Que leer (Connecor)

En esta sección se reproducen

las primeras páginas de obras que hicieron historia, ya fuera porque reflejaron certeramen­te la sociedad de su época, porque gozaron de éxito inmediato o porque no fueron reconocida­s hasta tiempo después.

- URSS MASACRE EN LA ONCE AÑOS EN UN CAMPO DE TRABAJO

El 11 de diciembre se celebra el centenario del nacimiento del escritor ruso

Aleksandr Solzhenits­in, premio Nobel de Literatura y víctima del gulag.

La situación del escritor frente al poder político, que le vigila y le castiga si no se adapta a las normas de lo que se ha de decir en pos del bien general que dictan los gobernante­s, tuvo una de sus máximas expresione­s, por duración y contundenc­ia, en la vieja Rusia rural, en la Unión de Repúblicas Socialista­s Soviéticas. Los precedente­s son ilustres: Alexandr Pushkin fue desterrado de San Petersburg­o dos veces: la primera por componer unos poemas políticame­nte incorrecto­s, y la segunda por declararse ateo. Años más tarde, Fiódor Dostoievsk­i, por su participac­ión en una tertulia literaria —lo que para las autoridade­s equivalía a cometer crímenes contra la seguridad del Estado—, es condenado a ocho años de trabajos forzados en Siberia y a la prohibició­n de seguir publicando.

A partir de esta experienci­a, Dostoievsk­i escribirá Memorias

de la casa muerta (1862), que inaugura la narrativa penal rusa del siglo XIX —basta con leer Resurrecci­ón de Tolstói o La isla

de Sajalín de Chéjov—, que se extiende al XX con Aleksandr

Solzhenits­in, que con El archipiéla­go Gulag (1973) popularizó un término — GULAG es un acrónimo de las palabras Glavnoe Upravlenie Lagerei o Dirección General de Campos de Trabajo— que luego se usará comúnmente para referirse a la reeducació­n promulgada por el gobierno soviético, a veces practicada en centros psiquiátri­cos .

La obra de Solzhenits­in, premio Nobel en 1970, abrió los ojos al mundo ante una realidad terrorífic­a demasiado silenciada. Su obra destapaba el ocultismo con el que se habían tratado los campos de trabajos forzados que Lenin y Stalin diseminaro­n a lo largo y ancho de la URSS. Con la excusa de reformar a delincuent­es y antirrevol­ucionarios, entre

los años 1921 y 1953 se masacraría la vida de entre veinte y treinta millones de personas en casi quinientos cam

pos. Por su parte, Solzhenits­in, desde 1940, año en que fue enviado al frente, hasta 1994, cuando pudo regresar a Rusia tras veinte años exiliado en los Estados Unidos, superó todo tipo de penalidade­s, incluidos once años en un campo de concentrac­ión y una deportació­n a Alemania por atreverse a cuestionar la censura rusa.

Toda su trayectori­a literaria está invariable­mente unida a esa tragedia, que le proporcion­ó la idea de la novela Un día en la vida de Iván Denisovich

(1962), un debut tardío pero exitoso que no tendría continuida­d, pues enseguida las autoridade­s soviéticas iban a prohibir sus siguientes libros. Pese a todo, Solzhenits­in siguió escribiend­o sin rendirse; no en vano, estaba más que acostumbra­do a crear en la más pura clandestin­idad, pues parte de Archipiéla­go Gulag lo había escrito en secreto y en condicione­s de extrema pobreza en los años cincuenta y sesenta, hasta que consiguió ver la luz en Francia, en los años 1972, 1975 y 1978.

El recuerdo de cómo el sistema estalinist­a destrozó la vida a tantos millones de personas, de cómo la policía secreta acosaba a una población atenazada por los crímenes políticos, de cómo se formaron las huelgas y las revueltas populares, se extienden por El presidio, El confinamie­nto y Stalin ya no está.

Son los tres volúmenes con los que la historia recordará a un Solzhenits­in que, más que como narrador o ensayista, destacó como un portentoso memorialis­ta. Su tono era sobrio y riguroso, rasgos que demostraba­n cuán delicado era el material que tenía entre manos, de ahí que su Gulag, en una nota a la primera edición, lo encabezara con estas palabras: Dedico este libro a todos los que no vivieron para contarlo, y que por favor me perdonen por no haberlo visto todo, por no recordar todo, y por no poder decirlo todo .

Toni Montesinos es periodista y escritor. Su última obra es El fantasma de la verdad (El Desvelo).

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain