La Ruta 66 española
RUTA 66 española
Muchos moteros soñamos con “calzarnos” la chupa de cuero y a lomos de una ‘Harley’ recorrer la ruta 66, un sueño inalcanzable para algunos. Una ruta de casi 4.000 km que cruza Estados unidos siguiendo el camino del sol. En este artículo vamos a descubrir una ruta que como la 66 americana, cruza nuestro país de norte a sur, “la Ruta de la Vía de la Plata”, archiconocida en muchos sentidos por su historia o por las ciudades que cruza. Quizás muchos no la conozcan como la ruta 66 española, puedo decir que es una auténtica gozada recorrerla a la grupa de nuestra moto por la carretera nacional N-630 y la Autovía A-66, que curiosamente coincide el nombre con la americana.
La citada carretera comienza en Gijón y termina en Sevilla o viceversa. Casi 900 km. que transcurren por los verdes prados y serpenteantes carreteras de Asturias, continuando por las interminables rectas y llanuras de tierras de Castilla y León para continuar entre encinas y dehesas por Extremadura y terminar entre los inmensos olivares andaluces donde se pierde la vista en una tierra llena de lunares.
La Ruta de la Vía de la Plata es uno de los caminos más antiguos de la Península Ibérica, vertebró la comunicación ya en el Imperio Romano y hoy en día, su trazado continúa siendo una de las grandes vías de conexión de la Península Ibérica. Atraviesa 4 comunidades autónomas y 7 provincias, pasando por ciudades como Gijón, Mieres, Benavente, León, La Bañeza, Zamora, Guijuelo, Béjar, Plasencia, Mérida, Zafra, Carmona y Sevilla entre otras, un total de 29 ciudades, varias de ellas Patrimonio de la Humanidad.
Estamos, sin ninguna duda, ante una de las grandes rutas para realizar en moto. Mi consejo es no hacerla de una vez, sino en al menos cuatro fases, pues en cada una de ellas hay tanto que ver que de otra manera nos perderíamos todo el encanto de sus paisajes y ciudades. Aunque en este artículo realizo la ruta en 4 días, realmente cada etapa debería extenderse a una semana como mínimo. Ciudades como Sevilla, Salamanca o León no se pueden ver en un día. se puede realizar la ruta durante todo el año, el otoño y la primavera son mis estaciones preferidas.
La ruta está muy bien dotada con todo lo necesario para que nuestro viaje, siempre en moto, sea agradable; bastantes gasolineras, numerosos hoteles y casas rurales con encanto y una variada red de restaurantes, pues no hay que olvidar que la gastronomía es otro de los puntos fuertes de la ruta.
Aunque la ruta alterna la A-66 con la N-630, mi consejo es viajar lo más posible por la carretera nacional parando en sus pueblos, recorriendo las ciudades e impregnándonos de su historia, monumentos y gastronomía, de todo esto nos ocuparemos más adelante.
Día 1
por tierras andaluzas
De Sevilla a Montemolín una etapa de 224 km por Andalucía. Comenzaremos visitando Sevilla, Los Reales Alcázares, La Giralda, La Torre del Oro, las callejuelas del Barrio de Santa Cruz y la Plaza de España. De Sevilla partiremos a Carmona donde podemos visitar El Alcázar, Plaza de San Fernando, el antiguo foro romano de la ciudad, el convento de Santa Clara, antiguo taller de Zurbarán o la Torre del Oro desde donde disfrutaremos de unas impresionantes vistas panorámicas de la ciudad. Siguiendo nuestro camino, nos dirigimos hacia San Nicolás del Puerto y Cazalla de la Sierra; estamos en la Sierra norte de Sevilla; carreteras serpenteantes entre una vegetación con tonos pardos gracias a los olivares, encinas y alcornoques, y entre ellos se dibujan los pueblos blancos. Cazalla, Alanís, Constantina, San Nicolás del Puerto, Las Navas de la Concepción y El Real de la Jara.
