Así afectará el coche eléctrico al sector de la posventa desde el punto de vista de los talleres.
La facturación podría caer un 38%
El desarrollo del coche eléctrico podría tener consecuencias muy negativas para el aftermarket, según datos del informe “La descarbonización de la posventa”, presentado por Solera. Los talleres de mecánica serían los más perjudicados.
La electrificación del parque de vehículos parece que no tiene vuelta atrás. Las restricciones al tráfico impuestas en ciudades como Madrid o Barcelona, las medidas incluidas en el anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética para limitar la venta de automóviles con motor térmico o la incertidumbre
generada en la población por el posible impuesto al diésel están provocando un cambio de hábito en los consumidores. En el último año hemos visto cómo las ventas de vehículos electrificados han dado un importante estirón –un +39,8% respecto a 2017–, aunque de momento son los vehículos híbridos los que ganan la batalla. Los coches eléctricos, si bien presentan un buen ritmo de crecimiento, siguen manteniendo un peso testimonial dentro del parque –apenas son el 0,1% del total–, pero ‘amenazan’ con incrementar esa cifra en los próximos años de la mano de las ayudas gubernamentales que ya están en marcha en diferentes comunidades autónomas. A esto
tendremos que sumar la nueva hornada de vehículos eléctricos que ya preparan los fabricantes, cuyos precios de compra podrían descender de manera importante.
56% MENOS FACTURACIÓN EN MECÁNICA
Esta tendencia hacia la electrificación ha sido abordada por Solera en el último congreso de Faconauto, celebrado en las instalaciones de Ifema (Madrid) los días 11 y 12 de febrero. El responsable de Mercado Posventa de Solera España, José Luis Gata, ha sido el encargado de presentar el informe “La descarbonización de la posventa”, cuyas conclusiones son más que preocupantes para el sector. Y es que según dicho informe, los negocios de aftermarket perderían el 38% de su facturación en esta transición del vehículo de combustión al eléctrico. Eso sí, la electrificación completa del parque no se producirá de la noche a la mañana.
Según los datos de Solera, la posventa factura actualmente
13.639 millones de euros anuales, pero si en 2050 el parque fuera 100% eléctrico, esa cifra se reduciría hasta los 8.472 millones. El principal motivo será la caída de los mantenimientos preventivos, ya que el coche eléctrico no tendrá que pasar por el taller para realizar cambios de aceite, filtros o correas. A esto tendremos que sumar la desaparición de elementos de gran valor para el taller y el recambista, como bujías, calentadores, inyectores, sistemas de escape, etc. Este cambio tecnológico afectará de manera especial a la parte de mecánica, que es donde se generan dos terceras partes de los ingresos totales. Según Solera, esta área perdería un 56% de la facturación.
LA BATERÍA COMO OPORTUNIDAD Pero no todo serán malas noticias. La expansión del coche eléctrico traerá consigo la necesidad de sustituir un elemento especialmente caro, la batería. Este componente, cuyo coste medio supera los 11.000 euros –en función de la autonomía podría superar los 20.000 euros–, podría compensar en buena medida la pérdida de facturación de los talleres. Sin embargo, desde Solera consideran que su impacto sobre las cuentas de resultados no será suficiente para paliar la caída que tendrá que hacer frente el sector de la reparación. ¿El motivo? Los plazos de sustitución, como explica la compañía: “El paso por boxes para cambiarla es cada diez años, una horquilla de tiempo mucho mayor que el requerido por las piezas de mecánica de un diésel o gasolina”. Esta transición hacia el vehículo eléctrico también tendrá un impacto negativo sobre la mano de obra. Según pone de manifiesto este informe, el propietario de un vehículo de combustión interna abona de media 3.429 euros en este concepto durante un periodo de diez años. Sin embargo, esta cifra se reduciría nada más y nada menos que un 86% en un
LOS COCHES ELÉCTRICOS REPRESENTAN EN LA ACTUALIDAD MENOS DEL 0,1% DEL PARQUE DE TURISMOS
eléctrico, hasta los 489 euros. Solera estima que el número de horas trabajadas se reducirá un 90%, ya que cambiar la batería –la operación más costosa y compleja– apenas requiere seis horas de trabajo.
TRANSICIÓN LENTA
El aspecto más positivo de esta evolución hacia lo eléctrico, como decíamos antes, es la lentitud a la que crecen las matriculaciones. Según datos de MSI, el parque español de turismos supera los 26,4 millones de vehículos, de los que solo 21.000 son eléctricos. Esto supone menos del 0,1% del total. Por tanto, el informe de Solera pone de manifiesto que la electrificación completa del parque a medio plazo es un deseo de las administraciones más que una posibilidad real, ya que ni los precios de compra, ni el poder adquisitivo de las familias ni las infraestructuras de carga permiten una rápida expansión de esta tecnología. Por lo tanto, para que el parque sea 100% eléctrico en 2050, estos coches deberían protagonizar más del 50% de las matriculaciones
anuales desde este mismo ejercicio, unas cifras muy alejadas de la realidad –en 2018 representaron el 0,85% de las ventas incluyendo también a los híbridos enchufables–. Tanto es así que en el hipotético escenario de que el 10% de las matriculaciones anuales fueran de coches eléctricos, se necesitarían 172 años para electrificar el parque por completo. Y si desde hoy todos los coches que se vendieran fueran eléctricos… el objetivo no se alcanzaría hasta 2036. Toda una quimera.
DE DIÉSEL A GASOLINA
Las condiciones para la rápida expansión del coche eléctrico son tan desfavorables, que Solera entiende que la transición más lógica es del diésel a la gasolina, como ya está ocurriendo. Este parque de gasolina poco a poco va ganando peso, y en la actualidad ya representa el 44% del total incluyendo todo tipo de vehículos, desde turismos hasta motocicletas, autobuses o camiones. Además, 2018 fue el primer año de toda la serie histórica en el que el consumo de gasolina creció por encima del consumo de diésel: un +3,3% frente a un +2,4%, según datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores) y la DGT. Eso sí, el diésel sigue siendo el 85% del total del consumo.
Esta descarbonización, además, tiene que lidiar con otra realidad: el envejecimiento progresivo del parque y la evolución del mercado de vehículos usados. En la actualidad, el 29% de los turismos que circulan por las carreteras españolas tiene más de 15 años, una cifra que, según Solera, aumentará hasta el 43% en cinco años. Estos coches son los que se vendieron justo antes de la crisis, cuando se alcanzaron cifras récord de 1,7 millones de matriculaciones en un solo ejercicio. En el caso del mercado de usados, el 57% de las ventas se corresponden con vehículos de más de 10 años de antigüedad, lo que dificulta esta transición ecológica.
A pesar de que estamos en la primera fase de esta transición, José Luis Gata aconseja “tener visión a largo plazo de lo que va a ocurrir con la electrificación para ir adaptándose a un nuevo y totalmente distinto escenario de trabajo para que la cuenta de resultados siga en números negros”. El responsable de Mercado Posventa de Solera España señala que debemos “ir tomando medidas” para evolucionar hacia “un taller cada vez más digital, más conectado y con información actualizada de mercado para la toma certera de decisiones”.
EL NÚMERO DE HORAS TRABAJADAS EN EL TALLER PODRÍA CAER UN 90% SI TODOS LOS COCHES FUERAN ELÉCTRICOS EN 2050, SI EL PARQUE FUERA 100% ELÉCTRICO, LA POSVENTA PODRÍA DEJAR DE FACTURAR MÁS DE 5.000 MILLONES DE EUROS