GUERRA DE MARCAS, AVANCE DE ALBARCAS
HACE UNOS AÑOS UNA EMPRESA dedicada a la industria de bañadores propició uno de los avances tecnológicos más importantes en el mundo de la natación; aquel o aquella que se introdujera en esa prenda (LZR Racer de Speedo) adquiría muchos boletos para conseguir una medalla o un récord. Actualmente hemos pasado de los bañadores flotantes a la revolucionaria llegada de unas zapatillas con fibra de carbono que, supuestamente, mejoran la impulsión.
Las Nike Zoom Vaporfly están petando la curiosidad del corredor de asfalto. Son las zapatillas que utilizó Eliud Kipchoge para lograr el récord del mundo y los tres atletas que coparon el podio en el Maratón de Nueva York (Desisa y Kitata llevaban las Nike Vaporfly 4% Flyknit y Kamworor las Nike Zoom Vaporfly Elite). Y si pongo la mirada mucho más cerca, Toni Abadía 4% empleó las Nike Zoom Vaporfly en su esplendoroso debut en medio maratón (cuarto español de la historia). Todos ellos, y otros muchos, corren con las Nike Zoom Vaporfly, pero hay otros que corren las maratones con el mismo modelo y lo hacen en cinco horas, porque para conseguir una victoria o un récord no sólo es necesario unas buenas zapatillas, sino mucha dedicación, entrenamiento y sobre todo, talento.
Las chicas también tienen sus preferencias, las tres primeras en el Maratón de Nueva York: Mary Keitany llevaba las adidas Taku- mi mientras que Vivian Cheruiyot y Shalane Flanagan optaron por calzarse las Nike Zoom Vaporfly 4% Flyknit. ¿Quién ganó la batalla, la atleta o las zapatillas? Pienso que quien es un diamante brilla por igual con cualquier marca de zapatillas, pero a lo mejor algo de responsabilidad tienen las ‘albarcas’ de Kipchoge si recurrió a ellas para acercarse a las dos horas.
Dejemos que la tecnología deportiva, siempre y cuando vaya a favor de los practicantes, continúe avanzando. Dejemos que todos puedan competir en las mismas condiciones y con los mismos o similares avances, porque si no algunos corredores pensarán que juegan en desventaja y estos se rebotarán y optarán por hacer la guerra por su cuenta; tunear las zapatillas para correr en las mismas condiciones.
Hace pocas fechas escribí que el atletismo es de cine y así ha sucedido, el Festival Internacional de Cine de Atletismo (FICA) que se ha celebrado en San Sebastián ha supuesto un éxito sin precedentes. La visita a la ciudad donostiarra de una de las leyendas del atletismo mundial, Bob Beamon, atrajo las miradas de los románticos. Su tránsito por España no ha pasado desapercibido y todos los allí presentes tenían la curiosidad por rememorar el salto que realizó en los Juegos Olímpicos de México 68. El yanqui bromeaba constantemente y narró así las veinticuatro horas previas: “La noche anterior estaba muy nervioso y decidí tomarme un vaso de vino. Una vez en la recta de saltos miré hacia arriba y vi que el viento rozaba los 2 metros por segundo. Después de 19 pasos comencé a volar y según iba por el aire creo que me hubiera dado tiempo a mirar mi reloj para ver q ué hora era.