Tenerife
El viajero no puede dejar de visitar las famosas piscinas naturales canarias, bañadas por el Atlántico y sus mareas. Piscinas de aguas saladas, tranquilas y creadas caprichosamente por la lava. Lugares fantásticos donde darse un chapuzón “free sand”.
¡De charco en charco!
Tenerife es de sobra conocida por todos, poco nuevo se puede contar de esta isla donde podemos encontrar paisajes de todo tipo, climas templados, tropicales, húmedos y hasta la nieve del Teide. Pasar de la jungla del Parque Rural de Anaga a los paisajes lunares del Parque Nacional del Teide. Playas infinitas de arena dorada o los Acantilados de los Gigantes… Formaciones asombrosas que reciben miles de visitantes cada año llamados por su excepcionalidad y belleza. Sin embargo, Tenerife, al igual que sus vecinas islas del archipiélago, cuenta con una alternativa a las playas que es mucho menos conocida, pero realmente única y llena de magia: los ‘charcos’. Se trata de piscinas de agua marina surgidas de forma caprichosa en sus costas por las erosiones volcánicas y alimentadas por las mareas atlánticas.
Son muchas las sensaciones y la sorpresa que el viajero siente en cada ‘charco’, pues no hay dos iguales. Cada piscina natural de agua salada ofrece la oportunidad de descubrir un entorno diferente y de experimentar un conjunto de sensaciones diversas. Los lugareños ya lo dicen: darse un chapuzón en un ‘ charco’ es mucho más que darse un baño.
Es una forma de descubrir paisajes escondidos y sentir la bravura y la tranquilidad del mar a partes iguales y desde un mismo lugar. Además ofrece experiencias y sensaciones únicas, cada ‘charco’ hace gala de un tamaño, forma y colores diferentes, así como de una vida marina, tanto animal como vegetal, diversa en su interior y en el que los entornos también son de lo más variados, pueden verse salpicados por montañas, plataneras, bosques o pueblos muy coquetos.
En este artículo vamos a descubrirles algunos de estos charcos, no olvidemos que en Tenerife se puede dar uno un chapuzón en cualquier época del año. Sin duda será una experiencia única y además libre de arena.
1. El Charco de la Laja
Ubicado en San Juan de Rambla, esta piscina de agua salada es una de las más populares y conocidas de Tenerife gracias a su fácil acceso y a su acondicionamiento. Aunque el ‘charco’ se encuentra protegido del mar por las rocas, es recomendable controlar la subida de la marea y extremar la precaución a la hora de darse un baño.
2. El Caletón de Garachico
Este reducto de agua cristalina ve aumentar su fama cada año. La última erupción del volcán Trevejo, acontecida en 1706, sepultó gran parte del pueblo de Garachico y creó, a su llegada al mar, varios ‘charcos’ que, hoy en día, son unos de los principales atractivos turísticos del municipio. Ofrecen un baño en aguas generalmente tranquilas apto para todos los públicos.
3. El Charco del Viento
Esta piscina situada en La Guancha tiene la peculiaridad de ser considerada ‘charco’ a pesar de que no se encuentra completamente cerrada y se abre directamente al mar. Ofrece un acceso sencillo desde la carretera y se encuentra rodeada por un entorno volcánico perfecto para desconectar.
4. Piscina natural de La Punta de Hidalgo
Este ‘charco’ se adentra en el mar como uno de los lugares más visitados y característicos de la costa de San Cristóbal de la Laguna. Con el Teide de fondo, cuenta con la distinción de Bandera Azul, lo que garantiza un excelente estado de sus aguas y todos los servicios necesarios para disfrutar de una visita segura, incluido acceso para personas con movilidad reducida.
5. Piscina natural de Isla Cangrejo
Este precioso ‘charco’, enclavado en un rincón de la costa de Santiago del Teide, concretamente en la urbanización Isla Cangrejo, ofrece un baño tranquilo y familiar al sur de la isla con vistas espectaculares de los Acantilados de los Gigantes. Sus puestas de sol ponen el cierre perfecto a una visita.
6. Charco de Golete
Este ‘charco’ cuenta con el encanto de encontrarse escondido en uno de los municipios más recónditos de Tenerife, Güímar, ubicado al sur de la isla. Poca gente conoce la existencia de estas piscinas naturales de reducido tamaño, especialmente disfrutadas por locales y, gracias a ello, conocidas por su desconexión y relax al borde de la línea costera.
7. Piscinas naturales de Mesa de Mar
Fáciles de localizar y de visitar, este dúo de ‘charcos’, ubicados en Tacoronte, ofrecen un espacio amplio tanto para bañarse como para tomar el sol. Los atardeceres constituyen uno de sus principales reclamos, gracias a sus vistas de fondo del Teide o, como dicen los lugareños, ‘papá Teide’.
8. Piscinas naturales de Jover
Aguas cristalinas sin igual esperan al visitante en este ‘charco’ de La Laguna. Además del chapuzón, uno de los mejores activos de esta piscina natural es la panorámica que ofrece de Bajamar, Punta del Hidalgo y la cordillera montañosa que la rodea. Su acceso también tiene encanto, al transcurrir entre plataneras que llevan al mar y a algún que otro restaurante local especializado en pescado.
9.- Piscinas naturales de Bajamar
Independientemente del olejaje, las piscinas naturales de Bajamar, en el nordeste de Tenerife, ofrecen la tranquilidad de sus aguas calmas. Dos piscinas de gran tamaño, una pequeña para niños, una playa de arena rubia protegida la fuerza del Océano y múltiples servicios a escasos metros hacen que estas piscinas naturales sean el lugar perfecto para conocer los encantos marinos del municipio de La Laguna, cuyo casco ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad.