DESUBICADOS
María Sonia Cristoff MINÚSCULA, 96 PP., 16,50 €
Sur, en irme a vivir a lo que la gente llama “un lugar tranquilo”. Que lo pensé seriamente, quiero decir, no es hecha, un protodeseo, un amuleto del cual agarrarme en medio de una o alguno de esos otros ritos urbanos que me ponen al borde del abismo, para después largarlo, olvidarlo en el camino despavorido de vuelta a mi casa, a mi cama. Esta debería ser la última.» Esta es la voz de la narradora que cuenta aquí cómo se entrega a sus cavilaciones en un banco del zoológico de la ciudad en la que vive, donde se siente «como un bicho libros se han traducido a siete idiomas.