MINUTA DE UN TESTAMENTO
Eduardo Arroyo Taurus, 352 pp., 20 €
Acaba de morir Eduardo Arroyo y ello coincide con el lanzamiento de estas memorias de un artista en sentido amplio e intelectual de primera línea.
Tejidas de recuerdos, reflexiones, anécdotas, retratos y mucho humor, cubren en un desorden perfecto su adolescencia en el Madrid los años cincuenta, su exilio en París, su gusto por el Whisky J&B, las dificultades de la creación artística, sus viajes a Cuba o su amistad con Jorge Semprún. A caballo entre Francia e Italia, participó en todas las aventuras de la figuración narrativa , corriente que combina la representación de lo cotidiano con las demandas sociales y políticas del momento. Tras la muerte de Franco, regresó a España, país en el que pasó a sentirse como un extraño. Fue en ese momento cuando se atenuó el carácter contestatario de su obra, y exploró nuevos temas y personajes como el deshollinador o el boxeador, maravillosas metáforas del artista.