ruta Marrakech
Cuna comercial en la ruta del Sáhara y capital del antiguo imperio islámico a los pies del Atlas, el destino estrella de Marruecos ofrece todavía un vasto patrimonio colmado de espectaculares palacios y mezquitas en su medina. Sin embargo, Marrakech goza también de una sorprendente energía contemporánea que fluye en barrios como Guéliz, convertido en el epicentro del diseño y la cultura. Una de las cuatro ciudades imperiales marroquíes, junto a Fez, Rabat y Meknès, por su riqueza de contrastes se ha convertido en un oasis de exotismo irresistible para el visitante.
The red city
An important destination on the Saharan trade route and the former capital of the Islamic empire, Morocco’s most international city is cradled by the Atlas mountains. As well as offering a vast heritage of spectacular palaces and mosques in its medina, Marrakech also enjoys a surprising contemporary energy, which flows through neighbourhoods such as Gueliz – the epicentre of design and culture. One of Morocco’s four imperial cities – along with Fez, Rabat and Meknès – Marrakech’s wealth of contrasts makes it an irresistibly exotic oasis for visitors.
LA MEDINA
TÉ CON VISTAS. Disfrutar de la ceremonia del té desde una terraza es posible en muchos locales que se asoman a los tejados en plena medina. Desde arriba, los visitantes pueden contemplar emblemáticos espacios como la Plaza de las Especias. Allí, después de degustar una infusión con menta marroquí, se pueden comprar hierbas como la salvia y la verbena para llevarse a casa los riquísimos sabores locales.
TEA WITH VIEWS. Enjoying the tea ceremony is even more magical from the terrace of a rooftop bar overlooking the heart of the medina – many are right next to the Rahba-Kedima Square. Having enjoyed a refreshing cup of mint tea, head down to the ‘spices’ square to buy herbs such as sage and verbena so you can take Moroccan flavours home with you.
UN SUEÑO
DÓNDE DORMIR. La palabra árabe para jardín es “riad”, y así es como se llaman también las casas tradicionales marroquíes con un patio adornado con fuentes y plantas. Muchas de ellas han sido reconvertidas a hoteles y ahora permiten que los huéspedes disfruten del diseño típico y el encanto de las antiguas construcciones de la medina con todas las comodidades, entre ellas maravillosos desayunos. Hay opciones para todos los bolsillos en barrios tan céntricos como La kasbah y el Mellah o tan sofisticados como Hivernage.
WHERE TO SLEEP. The Arabic word for garden is ‘riad’, and this is also what traditional Moroccan houses with a courtyard adorned with fountains and plants are called. Many of them have been converted into hotels and allow guests to enjoy the typical design and charm of the old buildings of the medina with every modern comfort. There are options for all budgets in neighbourhoods as central as Kasbah and Mellah and as sophisticated as Hivernage.
TRADICIÓN
PARA COMER. La calidad de la comida casera que se puede degustar en prácticamente cualquier restaurante de la ciudad convierte a Marrakech en un destino insuperable para los amantes de la gastronomía. Ricos platos como los tajines en todas sus variantes y una repostería deliciosa permiten a los visitantes recuperar energía tras una jornada de exploración. Los más hábiles en los fogones pueden inscribirse en cursos que imparten numerosas escuelas y restaurantes de la ciudad.
WHERE TO EAT. The quality of the homemade food that can be tasted in practically every restaurant in the city makes Marrakech an unbeatable destination for gastronomes. Mouthwatering couscous, pastilla and tagines allow visitors to recharge their batteries after a day of exploration. Those seeking to up their kitchen skills can enrol in courses taught by many schools and restaurants in the city.