La Bastide-clairence
Fundada en 1288 por Claire de Rabastens sobre una ladera a orillas del río Aran; no es hasta 1312 cuando el Rey de Navarra y futuro rey de Francia Luis X funda esta población con el fin de asegurar un puerto fluvial con salida al mar para el Reino de Navarra. Los orígenes fueron de carácter militar-defensivo siendo la disposición del pueblo la de una auténtica bastida: una calle principal con callejuelas perpendiculares que va a dar a una plaza mayor, engalanada por unos bellos soportales. Actualmente este pintoresco pueblo es uno de los «Plus Beaux Villages de France» muy conocido en la zona por ser un lugar donde conviven artistas y artesanos que, en sus locales, distribuidos básicamente en la plaza Mayor, vamos a poder entrar y ver cómo trabajan y también conversar con alguno de ellos y de paso comprar artículos realmente curiosos. Escultores, joyeros, luthiers, marroquineros, pintores… por poner un ejemplo, junto a la oficina de Turismo de la localidad encontramos L´atelier de Titanne en el que una simpática mujer, con más de 50 años de experiencia enmarcando todo aquello que llega a su taller, mantiene una colaboración con un grupo de mujeres centroafricanas que confeccionan artículos que ella vende en su atelier y de esta manera las ayuda. Monumentalmente, y al ser básicamente de origen militar, solamente cabe destacar su iglesia románica en la parte alta de la loma y su cementerio, en el porche de la iglesia; a día de hoy sólo las familias con más arraigo del pueblo pueden ser enterradas en él. Si seguimos un camino que va rodeando el pueblo, muy cerca de la iglesia, nos encontramos con el cementerio judío.
La arquitectura del pueblo tiene mucho encanto; sus formas son un conjunto homogéneo de paredes encaladas en las que el blanco contrasta con el verde y rojo de las carpinterías de las fachadas. Son las típicas casas vascas y navarras que se distinguen porque las primeras tienen el tejado a dos aguas y las segundas a cuarto aguas y son más cuadradas. Otra curiosidad es el color de las carpinterías exteriores de las casas en todo el País Vasco; las rojas eran de agricultores, las verdes de ganaderos y las azules de los pescadores. Siempre entre casa y casa se dejaban unos centímetros de separación, esta medida evitaba que en un incendio el fuego pasase de una casa a otra. En la Bastide-Clairence se pueden apreciar estas peculiaridades arquitectónicas muy claramente.
Para terminar hablemos de uno de los deportes más típicos de esta zona “el juego de pelota o la pelota vasca”; en verano con buen tiempo está el frontón, siempre en una de las zonas más nobles del pueblo, pero aquí las lluvias son bastante abundantes y aunque las temperaturas son suaves, es imposible la práctica de este deporte durante gran parte del año y por este motivo cada pueblo tiene su “Trinquet”, un espacio cerrado con gradas y un bar que suele ser su dueño quien lo mantiene, donde los deportistas pueden ir a entrenar a diario y los fines de semana tienen lugar las competiciones; en La Bastide-Clairence nos encontramos con el trinquete Gartxot que es el más antiguo de Francia, data de 1512 y a día de hoy todavía sigue en funcionamiento.