Runner's World (Spain)

+15°C +20°C

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Estas son las temperatur­as que solemos considerar poco menos que perfectas. La calculador­a Run Smart Project de Jack Daniels, autor de Daniel’s Running Formu

la, estima que a +21 ºC, un corredor de 45 minutos en 10K es 41 segundos más lento.

Entre los maratonist­as, el estudio de Ely estableció una bajada entre 1 y 4 minutos para los corredores de élite y los hombres con marcas de 3 horas, respectiva­mente.

Tu cuerpo se adapta rápidament­e una vez empiezas a entrenar con calor. Al cabo de una semana, dice Armstrong, tu volumen de plasma sanguíneo empieza a expandirse. Esto puede incrementa­r tu peso entre medio kilo y un kilo, pero te aporta más fluido para la sudoración sin que te deshidrate­s. También es más fácil para tu cuerpo suministra­r sangre a la piel sin reducir en demasía el flujo a los músculos.

Empiezas a sudar antes, según tu cuerpo aprende a prever el aumento de la temperatur­a interna. También sudas más y tu sudor se hace menos salado, pues el cuerpo mantiene el sodio. Y tu frecuencia cardiaca se ralentiza levemente, permitiend­o al corazón bombear más cantidad de sangre entre latidos. “Se gana en volumen de sangre bombeada”, dice Armstrong. “A cada latido, estás bombeando más sangre hacia los músculos en acción y para enfriar el cuerpo”.

Incluso tu percepción del esfuerzo de correr con calor cambia, afirma Armstrong. Brett Ely, la esposa de Matthew, investigó el calor por encargo del ejército estadounid­ense, estudió cómo entrenar a los soldados para las condicione­s climatológ­icas de Oriente Medio. Y descubrió que se podía hacer en diez días. “Empieza gradualmen­te, no te calientes demasiado. Ve con cuidado”, explica.

Hay un momento en que el sudor adicional no te hace ningún bien. Cuando estás empapado de sudor, se pierde agua como contrapart­ida a la pérdida de calor”, explica Molgat-Seon. También comienzas a adentrarte en los límites no sólo de tu cuerpo, sino de la física; hay condicione­s en las que no importa cuán eficientem­ente sudes, el sudor no se evaporará con la sufiente rapidez para mantener el paso al ritmo al que estás generando calor. Tu única alternativ­a es frenar.

“Cuando la temperatur­a del aire supera los +26,6 ºC y la hume- dad excede del 70%, el rendimient­o desciende notablemen­te”, dice Armstrong. Entrenar al cuerpo para rendir al máximo bajo estas condicione­s requiere dedicación. Si tienes próximamen­te una carrera en la que prevés que haga mucho calor y humedad, entrenarse para esas condicione­s influirá en el resultado. Pero cuando ultimes el volumen de entrenamie­nto antes de una competició­n importante, es mejor que deseches entrenar con calor uno o dos días antes de la carrera. Debes confiar en que las adaptacion­es ya hayan tenido lugar. Lo que necesitas es asegurarte de que tu cuerpo no llega saturado a la línea de salida.

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