Tejeda, La perla volcánica de Gran Canarias
Como si de una perla se tratase, Tejeda se enuentra resguardada en el interior de la caldera volcánica del mismo nombre, custodiada por El Roque Nublo y el Roque Bentayra, dos de los mas famosos roques de Canarias, lugares sagrados y santuario para los antiguos Guanches. Tejeda fue el primer municipio de la isla en ser declarado uno de los Pueblos más Bonitos de España. Un pueblo blanco, donde las típicas casas canarias sostienen sobre sus fachadas exuberantes buganvillas que colorean sus empedradas calles. Su iglesia de estilo colonial resalta en la abruptuosidad de las montañas que rodean el valle, salpicado de almendros y palmeras.
Tejeda se encuentra situado dentro de la Caldera de su mismo nombre, a más de mil metros sobre el nivel del mar. Las vistas desde su mirador situado en la Plaza del Ayuntamiento son espectaculares. En días claros, cuando las brumas que suelen cubrir las montañas no aparecen, podemos divisar tras una sedosa línea de nubes (los vientos aliseos) la silueta del Teide en la vecina Isla de Tenerife, una de las postales más bellas que Tejeda nos regala.
Cuando miramos el paisaje que rodea a Tejeda vemos un impresionante paisaje de origen volcánico, de abruptos barrancos y peñascos casi siempre cubiertos de neblina. Una "tempestad petrificada" cómo lo llamó Miguel de Unamuno allá por 1910 cuando visitó la isla y es que nos encontramos dentro del Parque del Risco Caído y las Montañas Sagradas de Canarias declarado Patrimonio de la Humanidad en 2019. Ocupa casi la totalidad de la cuenca de Tejeda, territorio que ocupa en conjunto una superficie de 18.000 ha y que abarca los municipios de Artenara, Tejeda, Gáldar y Agaete.
Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria son un yacimiento arqueológico prehispánico de asentamientos trogloditas con templos y claras huellas del dominio astronómico que poseían. Está formado por un conjunto de 21 cuevas excavadas en la margen izquierda del curso bajo de Barranco Hondo, a unos 100 metros de altura con respecto al cauce del río.
De todas las cuevas, destaca la conocida como Almogarén o santuario de Risco Caído, un recinto excavado con planta circular y cúpula paraboloide, muy poco frecuente en este tipo de construcciones en la isla.
Además de su especial arquitectura, llama mucho la atención el conocimiento que los primitivos habitantes tenían para construir un canal para hacer llegar la luz del sol o de la luna llena a una de las paredes de la cámara principal. Este complejo de cuevas fue utilizado como viviendas, graneros o almacenes hasta bien entrado el S. XX.
Para terminar os contaré un par de secretos, rincones gastronómicos que son de obligada parada. Y vamos a empezar por el postre para luego detenernos en uno de los restaurantes que más me han sorprendido en los últimos tiempos.
En la calle Principal encontramos una dulcería como así reza en la puerta “Dulcería Nublo”. Una tienda que podría pasar casi desapercibida si no fuese por el olor a dulces que de ella sale y la gente que hace cola para entrar. El otro gran secreto que guarda Tejeda es TEXEDA, un espacio gastronómico donde se fusiona el producto KM-0 con guiños mexicanos como puede ser Aguachile de gambón, que acompañan con totopos hechos por ellos mismos. Borja Marrero un jóven chef y Andrea Arias son el alma de TEXEDA. Más que un restaurante “slow food”, es toda una experiencia gastronómica con una historia detrás de dos jóvenes que apuestan por cuidar el producto local creando verdaderas delicias gastronómicas.