Optimismo y confianza en el futuro post Covid-19
La pandemia ocasionada por la Covid-19 ha puesto en valor la resiliencia del sector industrial onubense y la necesidad de que su actividad mantenga su posición como un referente del territorio. Desde la AIQBE (Asociación de Industrias Químicas, Básicas y
La crisis sanitaria que atravesamos actualmente a escala global ha puesto de relieve que la industria onubense no solo representa un motor impulsor de la economía local, regional y nacional, sino que es una actividad esencial de gran incidencia en el desarrollo social de su entorno. En ella, la química se erige como uno de sus protagonistas. La industria de Huelva se configura como un enclave estratégico a escala nacional e internacional, que cada año destina alrededor del 30% de su producción a exportaciones, contribuyendo de forma decisiva al liderazgo onubense en las ventas al exterior de Andalucía y en su crecimiento interanual. Las empresas que forman parte de la AIQBE ostentan una posición privilegiada dentro del tejido industrial regional y nacional. Con una facturación anual cercana a los 10.000 millones de euros, la industria onubense representa la quinta parte del sector en Andalucía, con una repercusión directa en la economía del entorno a la que aporta un valor añadido próximo a los 2.000 millones brutos anuales. Durante los meses del estado de alarma, la industria de Huelva ha mantenido su actividad con todas sus empresas funcionando a pleno rendimiento para garantizar productos para los sectores esenciales de la economía. Desde las 18 plantas de AIQBE se producen fertilizantes para los cultivos de la industria alimentaria, electricidad y gas para los hogares, carburantes para los transportes; cloro, lejía y jabón para la higiene y desinfección y para la fabricación de medicamentos y plásticos, o productos químicos (como la colina, el fenol, la acetona o el dióxido de titanio) para fabricar medicamentos y equipos sanitarios.
Estas empresas también producen materiales necesarios para los trajes de aislamiento, respiradores, mascarillas, pantallas, gafas, geles, tubos y otros equipamientos médicos; gases industriales que se utilizan en sectores de servicios esenciales como alimentación y bebidas, farmacéutico, actividades de tratamientos de aguas (para consumo humano o residuales) o procesos industriales (para la producción de productos químicos, combustibles, papel, etc.); cobre, imprescindible para la fabricación de cables, uso sanitario, componentes de los aparatos electrónicos de hospitales y supermercados; o ácido sulfúrico para la práctica totalidad de plantas químicas.
Desde antes del decreto del estado de alarma, los socios de la entidad han implantado en sus