+20°C +25°C
Aestas temperaturas, los maratonistas de élite de Matthew Ely eran 3 minutos más lentos. Los populares llegaban a perder hasta 20 minutos. Sin embargo, no afecta por igual a todos los corredores: el análisis de los datos de Ely concluía que a las mujeres les va mejor que a los hombres con el calor. La explicación más probable es que, al ser más pequeñas que los hombres, tienen una mayor superficie en proporción a la masa, lo que las permite evacuar el calor de manera más eficiente.
Pero no sólo las mujeres se benefician de tener un menor tamaño. En el maratón olímpico de Atlanta (que se disputó a una temperatura inicial de +23,3 ºC con un 90% de humedad relativa), el ganador, el sudafricano Josia Thugwane, pesaba apenas 45 kg. El medallista de plata, el surcoreano Lee Bong-ju, menos de 57.
Y la correlación entre el calor y el tamaño del cuerpo no sólo afecta a los maratonistas. En unos experimentos de laboratorio conducidos poco antes de los JJ.OO. de Atenas en 2004, el fisiólogo del ejercicio físico Tim Noakes, autor de Lore of Running, halló que cuando la temperatura ambiente subía por encima de +35 ºC, los hombres pequeños corrían de media 45 segundos más rápido cada 1,6 km que los hombres grandes en una prueba de 8 km sobre cinta. A temperatura fresca, los dos grupos rendían de manera similar. El principio también se aplica a temperaturas menos extremas.