LIGERO OPTIMISMO EN EL SECTOR QUÍMICO VASCO
Los sectores de la industria vasca agrupados en AVEQ-Kimika, la asociación que reúne las actividades de refino de petróleo, industria química, industria farmacéutica y transformación de caucho y plásticos de la comunidad autónoma del País Vasco, afrontan los últimos meses de 2018 con ligero optimismo, a pesar de la tendencia preocupante de algunos indicadores de la economía global.
E l sector químico vasco supone en la actualidad en torno a un 10% del empleo industrial de la comunidad autónoma y casi un 14% tanto del valor añadido bruto como de la inversión realizada por el total del sector industrial, según se desprende del último informe de coyuntura de AVEQ-Kimika. Además, el sector tiene una clara vocación exportadora, las empresas agrupadas en torno a la asociación son responsables de casi un 20% de las exportaciones totales de la comunidad autónoma vasca. Ver tabla adjunta ‘Principales indicadores del sector químico vasco’. El año 2017 se cerró con un importante incremento en el número de personas que trabajan en el sector, superando la cifra de 20.800 (aún lejos de los 25.400 que alcanzó en 2008), algo por encima de 291 mi-
llones de euros de inversión, y una cifra de negocio a punto de alcanzar los 10.000 millones de euros.
Evolución notable
La evolución respecto a 2016 puede calificarse de notable, según la asociación, con un incremento de aproximadamente el 7,8% en personal ocupado, un 6,0% en inversión y un 6,9% en facturación. Sin embargo, un recorrido más amplio, desde 2010, no ofrece resultados tan positivos, con una caída de facturación desde 2010 de un -1%. Estas cifras deben valorarse, según señala AVEQ-Kimika, excluyendo la aportación a las mismas de la empresa industrial más grande del País Vasco. En este sentido, las grandes inversiones acometidas por la refinería de Petronor en torno a 2008, 2009 y 2010 provocan una clara desviación en la evolución de este indicador en el sector, pasando de 430 millones de euros en 2010 (de los que 300 millones correspondían únicamente a esta empresa) a unas inversiones por valor de 291 millones de euros en 2017, lo que supondría un descenso de un -32%. Sin embargo, las cifras ‘sin Petronor’ incluyen un in- cremento de un 68% en inversión en ese periodo, pasando de casi 130 millones en 2010, algo más de 217 millones en 2107, números que dan cuenta del optimismo del sector. Otro tanto sucede con la cifra de negocio: de los casi 10.000 millones de euros facturados por el sector en 2017 (en concreto 9.989 millones), 5.400 corresponden a la empresa de Muskiz. Si bien la facturación del sector se ha mantenido en un crecimiento muy plano en los últimos años, la cifra global de exportaciones de las empresas AVEQ-Kimika ha registrado un constante incremento desde 2010, pasando de 3.201 millones de euros (es decir, un 32% de su facturación) a los 4.108 millones alcanzados en 2017, enviando al sector exterior un 41,1% de su negocio. AVEQ- Kimika precisa que “si por algo destacan especialmente las empresas asociadas es por su compromiso con las personas que trabajan en sus instalaciones, no solamente respecto a la seguridad y, por ende, al cuidado del medio ambiente, sino por sus elevados índices de fijeza en el empleo, el cuidado que otorgan a la formación previa y continua de su personal y el elevado nivel de las remuneraciones”.
Los niveles salariales en el sector químico vasco superan ya los 38.000 euros anuales de promedio, rebasando en casi un 12% la media de la industria vasca, que actualmente ronda los 33.600 euros de salario anual. Mirando al futuro Las previsiones para el cierre de 2018 son ligeramente optimistas, con un mantenimiento de los indicadores de facturación y empleo, así como un ligero aumento de las exportaciones. Además, el constante incremento de las inversiones desde 2010, excluidas las realizadas en la refinería de Petronor, ha venido preparando al sector para futuros cambios en el panorama económico mundial. En este sentido, las perspectivas empeoran si se amplía el plazo de prospección. La evolución de algunos indicadores que afectan de forma general a la economía europea, como los precios del petróleo ( que ha pasado de los 46,95 dólares/ barril Brent en noviembre de 2016 a los actuales niveles de 72,89 dólares/barril Brent, con un pico el pasado mes de octubre en el que se superaron los 85 dólares) o el recorrido algo más moderado pero también alcista realizado por el cambio dólar/ euro ( que en enero de 2017 se cambiaba a 1,04 y en la actualidad se encuentra en 1,14 dólar/ euro), provocan que las expectativas generales de la industria química europea sean bastante más cautas. A estas cifras hay que sumar los elevados precios de la electricidad en la UE, lastrados por la total ausencia de una política energética común y la escasa interconexión de los sistemas eléctricos de los 28 países que la forman.