Václav Havel, Jordi Savall, Joan Manuel Serrat, Jaume Plensa, Isabel Coixet Jordi Herralde,
El pasado mes de septiembre, dentro de la trigésimo tercera Nit de l Edició, que en su reunión anual homenajea diversas iniciativas culturales y la trayectoria de determinados artistas en torno al mundo de la lectura, se otorgó a desde el Gremi d Editors de Catalunya, el Premio Atlántida 2018. El jurado, compuesto por casi una veintena de editores y periodistas de publicaciones catalanas, reconocía así la labor del director teatral tarraconense, que pronunció una conferencia acerca de sus libros preferidos.
El premio, desde la primera convocatoria, en 1986, ha acabado en manos de personalidades tan prestigiosas como
o y a la selecta lista se sumó este licenciado en Filología Catalana y de Arte Dramático que hizo sus primeros pinitos teatrales en su natal Reus, cofundando una compañía, para enseguida proseguir sus estudios en Barcelona, en el Institut del Teatre. Así las cosas, su primera gran inmersión en un montaje teatral vendría de la mano de considerado una figura clave en la renovación del teatro catalán contemporáneo, mediante la obra en 1975.
El año siguiente fue decisivo, pues fundó el Teatre Lliure, que abrió el telón con una obra suya titulada Camí de nit de 1854, y tuvo tanto éxito en adelante que fue nombrado director, en 1983, del Centro Dramático Nacional de España-Teatro María Guerrero de Madrid. Desde sus butacas, Pasqual se atrevió a ofrecer la obra de de corte surrealista y de trasfondo homosexual, Por ello, y otros trabajos, como el montaje de en el Teatre Nacional de Catalunya, a Pasqual siempre se le asociará al poeta y dramaturgo granadino.
Su andadura, más adelante, en 1990, volvió a gozar de un gran desafío, pues se convirtió en director del parisino Teatro del Odeón durante seis años, y luego, durante dos, de la Bienal de Teatro de Venecia, hasta que a finales de siglo volvió al Lliure para codirigirlo. Desde entonces, también se ocupó de adaptaciones de varias obras de u otras como Esperando a Godot, de Entre sus últimas ocupaciones estuvieron la de director artístico del Teatro Arriaga de Bilbao y, en los últimos siete años, de director del Lliure otra vez, cargo al que renunció el pasado septiembre a raíz de unas acusaciones por parte de una actriz y algunos trabajadores del teatro que cuestionaron su gestión y su trato.