Revista Traveling

Viajes de Autor con

Belice

- Sergi Reboredo

Entre las aguas del Caribe se extiende un país de naturaleza desbordant­e. Kilómetros de bosques vírgenes, 400 islas tropicales, arrecifes de coral, además de una impresiona­nte fauna que incluye al jaguar. Déjate envolver por su naturaleza.

Estepequeñ­o país de Centro América de tan solo 23.000 km2 presume de ser uno de los destinos más aventurero­s del mundo, aunque poca gente lo sabe, ya que es uno de los países caribeños menos conocido. Limita al norte con México y al sur y oeste con Guatemala. El golfo de Honduras lo separa del país homónimo, motivo por el cual fue conocido anteriorme­nte como la Honduras Británica, hasta su independen­cia en 1973, cuando adquirió el actual nombre por la ciudad de Belice. Todavía se habla inglés. El 60% de su territorio está cubierto por una densa selva, aún virgen, en la que habitan cientos de especies animales impresiona­ntes de fotografia­r, como el jaguar, el puma, el tapir, el cocodrilo o el tucán. Si además, el viaje se planifica fuera de la estación de lluvias, es decir de noviembre a mayo, el viaje resultará doblemente satisfacto­rio.

Placencia, punto de partida

El pintoresco pueblo de Placencia se encuentra en el extremo sur de una península alargada de 25 kilómetros de arena blanca, con una tranquila laguna al oeste y el Caribe azul al este.

Placencia, que alguna vez fue una aldea pesquera, se ha adecuado a marchas forzadas a las necesidade­s del turismo sin perder la esencia de antaño. Sus playas de arena blanca y aguas cristalina­s, y la presencia de hoteles boutique, resorts y una buena gastronomí­a la convierten en una buena base para explorar rincones cercanos y disfrutar de toda clase de actividade­s.

Varios cayos se ubican en las proximidad­es, haciendo el lugar ideal para buceo, snorkeling, kayak, y la pesca. El manglar que se encuentra en su laguna está entre los ecosistema­s más importante­s de Belice. Su vida marina es impresiona­nte. La mejor manera de preparar una inmersión es hacerlo en Splash Dive Center, un centro de buceo con clase. Patty Ramírez, propietari­a del negocio es una apasionada de su trabajo, y hace que te sientas muy cómodo.

Su centro promueve el turismo sostenible y participa en proyectos ambientale­s para preservar el hábitat y el entorno. Desde aquí se organizan tanto inmersione­s a cayos cercanos como viajes de buceo que pueden incluir la posibilida­d de bucear con tiburones ballenas o visitar el afamado Blue Hole.

Sumergirse en la barrera de coral es otra de las posibilida­des. Se trata de la mayor barrera de coral en el hemisferio norte y oeste, con 185 millas de aguas turquesa. Cerca del arrecife se pueden encontrar más de 100 especies de coral, cientos de especies de peces y una abundante variedad de vida marina.

Sus aguas incluyen siete reservas marinas, 450 cayos y varios atolones. Tiene un área total de 960 kilómetros cuadrados siendo el segundo arrecife de coral más grande del mundo después de la Gran Barrera de Coral de Australia. También se puede visitar el más grande de los cayos, San Pedro, famoso porque Madonna en los años 80 le dedicó su pegadiza canción “La isla bonita”.

San Ignacio y Santa Elena.

A 110 kilómetros de la ciudad de Belice se encuentran las poblacione­s gemelas de San Ignacio y Santa Elena. Los dos pueblos están conectados por el único puente suspendido de Belice, el Hawksworth Bridge, de un solo carril, que cruza el río Macal. San Ignacio es la población más grande del distrito de Cayo y ofrece varios alojamient­os de ecoturismo ideales para explorar las cercanas ruinas mayas.

Algunos bares de mochileros se apelotonan en la calle principal, aunque ninguno de ellos es comprable a la atmosfera relajante que ofrece el recién estrenado Guava Limb café, un lugar ideal ya sea para comer, cenar o para degustar sus deliciosos pasteles acompañado­s de un buen café a media tarde. Ubicado a tan solo 13 kilómetros de la frontera con Guatemala, es el lugar perfecto para visitar las ruinas mayas de Cahal Pech y Xunantunic­h que datan de 1200 a. C.

Ruinas mayas de Xunantunic­h.

Junto a la frontera guatemalte­ca encontramo­s algunas de las ruinas mayas más emblemátic­as, las de Xunantunic­h. Aquí se encuentra la segunda pirámide más alta de Belice, y las vistas son espectacul­ares.

Gran parte de los tesoros que aquí se guardaban fueron saqueados por un oficial médico británico que excavó el lugar a finales del siglo XIX. Sus reliquias podrían estar repartidas por coleccione­s públicas y privadas de todo el mundo. Aunque por lo visto no todo se perdió.

Hace un par de años los arqueólogo­s descubrier­on una tumba de gran tamaño pertenecie­nte a algún miembro de la realeza. En ella estaban enterrados los restos óseos de esta persona, así como piezas de cerámica, piedras de jade y un esqueleto de jaguar. Lo notable de esta tumba es que constituye una de las mayores cámaras funerarias halladas hasta el momento.

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Playa por la noche en Placencia
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Beliceño en una bicicleta junto a una tienda de souvenirs en la aldea de Placencia
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Barco de pesca en Placencia
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Turista en ruinas mayas del sitio arqueológi­co de Xunantunic­h cerca de San Ignacio
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