RUTA La del PASTEL
El azul que dio poder al ladrillo
El cultivo del pastel, la planta conocida científicamente como Isatis Tinctoria, encontró su esplendor en la Francia del renacimiento dentro del triángulo que conforman las ciudades de Albi, Toulouse y Carcassone. Esta planta contribuyó al enriquecimiento y desarrollo empresarial de tintoreros, traperos e incluso navegantes, y gracias al conocimiento adquirido en la región por la producción y preparación de la misma, la región se llenó de castillos, mansiones, iglesias y palomares.
Las casonas y palacetes de los señores productores del pastel conforman un más que valioso patrimonio arquitectónico en el centro de Toulouse y son vivo testimonio del cambio que la ciudad sufrió a lo largo del S.XV gracias a este negocio; esta preciosa localidad occitana se convirtió en una ciudad cosmopolita y en el puerto desde el que se enviaban los cargamentos de esta planta y sus derivados al resto del mundo.
Aquel azul intenso…
La intensidad del azul de Toulouse fue la más apetecida, y por lo tanto, la más demandada textilmente a pesar de la complejidad existente en el proceso del tinte, el que nunca da el mismo tono porque depende en una inmensa mayoría de las condiciones atmosféricas.
Curiosamente el cultivo de esta planta, también conocida como Herbe de Lauragais, guado, guasto o glasto, es sencillo, pero la fabricación del tinte lo es menos.
,, Hasta la llegada del Índigo de Oriente, el pastel era una planta utilizada para extraer el pigmento utilizado en el teñido de telas. Dicha industria otorgó ,, a Toulouse un poder económico que hoy se palpa en los edificios construidos por quienes fueran magnates de este negocio, todo un patrimonio arquitectónico de gran valor