Un recorrido fascinante y en otoño además un deleite para los sentidos con unas temperaturas todavía perfectas para nuestro viaje. Hay algunos lugares sorprendentes en los que cuesta creer que estemos en Sevilla como las cascadas del Huéznar donde la carretera se adentra por el Parque Natural y desemboca en el embalse del Pintado y el Mirador de Sierra Padrona.
Tras 224 km de adrenalina, pero disfrutando plenamente del paisaje y una buena carretera, dejamos atrás Andalucía y entramos en Extremadura. Nuestro final en esta etapa está en Montemolín, donde pernoctaremos al igual que lo hicieron en el pasado los caminantes y pastores trashumantes que se dirigían hacia el sur desde tierras castellanas.
Día 2 Aventura extremeña
De Montemolín hasta Baños de Montemayor, son 382 km por tierras extremeñas. Esta etapa merece la pena realizarla por sí sola en varios días pues en uno solo no vamos a poder conocer como se debe lugares tan espectaculares como Monfragüe, Mérida, Zafra o el Valle del Jerte. Si la realizamos en primavera tendrá el añadido de sus cerezos en flor, y algo que sorprende mucho cuando se viaja en moto, los aromas que nos vamos encontrando en el ambiente; a pino, a flores… a naturaleza.
De Montemolín iremos a Fuente de Cantos, Calzadilla de los Barros y Zafra donde realizaremos una parada para visitar la ciudad, tomar un café en su Plaza Chica o en la Grande, ver el Palacio de los Duques de Feria hoy Parador Nacional, el convento de Santa Clara de Zafra, del siglo XV y la iglesia de la Candelaria. Tras esta pausa nos subiremos de nuevo a la moto para seguir camino hacia Los Santos de Maimona y Mérida.
Mérida es también conocida como la Pequeña Roma. Su Teatro y Anfiteatro Romano, el Puente también romano, el Templo de Diana, el Circo o el acueducto de San Lázaro entre otros muchos monumentos. Mérida es para estar varios días y pasear tranquilos por la ciudad; pero debemos continuar, tomemos nuestra moto y sigamos hacia Aldea del Cano y Casar de Cáceres. De aquí es la famosa torta del Casar, imprescindible conocer cómo se elaboran y de paso llevarnos una torta de la Quesería de Doña Francisca, en ella es incluso posible realizar una visita con degustación y, para terminar visitaremos el Museo del Queso. Nuestra siguiente parada, es el Parque Nacional de Monfragüe, un verdadero santuario para los ornitólogos de toda Europa. Si tenéis tiempo, merece la pena contratar un guía y admirar los buitres leonados, las águilas imperiales y otras muchas especies. A través de una estrecha carretera que recorre el parque encontraremos miradores como el del Salto del Gitano donde poder observar buitreras en las paredes de los cortados sobre el embalse.
Abandonamos Monfragüe para dirigirnos a Plasencia, uno de los grandes enclaves de la Ruta Vía de la Plata y un magnífico punto de partida para conocer el valle del Jerte, Las Hurdes, Sierra de Gata y la comarca de la Vera. En Plasencia es difícil decir qué ver si se tiene poco tiempo. Comenzaremos por la Catedral Vieja, la Catedral Nueva, El Parador Nacional, ubicado en el convento de San Vicente Ferrer, un conjunto monumental del siglo XV compuesto por el propio convento además de la iglesia de Santo Domingo y el palacio Mirabel de la familia Zúñiga, el Ayuntamiento, la Plaza Mayor, el Acueducto romano, el Palacio de Monroy o el Teatro Alkázar con mas de un siglo de historia.
Conviene detenerse en el Mirador Santuario Virgen del Puerto. En plena Dehesa, a unos 5 kilómetros de la ciudad, se encuentra este paraje de gran belleza, desde el que se contemplan magníficas vistas de Plasencia y sus alrededores.
Seguimos camino hacia Hervás, posiblemente uno de los destinos moteros más visitados de Extremadura por el entorno natural que lo rodea y su precioso acceso desde el valle del Jerte a través del puerto de Honduras. En Hervás es imprescindible conocer su barrio judío, el Museo Pérez-comendador-leroux y el Museo de la Moto y Coches Clásicos.
