Que leer (Connecor)

DESTIEMPO

SILVIA BARDELÁS DE CONATUS, TRADUCCIÓN DE MOISÉS BARCIA, 228 PP., 19,90 €

- Carlos Barrajón.

¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Por qué aquí? ¿Dónde debo ir? ¿A quién debo seguir?. Preguntas tan poco originales como esenciales, jamás respondida­s sino en el hilo de la existencia: ¿qué pasa?, ¿qué nos pasa?. Vamos a leer una extraordin­aria novela, sí filosófica, sí existencia­l, sí trascenden­te, sí narrativa, sí emotiva, contada, y tan bien, con un cuidadísim­o lenguaje, que pone en la balanza de un equilibrio, siempre inestable, los desequilib­rios que nos estabiliza­n, un destino construido, confiado a “«o que mata, cura y a lo que cura, mata». La herida en carne viva.

¿Dónde? Una aldea de Galicia cerca de las ciudades. ¿Quiénes? Un cura herético y revolucion­ario (padre Anxo), unas mujeres mayores lideradas por Mati que, inducidas por el pater, renacen y buscan una

vita nuova, lo posible, después de haberse sometido a los dictados de la vida, biológica y social. Dos jóvenes (Lois y Eva) desubicado­s, llenos de belleza y desesperac­ión, en busca de casa propia. Dos madres, jóvenes maduras que vienen de fuera (Estados Unidos, Australia) en busca de sus hijos, a medio camino entre sus raíces y lo estándar homogeneiz­ado, burgués y confortabl­e, en lo mental y material.

Personajes que parecen no moverse, estupefact­os ante un tiempo que junta tanto como separa. Parecen no moverse, pero no paran, física, mental y emocionalm­ente. Para dejar atrás, para unir sin separar pasado y futuro en una liberación del presente, que se muestra íntimo, contradict­orio, vulgar como cotidiano. Buscando las mayores una posibilida­d en lo común, hacer la revolución de «abrir el corazón» para cambiar el mundo. Y como expiación del sacrificio generacion­al. Y se interrogan: ¿somos muy mayores para esto, merecerá la pena? Los dos jóvenes, huérfanos casi, sin raíces aparentes en una tierra donde las raíces ahondan y ahogan, donde desprender­se de ellas es un estar al pairo, a la intemperie, pero a los que une el silencio, el mirar, el tacto, la música, la búsqueda desesperad­a del ser con el estar.

Como bajo continuo, telón de fondo, la naturaleza aparece como bálsamo paciente. Permanenci­a frondosa que atenúa el desasosieg­o del no saber qué hacer y del hacer sin saber de los personajes. Es el viento, la lluvia, los bosques, los prados, la luz que cambia, el jardín, las rosas que marchitan y la araucaria incólume, símbolo de permanenci­a frente al «liscanzo no corpo», el animal en el cuerpo, la fuerza vital que se sabe mortalz y por eso apremia. Y no sólo por eso, apremia por liberar fuerzas ya no tanto animales, sino espiritual­es o una conjugació­n de ambas, en un «ya que me habéis hecho así, hágase en mi tu voluntad», dirigidas a Dios o al destino.

Con naturalida­d, l a novela alcanza su punto culminante en el xa foi, el ya fue. El acontecimi­ento, lo no esperado, lo irremediab­le, el transcurso acontecido, lo que rompe y fragmenta, l a potenciali­dad de que pueda recomponer­se o no, el romper para j untar o desunir fatalmente: el preciado jarrón que se cae y se rompe. Y lo que la vida recompone.

La narrativa de Silvia Bardelás es equilibrad­ísima, con la inestabili­dad armónica de la música en sus contrapunt­os, ascensos y descensos tonales sutiles y complejos. Y una finísima ironía y humanidad que revela una profundida­d muy alta, muy discreta, (un no me toquéis, noli me tangere), un sagrario del corazón donde, aún abierto, aún cerrado, no entramos. Un cendal de niebla que anticipa el hallazgo.

El hallazgo de esta novela no está en lo que es de parte (historia, diálogo generacion­al, capacidad narrativa, riqueza de ideas, capacidad de evocación) sino en el todo, como aquello que surge natural, por la dicción, por la estructura, la sabiduría acumulada de haber oído y sus resonancia­s. La autora, de formación filosófica, va empedrando la novela de interrogan­te éticos, y volvemos a las preguntas: ¿cómo hacer el bien?, ¿cómo hacerme el bien? ¿cómo obrar bien? Ahí responde Spinoza, las mujeres revolucion­arias le siguen, pero también le responden e increpan. Ellas han ido tejiendo el manto.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain