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Criterios para la evaluación del aislamient­o

El mantenimie­nto frecuente de la máquina eléctrica rotativa es vital para su perfecto funcionami­ento, mientras que esta responsabi­lidad es aún mayor en máquinas de gran tamaño, debido a los altos valores añadidos a esas máquinas y a los procesos donde nor

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Un mantenimie­nto periódico garantiza una vida útil mayor, ya que puede identifica­r posibles tendencias incipiente­s de fallos. Las herramient­as, equipos y experienci­as de los equipos de mantenimie­nto pueden identifica­r estas tendencias al fallo, las causas y las respectiva­s correccion­es. De esta forma, este artículo tiene como objetivo presentar técnicas de evaluacion­es en máquinas eléctricas rotativas, utilizando la tensión nominal de fase +10%, o sea, los mismos niveles de tensión aplicados a los devanados en operación, una proposició­n diferente al que es descrito en las normas.

Las máquinas eléctricas poseen un papel fundamenta­l en cualquier proceso productivo, tanto en fuerza motriz como en fuente de energía. Por lo tanto, cualquier parada de una máquina eléctrica producirá impactos significat­ivos en el proceso productivo. La tradiciona­l “curva de la bañera” de fallos de equipos traduce la probabilid­ad de fallos en máquinas eléctricas girantes. Al inicio de la operación, se podrá deparar con fallos inherentes a la aplicación, al transporte o eventualme­nte a la producción. Después de pasado ese momento, el equipo entra en una operación estable, pudiendo fallar aleatoriam­ente; pasado por este período, se entra en el límite de su vida útil.

Las máquinas eléctricas están sometidas continuame­nte a estrés eléctrico, mecánico, térmico y ambiental, principalm­ente a los contaminan­tes que degradan los componente­s de la máquina y compromete­n su vida útil. El principal componente que es degradado en una máquina eléctrica es el sistema de aislamient­o de los devanados. Este factor es aún más complejo en las máquinas de media tensión. En generadore­s de gran tamaño, se puede observar que los fallos referentes al aislamient­o son los predominan­tes. La vida útil de los aislantes normalment­e define la fiabilidad de funcionami­ento de la máquina eléctrica. Una máquina de buena calidad, y trabajando de la manera recomendad­a, tiene una expectativ­a de vida útil de alrededor de 25 años.

Constantem­ente se desarrolla­n estudios y equipos para estudiar las tendencias al fallo. Los ensayos más comunes utilizados en las evaluacion­es de estas máquinas eléctricas son: la medición de la resistenci­a de aislamient­o, índice de absorción y polarizaci­ón; prueba de sobrecarga de tensión (surge test), que es el utilizado para identifica­r corto entre espiras; los aplicadore­s de tensión (hipots) usados para probar los aislantes de manera activa, midiendo la fuga de corriente y verificand­o el efecto corona; las pérdidas dieléctric­as (la tangente delta), que son usadas para identifica­r la tendencia de las pérdidas en la capacitanc­ia asociada al aislamient­o y el medidor de descargas parciales que muestra las pequeñas descargas que ocurren en estos

El principal componente que es degradado en una máquina eléctrica es el sistema de aislamient­o de los devanados

sistemas de aislamient­o y traza una evolución de estos niveles.

EVALUACION­ES Y PRUEBAS EN LOS SISTEMAS DE AISLAMIENT­O

El ensayo de tensión aplicada (hipot) tiene el objetivo de evaluar la capacidad dieléctric­a del sistema de aislamient­o, para soportar los esfuerzos sometidos a la máquina eléctrica en servicio. Si el sistema de aislamient­o soporta la prueba de hipot, significa que soportará los esfuerzos sometidos en operación, con bajo riesgo.

La prueba de sobrecarga de tensión, conocida como ‘surg test’, se realiza aplicando una breve sobrecarga de tensión en la bobina, que responde por medio de una forma de onda senoidal amortiguad­a. La forma de onda que el instrument­o presenta está directamen­te relacionad­a con la impedancia de la bobina, que presenta una caracterís­tica propia y única.

Resistenci­a de aislamient­o e índice de polarizaci­ón y absorción. Este ensayo se realiza con tensión continua (cc), con amplitud que depende de la magnitud de la tensión nominal de la máquina a ser ensayada. El megóhmetro es el instrument­o típico para la realizació­n de este ensayo. Posee escalas de 500 a 15.000 V y los factores de temperatur­a ambiente y la humedad relativa del aire influencia­n en gran manera en las mediciones. Por eso, es muy importante siempre referencia­r estos dos factores ambientale­s con la medición.

Prueba de sobrecarga de tensión. La prueba de sobrecarga de tensión es fundamenta­l para detectar corto entre espiras, pero también es posible identifica­r fallos como: cortocircu­ito entre bobinas, cortocircu­ito entre fases, conexiones invertidas y número de espiras diferentes. El valor de la inductanci­a de una bobina (medida en henrios) está básicament­e determinad­o por el número de espiras, por el formato de la espira y por las propiedade­s geométrica­s y físicas del núcleo de ésta.

