Alessandra Aguilar
No ha habido en los últimos tiempos una maratoniana española tan solvente como ella. Top 10 en Europeo y Mundial. Una regularidad insultante por debajo de 2:30, muchos kilómetros que contar, muchas suelas que podrían relatar historias fascinantes.
LA VISIÓN DE LA ATLETA gallega sobre el revestimiento de sus pies va más allá de una mera relación contractual. Para ella las zapatillas “lo significan todo. Es fundamental invertir en ellas. Protegen nuestros pies, nuestras articulaciones... ¡Y nos ayudan a conseguir los sueños! Son nuestras más fieles compañeras de entrenamientos, nos acompañan durante todos los kilómetros que recorremos... Yo las cuido y mimo como me cuido y me mimo a mí misma”.
Todavía se le ilumina la sonrisa cuando recuerda sus primeros clavos, que le “hicieron mucha ilusión porque tenía diez años y era como dar un salto de calidad. Casi todas las niñas corríamos con el mismo modelo. Me gustaron tanto, que todavía las tengo guardadas en casa de mis padres”.
Regresando al futuro, a su última adquisición, la DynaFlyte, cuenta que “me encanta, es muy ligera. Me ha sorprendido mucho su evolución porque no solo es que sean livianas; además tienen una buena amortiguación. Ya he hecho fartlek con ellas, también cuestas, y el resultado ha sido tan bueno que se han sumado a las Cumulus y las Nimbus como mis favoritas a la hora de entrenar”.
Alessandra no lleva un control exhaustivo de las zapatillas que manda al vertedero a lo largo del curso, pues “creo que me asustaría”, pero imagina que son bastantes. Cada mes y medio jubila las “zapatilla base”, ya que cuando está inmiscuida en la preparación de los 42,195 kilómetros, el volumen es tan alto que el calzado se acaba desgastando y la amortiguación “ya no es lo misma”. Llegados a ese punto, es mejor cambiarlas “para proteger nuestra salud”.
Cuando sale victoriosa de su combate contra Filípides acostumbra a guardar las zapatillas que le ayudan en el camino, pero “nunca corro un maratón con el mismo par. Es más, la zapatilla con la que voy a competir la pruebo en un entrenamiento medianamente largo y ya está, la siguiente vez es el día de la carrera. La conservo después no solo si he conseguido un buen registro o una buena posición, también si las cosas han ido mal. Tengo todas”.
Lo que resulta innegociable antes de echarse al asfalto durante alrededor de dos horas y media, es el modelo: “Asics DS Trainer. Aunque vaya variando con el paso de las ediciones, mantiene intactas sus características principales”.