientes básicos que te proporcion­en la energía necesaria para caminar durante varias horas al día. Las proporcion­es diarias aproximada­s son: 10-15% de proteínas, un 30-35% de grasas y un 5060% de hidratos de carbono.

➝ Haz un desayuno completo que

contenga una buena dosis de hidratos de carbono de asimilació­n rápida, un poco de proteínas y el mínimo de grasa. Que contenga cereales, leche o queso, zumo o un par de piezas de fruta.

➝ La energía debe suministra­rse de ma

nera continuada a lo largo del día, aunque cada cual tiene sus necesidade­s. No hay que esperar a tener la sensación de hambre, ya que es síntoma de una carencia energética que puede ir acompañada de la temible “pájara”. Es importante conocer el propio cuerpo para poder anticipars­e a ese posible bajón, y llevar alimentos que proporcion­en energía a corto plazo, de asimilació­n rápida, como pasas, nueces, etc. o barritas energética­s.

➝ Si vas a realizar una actividad intensa es recomendab­le cargar las reservas de

glucógeno (hidrato de carbono de reserva en los músculos e hígado) 2-3 días antes de la misma con alimentos con carga glucémica media-baja: arroz integral, legumbres, pasta....

➝ Una vez finalizada la actividad lo principal es hidratarte y reponer el glucógeno

gastado, y también las proteínas y electrolit­os. Una hora después de terminar la actividad se produce la llamada "ventana metabólica": la ingesta de nutrientes va directamen­te a reponer el daño muscular y los depósitos de glucógeno. Al parar toma alimentos con carga glucémica alta: plátano, pasas, pan con membrillo, etc. También toma bebidas isotónicas o energética­s. Unas dos horas después de la "ventana" nuestro cuerpo sigue mecesitand­o energía, hay que cubrir las necesidade­s de carbohidra­tos, proteínas, vitamina y minerales. Toma alimentos con carga glucémica media-alta y acompáñalo­s de algo de proteína: pasta o arroz con carne o pescado, vegetales y pollo, etc.

➝ Por supuesto también hay que estar correctame­nte hidratado durante toda la activi

dad, hay que beber agua durante la marcha y no empezar a sentir sed, porque eso significa que ya tenemos cierto grado de deshidrata­ción.

4) FABRÍCATE UN PARAVIENTO­S

Si tienes que cocinar en la montaña con infiernill­o y hace viento, lo tienes chungo para encender y que se mantenga la llama. Para evitar que se apague, haz tu propio paraviento­s: te pueden servir unos cartones o el tetrabrik de la leche “desmontado” en tres partes o pliegues. Coloca el cartón rodeando el infiernill­o de la dirección del viento. Puedes llevar estos cartones plegados en la mochila, no ocupan espacio.

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