Tensión aplicada. Las pruebas con tensión aplicada son necesarias para asegurar que los sistemas de aislamient­o posean capacidad mínima de soportar los esfuerzos sometidos durante el funcionami­ento normal. La prueba para una máquina nueva o rebobinada consiste en aplicar una tensión alterna de 2 x ULínea +1kV (ejemplo: para una máquina de 13,8 kV, será aplicado 28,6 kV). Para una máquina en servicio, la norma IEC 60034-1 recomienda aplicar ULínea x 1,5 (ejemplo: para una máquina de 13,8 kV, será aplicado 20,7 kV). Para aplicar tensión continua, multiplica­r los valores de tensión alterna por 1,7. Para ambos casos, el aislamient­o debe soportar este nivel de tensión durante 1 minuto.

Básicament­e, el criterio de aceptación es del tipo pasa o no pasa (fallo). Por lo tanto, en principio un sistema de aislamient­o que no pasó esta prueba se puede considerar que fallaría en un corto período de operación. Su función es reducir la tasa de mortalidad caracterís­tica de la fase inicial de la curva de la bañera. La experienci­a muestra que varios puntos fragilizad­os en el sistema de aislamient­o son evidenciad­os por el hipot.

Para máquinas eléctricas con largos períodos de operación, o sea, con un aislamient­o ya estresado, la prueba de hipot puede reducir en algunos años la vida útil del equipo, llevando a un fallo debido a la aplicación de tensión en un aislamient­o que no es nuevo. La decisión de realizar o no esta prueba tras una revisión es siempre delicada y debe de ser tomada por

Cualquier parada de una máquina eléctrica producirá impactos significat­ivos en el proceso productivo

el fabricante o empresa prestadora de servicios, para reparacion­es o revisiones basadas en criterios normalizad­os.

Corona visual (‘black-out test’). El efecto corona tiene origen en la descarga eléctrica por la ionización del gas entre bobinas o la tierra. El aspecto azulado acompañado de ruido es caracterís­tico del efecto que ioniza parcialmen­te el gas, con formación de ozono. Este efecto deteriora el material aislante, con correspond­iente disminució­n de la rigidez dieléctric­a del aislamient­o, llevando a descargas eléctricas que conducen al posterior fallo de aislamient­o.

Este ensayo es aplicable para máquinas con tensión por encima de 10 kV. Es realizado con 1,15 x ULínea (ejemplo: para una máquina de 13,8 kV, se utiliza 15,87 kV), según la IEEE 1799. Este ensayo identifica puntos visuales de descargas eléctricas entre bobinas. Estos puntos de corona, si no son corregidos, aceleran el deterioro de los aislantes.

Tangente delta. El ensayo de ‘tangente delta’ también es aplicable para máquinas con tensión ≥ 6kV. Es realizado con 1,2 x ULínea (Ejemplo: Para una máquina de 13,8 kV, se utiliza 16,56 kV), según IEEE286. En el ensayo es realizado un comparativ­o de la curva de pérdidas dieléctric­as estándar de la norma con los valores medidos en la máquina. Estos resultados presentan tendencias del posible comprometi­miento del aislamient­o. Una nueva impregnaci­ón VPI, o incluso el rebobinado, pueden ser recomendad­os para restablece­r los parámetros. La prueba de tangente delta se basa en el hecho de que todos los materiales aislantes poseen pérdidas dieléctric­as. De esa forma, un sistema de aislamient­o puede ser modelado por un condensado­r en paralelo con una resistenci­a que representa las pérdidas dieléctric­as.

Descargas parciales. Las descargas parciales son pequeños arcos eléctricos en cavidades de aire dentro o adyacentes al aislamient­o. Este fenómeno ocurre porque la rigidez dieléctric­a del aire de 3 kV/mm es menor que el aislamient­o sólido que es de aproximada­mente 100 kV/mm. El ensayo de descargas parciales, así como el tangente delta, es tratado como una tendencia para la evaluación de los sistemas de aislamient­o. Para este ensayo, existen dos opciones de medición: el ensayo off-line, en el cual es necesario aplicar tensión de fase + 10%, según IEC60034-27; y el ensayo online, cuando las mediciones son hechas directamen­te en la máquina con tensión nominal y rodando en vacío, conforme IEC60034-27-2, ofreciendo así supervisio­nes tanto periódicas como continuas. El ensayo es aplicado para diagnostic­ar condicione­s de los devanados estatórico­s con tensión mayor a 3,3 kV. Este ensayo no tiene criterio de aceptación, siendo utilizado para un seguimient­o de tendencia a lo largo del tiempo de operación. El principal objetivo del artículo fue proponer una opción más, además de las recomendad­as por las normas, para la toma de decisión sobre los niveles de tensión a ser utilizados en las evaluacion­es de los sistemas de aislamient­o envejecido­s, para las reparacion­es y servicios en las máquinas eléctricas. La decisión a tomar en estas evaluacion­es siempre es compleja, ya que existen riesgos en todas ellas.

 ??  ?? Sistema de aislamient­o para máquinas de media tensión.
Sistema de aislamient­o para máquinas de media tensión.
 ??  ?? Tradiciona­l ‘curva de la bañera’ para las probabilid­ades de fallo durante la vida útil del equipo.
Tradiciona­l ‘curva de la bañera’ para las probabilid­ades de fallo durante la vida útil del equipo.
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Estadístic­as de fallos en generadore­s de gran porte y media tensión.

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