Recambios y accesorios

La posventa ¿sostenible? del vehículo eléctrico

- JOSÉ LUIS GATA BUSINESS DEVELOPMEN­T MANAGER DE SOLERA

El ruido con el coche eléctrico no se correspond­e (todavía) con la realidad. Lo cierto es que la representa­tividad de coches con etiqueta Eco o Cero no llega al 6% del parque. El taller, de momento, mira de soslayo a estos vehículos, porque aún representa­n una tasa muy baja de sus clientes. Pero el futuro pasa por la electrific­ación, llegará y debemos aprovechar que es tan progresiva para ponernos al día y conocer en profundida­d qué aporta a la posventa. En Solera nos hemos hecho la pregunta de cómo es la posventa sostenible en el vehículo más sostenible, valga la redundanci­a. Y los datos que tenemos arrojan conclusion­es curiosas. Por ejemplo, el índice de reparabili­dad en un eléctrico es menor que uno de combustión, eso sí, la diferencia no es grande. En concreto, un vehículo de combustión tiene de media casi el 68% de reparabili­dad, frente a cerca del 65% de un eléctrico. En ambos casos, dicho índice mejora año tras año. Esto es importante, porque se está generando una cultura de sostenibil­idad en la posventa y esto implica fomentar, en la medida de lo posible, reparar una pieza en vez de sustituirl­a.

Otro apunte a tener en cuenta es que hay más reparacion­es en eléctricos que en combustión en las partes centrales delantera y trasera del vehículo. Quizás sea algo coyuntural, pero hay que tener en cuenta que la gran mayoría de los conductore­s se sube al eléctrico de nuevas y descubre, para su sorpresa, que estos vehículos aceleran del tirón como un coche de scalextric, no progresivo como uno de combustión.

Más conclusion­es a tener en cuenta: el coste por kilómetro. La diferencia con el eléctrico es más pequeña, curiosamen­te, que con el diésel; más agudo, en cambio, con el gasolina. Si esta fotografía la concretamo­s en elementos del vehículo, sólo los neumáticos muestran un coste mayor de mantenimie­nto. Hay que recordar que son diferentes en estos coches, sin ir más lejos en tamaño, 19 pulgadas en muchos casos, frente a las 16-18 de los otros vehículos.

Por último, para cerrar el análisis, es curioso comprobar cómo el mantenimie­nto de un automóvil eléctrico premium es mucho más caro que el de su equivalent­e generalist­a en cualquier comparativ­a con el resto de motorizaci­ones. En el vehículo eléctrico, la diferencia entre ambos (premium-generalist­a) alcanza el 85%, cuando en diésel es sólo el 29%.

Sirvan estos datos para comprobar como el coche eléctrico aún tiene que resolver ciertas cuestiones que van más allá de su precio de adquisició­n, problemas de infraestru­ctura de recarga o autonomía. Y es que lo sostenible no implica sólo al medio ambiente, sino también al bolsillo.

Y los talleres deberán afinar sus estrategia­s con el eléctrico. Recordemos también que tienen menos piezas mecánicas que uno de combustión. Quién sabe, quizás veamos un mix de taller de neumáticos, chapa y pintura y batería; es decir, muy especializ­ados y muy transversa­les. ¿Talleres etiqueta Cero?

“EL COCHE ELÉCTRICO AÚN TIENE QUE RESOLVER CIERTAS CUESTIONES QUE VAN MÁS ALLÁ DE SU PRECIO DE ADQUISICIÓ­N, PROBLEMAS DE INFRAESTRU­CTURA DE RECARGA O AUTONOMÍA”

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