La posventa ¿sostenible? del vehículo eléctrico
El ruido con el coche eléctrico no se corresponde (todavía) con la realidad. Lo cierto es que la representatividad de coches con etiqueta Eco o Cero no llega al 6% del parque. El taller, de momento, mira de soslayo a estos vehículos, porque aún representan una tasa muy baja de sus clientes. Pero el futuro pasa por la electrificación, llegará y debemos aprovechar que es tan progresiva para ponernos al día y conocer en profundidad qué aporta a la posventa. En Solera nos hemos hecho la pregunta de cómo es la posventa sostenible en el vehículo más sostenible, valga la redundancia. Y los datos que tenemos arrojan conclusiones curiosas. Por ejemplo, el índice de reparabilidad en un eléctrico es menor que uno de combustión, eso sí, la diferencia no es grande. En concreto, un vehículo de combustión tiene de media casi el 68% de reparabilidad, frente a cerca del 65% de un eléctrico. En ambos casos, dicho índice mejora año tras año. Esto es importante, porque se está generando una cultura de sostenibilidad en la posventa y esto implica fomentar, en la medida de lo posible, reparar una pieza en vez de sustituirla.
Otro apunte a tener en cuenta es que hay más reparaciones en eléctricos que en combustión en las partes centrales delantera y trasera del vehículo. Quizás sea algo coyuntural, pero hay que tener en cuenta que la gran mayoría de los conductores se sube al eléctrico de nuevas y descubre, para su sorpresa, que estos vehículos aceleran del tirón como un coche de scalextric, no progresivo como uno de combustión.
Más conclusiones a tener en cuenta: el coste por kilómetro. La diferencia con el eléctrico es más pequeña, curiosamente, que con el diésel; más agudo, en cambio, con el gasolina. Si esta fotografía la concretamos en elementos del vehículo, sólo los neumáticos muestran un coste mayor de mantenimiento. Hay que recordar que son diferentes en estos coches, sin ir más lejos en tamaño, 19 pulgadas en muchos casos, frente a las 16-18 de los otros vehículos.
Por último, para cerrar el análisis, es curioso comprobar cómo el mantenimiento de un automóvil eléctrico premium es mucho más caro que el de su equivalente generalista en cualquier comparativa con el resto de motorizaciones. En el vehículo eléctrico, la diferencia entre ambos (premium-generalista) alcanza el 85%, cuando en diésel es sólo el 29%.
Sirvan estos datos para comprobar como el coche eléctrico aún tiene que resolver ciertas cuestiones que van más allá de su precio de adquisición, problemas de infraestructura de recarga o autonomía. Y es que lo sostenible no implica sólo al medio ambiente, sino también al bolsillo.
Y los talleres deberán afinar sus estrategias con el eléctrico. Recordemos también que tienen menos piezas mecánicas que uno de combustión. Quién sabe, quizás veamos un mix de taller de neumáticos, chapa y pintura y batería; es decir, muy especializados y muy transversales. ¿Talleres etiqueta Cero?
“EL COCHE ELÉCTRICO AÚN TIENE QUE RESOLVER CIERTAS CUESTIONES QUE VAN MÁS ALLÁ DE SU PRECIO DE ADQUISICIÓN, PROBLEMAS DE INFRAESTRUCTURA DE RECARGA O AUTONOMÍA”