Bayer se hace al fin con Monsanto
Hace pocos días Bayer cerraba la compra de la estadounidense Monsanto por cerca de 59.000 millones de euros, con lo que quedaba constituida la compañía de semillas y fertilizantes más grande del mundo. La multinacional alemana tiene previsto financiar semejante operación apoyándose en una combinación de capital propio y externo, mientras que se prevé que la transacción se cierre definitivamente a finales del año que viene.
A día de hoy, podemos considerar este movimiento como la mayor transacción del año 2016, así como el más importante realizado hasta la fecha por una empresa
alemana, ya que incluso supera al de la compra de Chrysler por parte de Daimler, allá por 1998.
No obstante, el cierre de una operación de la talla de la que estamos comentando
aún está pendiente de pasar por el visto bueno de los reguladores. En este sentido, uno de los puntos de negociación es la indemnización que tendría que pagar la firma germana en caso de que las autoridades no permitiesen el acuerdo.
En este contexto, el sector de la agroquímica industrial vive momentos convulsos por la caída de precios de las materias primas, liderada por el petróleo pero que también está afectando a otros campos de actividad. Y precisamente es en momentos convulsos cuando tiene lugar un índice más alto de movimientos empresariales.
De hecho, la unión Bayer-Monsanto no es la primera del sector químico, que ya ha sido testigo de que DuPont y Dow Chemical acordaran su fusión, así como de que la china ChemChina se hizo con la suiza Syngenta, compañía que antes había tratado de comprar precisamente a Monsanto, al igual que el gigante químico BASF.