SPRINTERS
CLAUDIA CLA LARRAGUIBEL SALTO SAL DE PÁGINA, 240 PP., 19,90 €
Aún quedan muchas historias terribles, muestras de la ausencia de límites de la infamia humana, escondidas debajo de las alfombras. Por suerte, a veces algunos escritores valientes se topan con ellas y deciden airear el polvo. Claudia Larraguibel sabía que debía contar algo sobre Colonia Dignidad, aportar su grano de arena, contribuir a que el resto del mundo, reportaje a reportaje, libro a libro, documental a documental, descubriese la verdad sobre aquel campo de los horrores que algunos exiliados alemanes asentaron en el Chile de la dictadura de Pinochet.
Su S libro se llama Sprinters porque así llamaban a los niños que correteaban alrededor del líder de la colonia, el crim criminal Paul Schäfer, antiguo miembro de las Juventudes Hitlerianas. Esta com compañía no era voluntaria. Schäfer obli obligaba a los niños a permanecer a su l lado, doblegaba a sus familias y, si mo mostraban su desacuerdo, se deshacía de e ellos. La pederastia es solo uno de los muchos cargos que se le imputan al a alemán, que no fue detenido, desde l los años 60 en que fundó Colonia Dignidad, hasta el año 2006. Tortura de opositores al régimen, tráfico de armas… ¿Por qué una supuestamente apacible comunidad ecológicas necesitaba vallas electrificadas, perros y vigilantes armados para que sus colonos no escapasen?
Sprinters aporta un importante grano de arena al esclarecimiento de esta historia. Presentada como una «novela sin ficción», se lee con ritmo trepidante de una novela gracias a su acción estupendamente llevada por dos personajes: una documentalista que quiere contar su propia historia sobre la colonia —en la que creemos adivinar muchos episodios reales de la vida de Larraguibel— y una ex colona. Su estructura nos recuerda de alguna manera a la obra A sangre fría, pues el libro no es el resultado final de la investigación sino el paso a paso de la investigación en si misma.
La autora, haciendo gala de una estructura muy original, combina estos episodios narrados con testimonios de ex colonos, actas judiciales, estatutos de la fundación de Colonia Diginidad… y con el storyboard —bocetos incluidos— de ese falso documental que la protagonista decide llevar a cabo para contar la historia de la colonia desde el punto de vista de quienes la habitaron. La supuesta muerte accidental de uno de los sprinters de Schäfer es el pistoletazo de salida para sumergirse en el fango de una historia que muchos se resisten a querer contar, en un país que aún tiene muchas heridas por cerrar.