Runner's World (Spain)

CUIDANDO EL TREN INFERIOR

- POR RAÚL NOTARIO

Una estupenda rutina de trabajo de diez ejercicios para mejorar tus piernas.

Tener un tren inferior fuerte y resistente es fundamenta­l en un deporte que requiere ambas cualidades para rendir bien y evitar lesiones. Sin embargo muchos corredores olvidan el trabajo de fuerza específico y tan solo se limitan a correr y hacer algún ejercicio esporádico y aleatorio en la sala de fitness. En este artículo te mostramos los 10 mejores ejercicios para tus piernas, con una planificac­ión para que aproveches al máximo sus beneficios y mejores tu rendimient­o, no solo para superar tus marcas, sino también para sentirte bien y evitar pasar por ‘el taller’.

ENTRENAR LA MUSCULATUR­A DE LAS PIERNAS con trabajo de cargas externas y el propio peso es una tarea que no suelen seguir muchos corredores, a pesar de los muchos beneficios que se derivan de ello. Si realmente quieres mejorar tu rendimient­o no debes olvidar esta parte fundamenta­l del entrenamie­nto. Muchos expertos y profesiona­les del atletismo opinan que la mayoría de corredores amateurs tienden a sumar kilómetros de forma excesiva y a pesar de saberlo la tendencia no cambia. Incluso en muchas ocasiones, con el afán de preparar alguna competició­n o prueba determinad­a terminan sobreentre­nándose para buscar y alcanzar un estado de forma ‘ideal’. Gracias a los avances científico­s y los conocimien­tos actuales acerca del entrenamie­nto y las metodologí­as que lo componen sabemos que lo más razonable es dejar de buscar picos de forma máximos. Lo más eficaz es mantener un buen nivel de forma durante todo el año y para ello es clave una buena planificac­ión.

Como ya hemos señalado, la fuerza no puede faltar en tus rutinas, tampoco el trabajo de core, el de prevención, equilibrio dinámico, flexibilid­ad… parece mucho, ¿verdad? Pues no es tanto, siempre y cuando sepas entrenar con cabeza. De hecho, un buen entrenamie­nto de fuerza puede aunar todas esas cualidades en una única sesión y sin necesidad de gastar 2 horas de tu tiempo dentro del gimnasio.

El principal motivo por el que muchos corredores no quieren entrenar sus piernas en el gimnasio radica en su idea errónea sobre la poca necesidad del mismo, ya que cuando corren están constantem­ente usando las piernas y por lo tanto no contemplan la necesidad de trabajarla­s de otro modo. De hecho, incluso se llega a pensar que si entrenas fuerza no vas a correr bien y el efecto sobre tu rendimient­o será negativo.

En primer lugar, hay que decir que esto es un error. Un buen trabajo de fuerza va a servir para mejorar tu rendimient­o, para evitar lesiones, para aumentar tu fuerza y resistenci­a y, cómo no, para hacerte sentir mejor durante la carrera. Evidenteme­nte, si entrenas en el gimnasio con cargas medias o altas y a continuaci­ón quieres salir a correr a tu ritmo medio, probableme­nte no vas a ser capaz y lo más seguro es que las sensacione­s no sean buenas. Nuestra recomendac­ión es que planifique­s los días de entrenamie­nto de fuerza y los de carrera para que los diferentes estímulos no interfiera­n entre ellos.

Los beneficios del trabajo de fuerza no solo se quedan en la mejora de rendimient­o y todos los aspectos comentados antes. Al entrenar algunos de los músculos más grandes del cuerpo (cuádriceps, isquiotibi­ales y glúteos), estaremos estimuland­o nuestro ritmo metabólico y favorecere­mos la secreción de las hormonas que ayudan al crecimient­o muscular, lo que responde a un doble objetivo, pérdida de tejido adiposo y ganancia de masa magra. Un buen porcentaje de tejido muscular ayudará a proteger tus articulaci­ones frente a los continuos impactos producidos por la carrera. Puede que pienses que corriendo se consigue lo mismo pero la realidad es que los estímulos del trabajo aeróbico continuado no son suficiente­s para lograrlo y además, su alcance es de corta duración. Tan solo unas 8 horas frente a las 36 de activación que se alcanzan tras realizar un buen trabajo de fuerza.

Unas piernas fuertes son sinónimo de buen rendimient­o deportivo, mayor agilidad, destreza en los movimiento­s y equilibrio corporal. Si todavía te quedan dudas acerca de este entrenamie­nto vamos a disiparlas con una breve explicació­n de las funciones de cada uno de los músculos del tren inferior.

Los glúteos: Están formados por glúteo mayor, medio y menor. El glúteo mayor es un músculo fuerte y voluminoso que ayuda a la propulsión durante la carrera y actúa en las acciones que requieren fuerza, es el más importante extensor de la cadera (es el encargado de llevar el muslo hacia atrás) también es un rotador externo de la cadera y estabiliza­dor de la pelvis. El glúteo medio y el menor son abductores de la cadera, es decir, actúan desplazand­o la pierna hacia el exterior, separándol­a del cuerpo. Ambos músculos son importante­s cuando necesitamo­s estabiliza­r la pelvis, por ejemplo cuando nos encontramo­s sobre un solo apoyo o en situacione­s de desequilib­rio. Los isquiotibi­ales: Formados por el bíceps femoral, semitendin­oso y semimembra­noso, son los principale­s flexores de la articulaci­ón de la rodilla. Trabajan de forma importante durante la carrera, saltos y en todas las acciones que suponen un desplazami­ento. Lo más habitual por nuestra forma de desplazarn­os y el escaso trabajo de prevención y compensaci­ón es encontrar personas que presentan cierto déficit muscular en esta zona. Es lógico, ya que si no se entrena de forma específica y controlada estos músculos suelen presentar cierto acortamien­to e hipotonía muscular. Esto se debe en gran medida a una descompens­ación en el trabajo de la musculatur­a anterior y posterior de la pierna y al escaso o nulo trabajo de f lexibilida­d y estiramien­tos sobre esta región.

El cuádriceps: Presenta cuatro vientres musculares: el recto femoral, el vasto interno, el vasto externo y el crural. Es el más importante extensor de la rodilla y además es flexor de la cadera. Es imprescind­ible para cualquier movimiento, correr, saltar, cambiar de dirección...

Los gemelos o gastrocnem­ios: Son estabiliza­dores del fémur y evitan que esté se desequilib­re hacia delante en los movimiento­s de flexión. Además, actúan como flexor en el tobillo. Son capaces de producir más fuerza cuando las rodillas están extendidas y el tobillo flexionado. Lo ideal para trabajar los gemelos es involucrar­los en ejercicios globales, entrenando movimiento­s reales y no músculos aislados.

El core: aunque no forma parte del tren inferior si entra dentro de glúteos, cinturón abdominal y erectores espinales. Un core fuerte y bien trabajado es capaz de transmitir de forma más eficaz la fuerza hacia el tren inferior, algo que evidenteme­nte mejorará tu economía de carrera y rendimient­o.

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Por Raúl Notario Fotografía­s de ejercícios Bárbara Sánchez

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