De Hervás a Baños de Montemayor, una pequeña localidad que cuenta con termas y un tramo de calzada romana desde donde se pueden disfrutar de las bonitas vistas del pueblo, que marca el final de nuestra ruta por Extremadura. Las aguas termales son, sin duda, el elemento que ha dado fama a Baños de Montemayor. Se trata de aguas sulfuradas, sódicas que brotan de dos manantiales próximos entre sí a una temperatura de 43ºc.
Día 3 Campos de Castilla
376 km por tierras de Castilla y León. De Baños de Montemayor a Pola de Gordón. Partimos hacia Béjar, ciudad enclavada en la sierra de su mismo nombre en la provincia de Salamanca; es imprescindible recorrer su calle Mayor, visitar la iglesia del Pilar y San José, Santa María la Mayor o el convento de San Francisco. A pocos kilómetros de la ciudad se encuentra la plaza de toros del Castañar, la más antigua de España, data de 1711 y el Bosque de Béjar, un jardín renacentista construido por Duques de Béjar y de Plasencia. Se trata de uno de los jardines más antiguos de España de tipo italiano renacentista y data de 1567. Según parece grandes literatos como Góngora o el propio Cervantes pasearon por este jardín.
De Béjar continuamos camino hacia Guijuelo, ciudad por excelencia del buen jamón y una increíble chacinería. Os recomiendo dar un paseo por la ciudad, conocer su industria y visitar el Museo de la industria chacinera. El entorno de Guijuelo es espectacular, rodeado de sierras; al sur está la sierra de Béjar y los grandes macizos del Sistema Central, al oeste la Peña de Francia y al sureste Barco de Ávila y los puertos montañosos que conectan con el valle del Jerte y Gredos.
Seguimos camino y tenemos dos posibilidades, o Ledesma que se encuentra dentro de la ruta o Salamanca (por la que yo me inclino).
Sus dos Catedrales, la Casa de las Conchas, El Palacio de Monterrey (propiedad de la familia Alba), su Plaza Mayor, una de las más bellas de España, la Clerecía, la Universidad, la más antigua de España junto con la de Alcalá de Henares en Madrid o el Huerto de Calixto y Melibea, son algunos de los lugares imprescindibles de esta bellísima ciudad castellana.
El color de la piedra de sus edi cios es único y proviene de las canteras de Villamayor.
En Salamanca conviene pasar al menos un par de días para que nos de tiempo a poder conocer algo de su esencia. Pero recordad que nuestro objetivo es terminar en la Pola de Gordón al norte de la provincia de León y aún nos quedan dos ciudades imponentes que visitar, son Zamora y León (imposible en un solo día). Esta etapa es para hacerla muy relajada. De Salamanca partimos hacia Zamora, ciudad del Duero digna de otro par de días; su Catedral es icono de una ciudad del románico; La Plaza Mayor con la estatua del Merlú (dos penitentes de su famosísima Semana santa); y La plaza de Viriato, muy cerca de la Plaza Mayor. Sobre el río Duero se alza el puente de piedra y merecen la pena sus vistas con Zamora re ejndose en sus márgenes. Otros lugares que no debemos perdernos son: Las Murallas y Puerta del Obispo de Olivares, la iglesia de San Juan Bautista o de Puerta Nueva, el Museo de la Semana Santa y la calle de Los Herreros que forma parte de la ruta por el románico de Zamora, aunque esta calle debería ser visitada por la noche (y sin moto).
Si aún nos queda algo de tiempo, muy cerca de Zamora se encuentra el lago de Sanabria, sin duda merece la pena visitar este paraje natural.
Desde Zamora nos dirigimos a León pero antes pasaremos por Benavente y La Bañeza, dos poblaciones de suma importancia en la ruta. Benavente debe su importancia a su enclave en un lugar privilegiado, cruce de caminos desde la antigüedad hasta hoy día, uniendo la zona centro de España con el noroeste peninsular. En Benavente se unen los cauces de tres ríos; Órbigo, Esla y Tera por lo que su vega siempre ha sido muy importante.
