Una Emma Bovary moderna
Todos aspiramos —aparentemente— a una vida familiar estable y en la llamada literatura chicklit abundan las historias de mujeres en pos de esa estabilidad en forma de pareja e hijos. Los dramas del siglo XIX a lo Madame Bovary parecen lejanos, pero ¿podría darse hoy en día una Emma Bovary moderna? El francés Grégoire Delacourt, que en su día ejerció de publicista, ha publicado algunos títulos superventas traducidos en varios países. Se inició en L écrivain de la famille, una novela autobiográfica que vendió más de 100.000 ejemplares solo en Francia, y que ganó los premios Rive Gauche y Marcel Pagnol. A ella le siguió La lista de mis deseos, que llegó hasta el millón de ejemplares, adaptada al teatro y al cine.
Bailar al borde del abismo nos cuenta la historia de Emma, una mujer de cuarenta años, casada y con tres hijos, que un día se cruza con la mirada de un desconocido. Su vida da un giro de 180 grados cuando se deja llevar por el deseo. Vive con su marido, Olivier, en una ciudad cerca de Lille, donde trabaja en una tienda de ropa infantil. Sus tres hijos son Manon, que ya casi es una joven mujer; Louis, en plena adolescencia, y Léa, a punto de empezarla. La protagonista lleva una vida normal hasta que conoce a Alexandre. Es entonces cuando se da cuenta de que nunca ha vivido realmente. Así pues, Emma decide fugarse al norte con su amante, a pesar de los consejos de su madre y de su amiga Sophie. Un giro inesperado que cambiará los planes de la protagonista. Emma escoge el riesgo en vez de la paz y, por ello, se enfrentará a todos los retos que le plantea la vida, y descubrirá que a veces hay que perder, y perderse, para encontrarse a uno mismo.
Grégoire Delacourt nos sorprende una vez más y se mete en la piel de un personaje femenino. Creció rodeado de mujeres y en su trabajo publicitario trató muchos productos dirigidos a las mujeres.
La obra es una oda vibrante al deseo, la confusión de los sentimientos, definida como la autopsia de un arrebato de locura. En palabras del propio autor, lo principal es que «la vida puede dar un giro en cuestión de un minuto». El libro evoca la pasión, la muerte, la enfermedad, y sostiene que el futuro es una ilusión y que lo único que cuenta es el presente, el presente como única certeza.