REPÚBLICA CHECA
Cervezas checas, tradición milenaria
Al oír “República Checa” dos son los recuerdos que primero vienen a mi cabeza: el maravilloso Puente de Carlos invadido de turistas buscando el plano perfecto para la foto de recuerdo y la no menos famosa cerveza checa. De las joyas arquitectónicas de este soberbio país hemos escrito, y seguiremos haciéndolo, muchos artículos pero de su cerveza, de ese líquido que se identifica con un modo de vida, pocos o ninguno y ahora que el tiempo invita a tomarse una, o tal vez más, ha llegado el momento.
La República Checa no sólo tiene fama de elaborar probablemente la mejor cerveza del mundo, también es su bebida nacional por excelencia y según los que se ocupan de las estadísticas el país que más la consume, entre 150 -160 litros por habitante y año, relegando a los alemanes al segundo puesto del ranking mundial.
Es en la Edad Media cuando su uso se generaliza, no cuando se empieza a consumir que es muchísimos años antes, pues se populariza la idea de que esta bebida lupulada tenía poderes curativos y hasta preventivos. Las aguas, en su mayoría insalubres de la época, si se utilizaban para hacer bebidas fermentadas resultaban ser más sanas y se usaban desde para cocinar hasta como bebida de niños y ancianos. Tan básica era en su día a día que llegó a ser conocida como el “pan líquido”.
La calidad del producto se asienta sobre una larga tradición elaboradora que les ha permitido pulir la técnica hasta una perfección casi absoluta y alzarse con la marca de denominación geográfica de la Unión Europea.
La cerveza checa típica es una cerveza ligera que se elabora por decocción a partir de dos purés de malta pálida de Moravia, agua blanda y lúpulo checo. Es una cerveza muy refrescante, con bajo contenido de alcohol, alrededor del 5%, ligera, dorada, con bastante espuma y un punto amargo muy suave; en síntesis, una lager rubia estilo Pilsen.
La primera Escuela de Cerveceros del mundo surge en Bohemia en el siglo XVIII. Desde 1816 se imparten por todo el país cursos superiores especializados sobre la cocción de la cerveza, y desde 1868 existen escuelas profesionales que forman especialistas para las cervecerías checas.
Un cálculo aproximado estima que en la actualidad existen en República Checa más de 250 marcas comerciales, y más de 1.000 microcervecerías.
Una advertencia interesante es que los grados de la cerveza checa no miden su nivel de alcohol, son grados de fermentación. Unos 10 grados de fermentación se corresponden más o menos con 4 de alcohol; 11 grados no llegarían a 5 de alcohol y las de 12 pasan en poco los 5 de alcohol.
Cada ciudad checa tiene numerosas marcas, pero tal vez la ciudad checa de Pilsen sea el nombre propio en el universo cervecero del mundo. La fabricación en ella de la Pilsner Urquell (Plzensky Prazdroj) ha dado nombre al tipo de cerveza pilsener mundialmente difundido por nuestro planeta. Una variedad de cerveza clara, ligera, suave, fresca, de baja fermentación a la que no infiltran CO2 y de baja graduación alcohólica (4,4%) es una de las cervezas más consumidas en el mundo.
Otra marca referente es Budweiser Budvar, de color amarillo dorado, con fuerte sabor a malta y amargor medio es la Budweiser original que ya se consumía en la corte de Fernando I de Habsburgo (rey de Bohemia y Hungría) en el siglo XVI. Esta cerveza, desde 1880, inicia un litigio, no totalmente concluido hoy, con la misma marca norteamericana sobre cuál fue la original y parece ser que pudo ser la checa pero no registró su marca como si hizo la norteamericana.
Otras famosas cervezas checas son Gambrinus que también se elabora en Pilsen; Radegast en Moravia del Norte que toma su nombre del dios eslavo y cuyo eslogan es “la vida es amarga, gracias a Dios”.
Con motivo del Día de la Industria Cervecera Checa, tuvimos la oportunidad de degustar algunas de las cervezas artesanas más importantes de la República Checa.
De la mano de Juan Antonio Barredo, experto maestro cervecero y gran comunicador, pudimos apreciar matices y entender muchos aspectos de la cerveza que hasta el momento muchos de nosotros desconociamos. A continuación os presentamos algunas de estas cervezas; aunque si las queréis degustar para muchas de ellas tendréis que viajar a la República Checa.