NIDO
DEL CUERVO Luz
En este nido del cuervo de un abril aciago, solamente quiero ofrecerles luz. Optimismo desde las letras, alegría en la lectura, felicidad robada a los libros. Por encontrarnos en un momento tan excepcional, este cuervo va a abandonar su habitual tono censor y se va a centrar en proponerles lecturas medicinales, letras tan optimistas y luminosas que llenen de alegría nuestro espíritu y descontaminen el alma. Llegará el momento de flagelarnos, de reconocer los errores que como sociedad nos han llevado a esta imprevisión tan demencial a la que nos ha arrastrado una globalización tan mal trazada y entendida. Pero no ahora. En este momento necesitamos leer para olvidar, sonreír y evadirnos. Descansar nuestra mente haciendo que un buen autor piense por nosotros desde su texto.
Hermida Editores acaba de publicar La alegría de la vida de Raymond
Queneau, una descacharrante historia sobre un matrimonio de vida nada convencional en la que el protagonista, en poco más de cien páginas, pasará de soldado a tendero y de tendero a médium, con bola de cristal y todo. Humor surrealista para combatir la pesadilla en que vivimos de la pluma de un autor que tiene otros títulos a tener en cuenta en este tiempo de reclusión: busquen sus Ejercicios de
estilo, un curioso experimento que consiste en contar la misma historia desde todas las técnicas literarias posibles.
También hay reedición reciente a cargo de Anagrama de Alta fidelidad, el clásico de Nick Hornby que les puede llevar entre bromas y veras a esa nostalgia infinita de los grandes años del rock, y a las infinitas tiendas de discos que son una leyenda generacional para los que cuentan más de cuarenta años y tuvieron la suerte de perder la cabeza con la música.
El astronauta de Bohemia, de un debutante Jaroslav Kalfar, es una historia tan alocada como inteligente sobre la descomposición de los bloques soviéticos tras el comunismo, en una disparatada aventura espacial que tiene más de la factoría Mortadelo y Filemón que de la NASA. Kalfar sabe hacer reír y pensar a un tiempo, algo verdaderamente difícil.
El aislamiento forzoso también puede ser un buen momento para volver a sus lecturas de infancia, aquellas que les hicieron entrar en la senda de la literatura. Rescaten a Emilio Salgari, Enid Blyton, Robert L. Stevenson o Agatha Christie de esas cajas del desván, desempólvenlas y sumérjanse en su memoria literaria. El pasado es sumamente reconfortante cuando el presente no está a la altura.
Les hará bien que la naturaleza entre en su casa. Lo tienen fácil porque en nuestro tiempo vivimos una explosión de edición eco, que ha puesto en circulación todos los textos de los mejores naturalistas: llenen sus pulmones de oxígeno en cada página de John Muir, Bernd Heinrich y Nathaniel T. Wheelwright, David George Haskell o John Haines.
La poesía romántica será ese refugio secreto que necesitan, si sabemos acudir en este tiempo convulso a esas cajas de música en forma de poema que encierran toda la sensibilidad de Occidente. Keats o Byron no son precisamente alegres, pero sí iluminadores en su intimidad ilustrada.
Rodéense de libros que rebosen optimismo y quédense en casa, lectores. Nos necesitamos.
Rafael Ruiz Pleguezuelos (Granada, 1974) es escritor y dramaturgo. Doctor en Filología por la Universidad de Granada. Columnista habitual en medios culturales. Su último libro es La Botella de Bukowski, (Tempestas, 2016).