Un paseo por la ciudad nos permite admirar su bella Plaza Mayor, la Iglesia de Santa María de Azogue y algunas casas palaciegas que denotan la importancia histórica de esta ciudad. Entre ellas destaca la Casa Solita con sus increíbles vistas a la vega.
Nuestra siguiente parada es La Bañeza; en sus calles tiene lugar la única competición española de motos que se realiza íntegramente en circuito urbano, una prueba que comenzó a mediados del S.XX y donde grandes campeones como Ángel Nieto han participado. En su vieja fábrica de harina “La Única”, actualmente rehabilitada como centro de interpretación, se puede visitar una buena exposición de motos clásicas.
En unos 58 km. llegamos a León, otra de las ciudades clave de esta ruta. El patrimonio leonés es interminable al igual que el de otras muchas de las ciudades de las que hemos hablado en esta ruta y por ello, si podéis, bien se merecería tomarnos unos días extra para visitarla; voy a mencionar lo más imprescindible pues aún quedan kilmetros para nalizar nuestra etapa de hoy.
En Len s o si hay que visitar la imponente Catedral que con sus 125 vidrieras y su rosetón dan lugar a un juego de luces indescriptible. El Palacio de los Guzmanes es uno de los edi cios histricos ms emblemticos de la ciudad de León. Perteneció a una de las familias ms poderosas e in uyentes de la capital leonesa, los Guzmanes, y fue construido sobre un antiguo palacio de estilo gótico-mudéjar.
Otra de sus joyas es Casa Botines, este edi cio de estilo neogótico con in uencias modernistas fue construido por Gaudí y es una de las tres obras que el arquitecto construyó fuera de Cataluña. Aunque queda mucho que ver en León terminaré por San Isidoro, aquí se celebraron las “primeras cortes democráticas del mundo”, las Cortes de 1188. En su Claustro aún se conserva la puerta original por la que entró el rey Alfonso IX, cuando era apenas un adolescente.
En el Panteón de los Reyes, están enterrados los monarcas de León, sin duda una joya del arte románico que contiene un calendario de labores agrícolas que es único en el mundo. Es conocido con el sobrenombre de “La Capilla Sixtina del Románico”. En su museo se puede admirar el Cáliz de Doña Urraca. Una reciente teoría sostiene que es el auténtico Santo Grial.
Si quieres disfrutar de la gastronomía leonesa, sus pinchos, tapas, vinos del bierzo o un buen botillo, el Barrio Húmedo es el lugar perfecto.
Nuestra jornada termina en La Pola de Gordn. La situacin geogr ca de este municipio es privilegiada, entre León (a 33 kilómetros) y Asturias (a 25 kilómetros del Puerto de Pajares), está enclavado en el Macizo de la Cordillera Cantábrica y la Montaña Central Leonesa, a 1.021 m de altitud y bañada por el río Bernesga. Forma parte de la Reserva de la Biosfera Alto Bernesga junto con Villamanín. Toda la zona está considerada patrimonio natural. El valle del río Casares y sus hayedos, que en otoño nos muestran unas postales únicas, son paradas obligadas en la ruta.
Ésta es la magia de la Ruta Vía de la Plata; cada kilómetro, cada ciudad es un universo de contrastes, rico y seductor. La Pola de Gordón es un lugar tranquilo y rural para descansar y poder enfrentarnos a nuestra cuarta y última etapa por tierras asturianas.
4 día Por Tierras de Don Pelayo
Desde La Pola de Gordón a Gijón disfrutaremos de una ruta de 210 km. Nuestra última etapa será por la verde Asturias. Carreteras serpenteantes y paisajes de ensueño que culminan nuestro viaje.
