Proyecto Contract (Casual Magazines)
Malababa
Ciszak Dalmas & Matteo Ferrari
El nuevo espacio que la marca española de complementos Malababa inaugura en la calle Serrano 8 de Madrid, es un proyecto de Ciszak Dalmas y Matteo Ferrari, donde el sentido natural de la belleza en bruto se establece como lo diferente, lo auténtico y lo realmente atractivo.
La estructura del local simboliza y reproduce las características de identidad de la empresa: luz, textura, color y formas. Es, en sí mismo, un retorno a sus raíces, donde el sentido natural de la belleza bruta se establece como diferente, auténtico y verdaderamente atractivo. Todo requiere autenticidad que se vuelve más hermosa en el tiempo.
Los fundadores de Malababa, Ana Carrasco y Jaime Lara, junto con los estudios de diseño y arquitectura Ciszak Dalmas y Matteo Ferrari, se unieron para materializar el sueño de Malababa en Serrano 8. El resultado es un espacio que se ha construido con pasión, consistencia, honestidad y sostenibilidad. Un retiro que respira creatividad y una participación total de todos los miembros del equipo.
El “acabado imperfecto” y los tonos naturales de la estética de Malababa fortalecen el concepto artesanal y sostenible. Todas las paredes están hechas con una mezcla de arcilla gallega, polvo de mármol blanco de Almería y espesantes de alimentos totalmente naturales, ecológicos y no tóxicos. Este tipo de acabado regula la humedad y la temperatura del aire y mantiene el espacio libre de bacterias y microorganismos dañinos, así como una considerable ayuda para ahorrar energía durante todo el año.
Malababa nace como un espacio lleno de alma, con una identidad que le permite adaptarse a los cambios y perdurar a través de los tiempos. Los muebles de la tienda ofrecen módulos móviles que se pueden combinar y reconstruir según sea necesario. Han sido fabricados con piedra caliza de Sevilla, latón envejecido y hermosa ágata de musgo. Algunos de ellos están forrados con el mismo cuero que se usa para fabricar algunas de las colecciones de Malababa.
Detrás de la estructura de celosía, hay un gran trabajo de equipo. Todos los miembros involucrados han colocado los azulejos uno por uno y tienen el calor acogedor de la artesanía tradicional. Estos ladrillos han sido fabricados artesanalmente en Toledo con lodo de canteras de Extremadura, horneados en un horno H2G, ecológico, utilizando biomasa como combustible.