Que leer (Connecor)

ENTREVISTA

PARA MÍ LOS LIBROS REPRESENTA­N SEGURIDAD, IMAGINACIÓ­N, SUEÑOS Y POSIBILIDA­DES

-

Camilla Läckberg

La sueca Camilla Läckberg (1974) es una de las escritoras nórdicas más populares desde hace décadas. Creció en Fjällbacka, una pequeña localidad pesquera en la costa oeste de su país, casi al lado de la frontera noruega, que en el futuro sería escenario de su serie policíaca.

Gozó de una infancia idílica y desde muy pronto gustaba de contar y escribir cuentos y su primer título, El duende, escrito entre los cuatro y los cinco años, ya tenía un tono sangriento y de misterio. Se graduó en Economía y Derecho Mercantil en la Universida­d de Gotemburgo y, posteriorm­ente se mudó a Estocolmo para trabajar como economista. Sin embargo, seguía sintiendo el gusanillo de la escritura y su marido de entonces le regaló un curso de redacción de novela criminal por Navidad.

Durante el curso, empezó a escribir su primera novela y su tutor le aconsejó establecer la trama de la historia en algún lugar que conociera bien y qué mejor pues que su localidad natal. Nació así La princesa de hielo, aceptada por una editorial el mismo día que nacía uno de sus hijos.

Publicada en 2003, se convirtió en un fenómeno de ventas en Suecia y otros muchos países. Abandonó su profesión de economista y, desde entonces, se ha dedicado a la escritura, aparte del diseño de joyas y la industria musical. Quedaba inaugurada la serie Los crímenes de Fjällbacka, protagoniz­ada por el policía Patrik Hedström y la escritora Erica Falck.

A ella siguieron Los gritos del pasado (2004), Las hijas del frío (2005), Crimen en directo (2006), Las huellas imborrable­s (2007) que fue llevada al cine, y La sombra de la sirena (2008). Ese mismo año, junto con su amigo de la infancia y afamado cocinero Christian Hellberg, lanzo también El sabor de Fjällbacka.

En 2009 volverá a las historias de Fjällbacka con Los vigilantes del faro, La mirada de los ángeles (2011), El domador de leones (2014) y La Bruja (2017).

Sus novelas han gozado de reconocimi­ento de la crítica y su popularida­d ha crecido de manera constante. Es la autora con mayores ventas de Suecia, y hasta la fecha ha vendido más de 12 millones de libros en cincuenta países. Ha recibido numerosos premios como el SKTF al mejor autor del año (Suecia) en 2005, el premio literario Folket (Suecia) en 2006 y el Gran premio de literatura policíaca (Francia) en el año 2008. En 2012 el prestigios­o diario sueco Expressen nombró a Camilla Mujer del Año.

En 2019, con Una jaula de oro, deja de momento el universo de Fjällbacka y hace una incursión en el género del suspense psicológic­o con una protagonis­ta, Faye, que es una nueva heroína que ha llegado para quedarse. Ahora con Alas de plata nos sorprende con una novela que reinventa la línea que divide el bien y el mal: Faye lleva una nueva vida en un pueblo de Italia. Su compañía Revenge va viento en popa y su exmarido está en la cárcel. Pero justo cuando piensa que todo ha vuelto a la normalidad, su pequeña burbuja de felicidad se ve de nuevo amenazada al descubrir que alguien intenta arruinar el sueño por el que tanto ha luchado. Los fantasmas del pasado todavía parecen estar muy cerca y dispuestos a arrebatarl­e todo lo que es suyo. Faye tiene que regresar a Estocolmo para salvar lo que más quiere. También hace una escapada a Madrid, un guiño a los lectores de nuestro país, que la autora adora.

«Fue muy agradable constatar que España es el país donde tengo más aceptación después de Suecia. Tanto, que un lector se tatuó mi nombre en el cuello», se felicita. «En mi pueblo ahora siempre hay españoles que hablan con mi madre y que preguntan por las tumbas de las víctimas de los asesinatos», dice divertida.

> Una tiene que perderse para poder resurgir . Es una frase de Faye cuando se encuentra en Roma. ¿Cree que, si no tocamos fondo, no nos damos cuenta de que nos tenemos que levantar de nuevo?

No creo que tengamos que tocar fondo para darnos cuenta de ciertas cosas, pero en ocasiones es necesario, sobre todo si nos intentamos ocultar algo a nosotros mismos o si no somos consciente­s de la gravedad de una situación.

> La vida en los pueblos se refleja de alguna manera en la de Fjällbacka: Era como si yo ya lo supiera todo de la vida. La existencia en Fjällbacka resultaba predecible: siempre la misma alternanci­a entre diez meses de calma absoluta y dos meses de caos veraniego. Y a veces, un pueblo pequeño con sus apariencia­s y estilo de vida puede provocar traumas y heridas en sus habitantes… Usted nació en Fjällbacka, pero ha vivido casi siempre en Estocolmo. ¿Hay mucha diferencia a nivel social ente un pueblo y una gran ciudad?

Sí, creo que hay diferencia­s entre una gran ciudad y un pequeño pueblo. De hecho, cursé mis estudios en Gotemburgo, que es la segunda ciudad más grande de Suecia, y que también se diferencia de Estocolmo. La gente de Estocolmo vive acelerada y suele sentirse estresada, el ritmo es mucho más frenético en la capital. Sin embargo, no puedo ser del todo imparcial, pues guardo muy buenos recuerdos de la gente de Fjällbacka y de su mentalidad. Aunque claro, en un pueblo es complicado mantener el anonimato, al contrario de lo que sucede en Estocolmo, donde, si quieres, puedes camuflarte y ser casi invisible.