Entramos en Asturias por el puerto de Pajares, uno de los más emblemáticos de la península, un espectáculo observar si la niebla nos lo permite los a lados picos de la cordillera Cantábrica. Vamos camino de Lena, la bajada del puerto merece la pena si adoras las curvas. Nuestra primera parada es en la iglesia de Santa Cristina de Lena, una joya del románico asturiano declarada Patrimonio de la Humanidad. Está situada a pocos kilómetros de Lena, hay que desviarse de la ruta pero no os la podéis perder.
Seguimos camino y entramos en el concejo de Aller que alberga numerosos tesoros naturales, como la cascada de Xurbeo, en Murias (valle del río Negro) o las Foces del río Aller, lugares de especial belleza y de mucho interés histórico como la iglesia románica de San Vicente de Serrapio donde encontramos elementos de la época romana o la Vía de la Carisa, construida en tiempos del emperador Augusto.
Seguimos viaje hacia Mieres y comenzaremos por visitar el Poblado Minero de Bustiello, un conjunto levantado entre 1890 y 1925 por la Sociedad Hullera Española para sus trabajadores. En Mieres no podemos dejar de ver la Plaza Requejo, el Parque de Jovellanos, la iglesia parroquial de San Juan Bautista o el Monumento a los mineros. Si nos gusta el turismo industrial, estamos en el sitio perfecto para bajar a una mina, el pozo Barredo o el pozo Santa Bárbara.
Continuamos viaje hacia Bueño (en la parroquia Ribera de Arriba), declarado pueblo ejemplar en 2012. Este pequeño pueblo de apenas 130 habitantes está plagado de hórreos y paneras. Su visita merece mucho la pena.
Nos enfrentamos con cierta tristeza al final de una ruta que como columna vertebral hemos recorrido España de Sur a norte, hemos conocido diferentes gastronomías a cada paso del camino, imposibles de comparar y todas ellas excepcionales, al igual que sus vinos, sus paisajes y los momentos que en toda ruta encuentras para hablar y compartir con las gentes. Llegamos a Gijón, perla del Cantábrico, al igual que otras de las ciudades de la ruta Gijón es para detenerse, conocer la ciudad y sus alrededores. No puedes perderte pasear por Cimadevilla, el barrio más antiguo de Gijón; la Iglesia de San Pedro Apóstol se encuentra al pie del cerro de Santa Catalina; la vista desde el paseo marítimo de la playa de San Lorenzo es una de las postales más bellas de Gijón; la casa natal de Jovellanos; el Museo Termas romanas de Campos Valdés junto a San Pedro Apóstol y terminaremos en El Elogio del Horizonte,una escultura de hormigón creada por Eduardo Chillida. Sus grandes proporciones (10 metros de alto) la convierten en uno de los signos de la ciudad.
Es un gran viaje para realizarlo en moto, el coche podría ser una segunda opción aunque la moto te proporcionará más proximidad con la naturaleza, siempre, olores, sensaciones y otras experiencias más directamente, y además de disfrutar de los paisajes de esta ruta vas a poder saborear la gran variedad gastronómica de nuestro país, muy diferente en cada etapa. Los vinos de la ruta, que también debemos probarlos aunque recuerda que tienes que subirte luego a la moto, van desde los andaluces, los Ribera del Guadiana, los Ribera del Duero, Toro, los vinos del Bierzo y cómo no la rica “sidrina asturiana” bien escanciada. Catarlos, maridarlos y visitar algunas de las bodegas que se encuentran en la ruta.
En esta ruta el secreto es combinar la riqueza cultural, patrimonial, gastronómica y natural de numerosas regiones fundamentalmente de interior que tienen mucho que ofrecer al viajero y en muchos casos vamos a encontrar rincones sorprendentes que aún están por descubrir.
El Pasaporte de la Ruta es una tarjeta promocional que permite a los viajeros que lo presente obtener descuentos y gratuidades en establecimientos colaboradores de algunos municipios asociados a la Ruta. Se puede sellar en las oficinas de turismo asociadas, en establecimientos colaboradores, ayuntamientos… También son válidos los sellos de establecimientos no colaboradores siempre y cuando se encuentren en localidades asociadas.