CAMINITO DEL REY, RENOVADO
Escaladores, buitres y algunos insensatos. Esos eran los tres “perfiles” que en las últimas décadas se podían permitir el lujo de disfrutar –cada uno a su manera– el famoso Caminito del Rey, en la provincia de Málaga. Hasta ahora, porque gracias a las obr
Conocida por ser una de las sendas más peligrosas del mundo, esta ruta malagueña acaba de ser profundamente reformada para uso y disfrute del personal. Una experiencia aérea, cargada de adrenalina y… para todos los públicos.
Hay destinos, rutas y actividades que se han forjado una reputación legendaria en el imaginario colectivo por distintos motivos. En el caso del Caminito del Rey, se ganó su fama mundial por un factor siempre muy llamativo para los seres humanos: su peligrosidad. Y en la era de internet, bastaron unos vídeos grabados con cámaras subjetivas en los que se mostraban algunos escalofriantes y vertiginosos pasos por deterioradas estructuras en las que un paso en falso bastaba para caer al vacío, para llegar a denominarlo como "el camino más peligroso del mundo". Pero no siempre fue así. El Desfiladero de los Gaitanes es un cañón excavado por el río Guadalhorce en el término municipal de Álora, que en algunos puntos sólo tiene 10 metros de anchura y que alcanza los 700 metros de profundidad. La construcción de un canal de agua desde los embalses del norte hasta El Chorro para aprovechar el desnivel en una central hidroeléctrica, llevó aparejado un camino de mantenimiento de dicho canal, conocido como Caminito del Rey porque la obra fue inaugurada por el rey Alfonso XIII. Con el tiempo, el Camino, que durante decenios sirvió para comunicar a los habitantes de la comarca y hacer más fácil y llevadera su vida cotidiana, se encontraba en grave peligro de desaparecer. La acción de la naturaleza, pero también la mano del hombre, llevaron a la degradación y el abandono de esta pequeña pero impresionante vía de comunicación. Un deterioro que, como hemos visto, fue precisamente gracias al que adquirió su fama mundial. Hoy, gracias a un ambicioso plan de restauración y adecuación, el Caminito ha sido domesticado (aunque se ha preferido hacer uno nuevo antes que restaurar el antiguo, que todavía es visible) para que vuelva a ser posible recorrer con seguridad sus 7,7 kilómetros, de los cuales 4.8 son de accesos y 2,9 km de pasarelas. Estas últimas son, sin duda, el mayor atractivo del Camino, ya que transcurren a una muy considerable altura por un escarpado escenario de paredes verticales, muchas de ellas lugar de peregrinación de escaladores de todo el mundo, e impresionantes gargantas abiertas por el río Guadalhorce en las calizas y dolomías jurásicas. Por cierto, la escalada en vías por encima del Camino ha sido prohibida (y con la prohibición mueren varías vías míticas de escalada). El Caminito del Rey se encuentra dentro de un hermoso Paraje Natural, lo cual lo hace tremendamente bello y atractivo, pero no se trata de un simple paseo por el monte. Las pasarelas, el puente colgante a 105 metros de altura y las paredes escarpadas crearán una inevitable sensación de vértigo en muchos visitantes. Esta altura, unido a la estrechez de algunas zonas y el riesgo de caída de piedras, lo hace relativamente “peligroso”, sobre todo para los que no estén habituados a las alturas y los senderos muy aéreos. Los visitantes no estarán arriesgando sus vidas como ocurría antes de la adecuación (y atestiguan unas cuantas placas visibles en el camino), pero sí hay que ser consciente de que impactará a aquellos usuarios más impresionables. Y ese, a pesar de todo, seguirá siendo uno de los grandes atractivos del Caminito del Rey.