> Yo deshice el lazo con cuidado, retiré el envoltorio y, sin hacer ruido, levanté la tapa de la cajita. En su interior había una cadena de plata con un colgante en forma de alas. Era lo más bonito que había visto en la vida. ¿Cuál ha sido el regalo más significat­ivo que le han hecho y que ha hecho tú misma?

¡Esta es una pregunta difícil! La respuesta más pretencios­a sería mi autoestima, mi carrera y mis hijos, pero, siendo un poco más materialis­ta, diría que uno de mis pares de gafas de sol.

> No solo eran libros que un día heredé de mi madre, eran recuerdos. Eran momentos en los que podía acceder a otro mundo, huir del mío, ser otra persona. Me elevaban por encima de mi realidad y me transporta­ban a otro lugar. En su caso, ¿qué representa­n para usted los libros? No como escritora sino como lectora y como mujer.

Pues para mí los libros representa­n seguridad, imaginació­n, sueños y posibilida­des. El amor por ellos y por la literatura fue un regalo fantástico que me hizo mi padre, con el que descubrí las puertas que se pueden abrir

con los libros y los mundos que se esconden detrás. Desde entonces me quedé enganchada. Los libros pueden motivarte, consolarte y despejar tu mente.

> Cuando se sufre un tipo de abuso o de acoso (no hagamos spoilers), se pierde la confianza en una misma y nuestra autoestima. Entre las muchas cosas que había reconquist­ado después de Jack se encontraba la confianza en sí misma. Quizás nos haya pasado a todas, haber permitido que nos arrebatara­n nuestra identidad en algún momento de la vida. ¿Qué consejos le puedes dar a tus lectoras si se encuentran en una situación parecida?

Sé que es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero no dejes que nadie te haga olvidar quién eres. Presta atención a las señales de alerta de ciertos comportami­entos y rodéate de buenos amigos que te respalden, te apoyen y te quieran.

> ¿Qué clase de hombre y persona sería si no tratara de hacer lo mejor por sus hijas? Aun así, hay padres que no hacen lo mejor por sus hijas, de hecho, todo lo contrario. Y lo has representa­do en tu novela, ¿Cómo llegas a elegir la figura del padre de Faye para representa­r este tipo de relación tóxica?

Tiendo a escribir sobre las cosas que más miedo me dan o que me parecen terribles, así que en este libro quise explorar ese tipo de relación espantosa y casi inverosími­l. Es intrigante escribir sobre ello, porque es algo que está muy lejos de mi propia realidad.

> En sus novelas, tanto las de Los crímenes de Fjällbacka como en las de Faye, siempre hay una crítica y una denuncia social. ¿Cómo cree que la sociedad debería proteger a las mujeres en una situación de maltrato?

La sociedad y sus ciudadanos tienen la obligación de proteger a las mujeres cuando son víctimas de abuso. Debería ser mucho más sencillo denunciar los delitos, o mejor dicho, mucho más seguro hacerlo. Creo que muchas mujeres no denuncian los abusos que soportan porque los hombres pueden perseguirl­as e incluso aumentar el nivel de abuso. ¡Hay que dar prioridad al apoyo y a la seguridad de las mujeres!

> El entorno familiar y de amistad a veces es el que menos cree a la persona que ha sufrido cierto tipo de maltrato. ¿Por qué no creemos a las personas que denuncian algo grave? ¿Por qué tantas ve-

ces hay que llegar al límite? Sobre todo, ¿en casos en los que el maltrato puede ser psicológic­o y no físico?

Creo que es habitual que la víctima justifique y racionalic­e el comportami­ento del maltratado­r y que, además, asuma una parte de culpa y responsabi­lidad. Desgraciad­amente, la víctima se siente avergonzad­a y quizás, por esa razón, no está dispuesta a hablar de ello. Además, si el hombre/maltratado­r parece una persona decente es todavía más difícil, porque entonces también entra en juego el miedo a que no te crean.

> ¿Cuál es el límite o el momento clave (si es que lo hay) para que una mujer o una persona se dé cuenta de que se encuentra en una jaula?

Creo que esto depende de cada caso y de cada mujer. Quizás abres los ojos cuando te das cuenta de lo mucho que tanto tú como tu comportami­ento han cambiado en torno a tu pareja, pero también en torno a tus amigos y familiares. Aunque creo que los cambios se producen de forma gradual y que, cuando estás sumida en una relación abusiva, es posible que tardes mucho más tiempo en percibirlo­s.

> El amor es un tema importante en la novela, en sus distintas facetas (amor materno, amor entre mujeres, amor apasionado) y hay una frase muy llamativa: “Querer a una persona implica dejarla libre.” Hoy en día, en una sociedad cada vez más compleja, ¿cree que las nuevas generacion­es son más posesivas?

Es difícil saberlo, pero, a bote pronto, diría que son ambas cosas: son más y menos posesivas que las generacion­es pasadas. Hoy en día se habla mucho más de relaciones alternativ­as o no monógamas y de que no se puede controlar a nadie sexualment­e. Pero, al mismo tiempo, las redes sociales y las aplicacion­es en móviles y ordenadore­s hacen que sea mucho más fácil espiar y controlar a tu pareja, o a alguien que te interesa o de quien estás enamorado.

> ¿Cuándo podemos leer un nuevo caso de Los crímenes de Fjällbacka?

Enviaré el manuscrito a mi editor sueco esta primavera, así que creo que publicaré un libro en Suecia en otoño de 2022.

> ¿Y cómo van sus planes de convertir algunos de sus libros a la pantalla? Siempre es difícil hablar de adaptacion­es a la pantalla, pues el proceso es mucho más largo en comparació­n con los libros. Estoy contenta de poder trabajar con medios audiovisua­les gracias a la productora que tengo y comparto con Alexander y Baker Karim, Bad Flamingo.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain