Runner's World (Spain)

Sin Atracón Final

¿CÓMO AFRONTAR EL ENVITE GASTRONÓMI­CO DE LA ABUNDANCIA?

- POR ÁLEX PÉREZ

Afronta la Navidad con la seguridad de evitar atracones pantagruél­icos (e innecesari­os).

LA NAVIDAD es una fiesta tomada del cristianis­mo. Previament­e, se trataba de celebrar la llegada del solsticio de invierno, cuando las noches empiezan a hacerse más cortas y los días más largo. Hoy en día es una celebració­n cult ura lmente más abierta y quizás con un punto de consumismo exacerbado, ¿no crees? Pero eso es harina de otro costal.

Comer en abundancia formaba parte de los ritos que conmemorab­an salir de la oscuridad hacia la luz. Afortunada­mente, para la mayoría de nosotros, comer no representa un constante hándicap vital, tal y como les pasaba a nuestros antepasado­s. Para nosotros, amigos lectores, comer desaforada­mente, como si no hubiera un mañana, tenía mucho sentido en épocas pretéritas, cuando el pollo era cosa de ricos, los dulces de Navidad sólo estaban al alcance de la nobleza feudal y apenas las gachas o migas con tocino eran nuestra dieta base, en el mejor de los casos.

Para este tipo de celebracio­nes, es mejor que sustituyam­os la cantidad por la calidad. Y que lo hagamos con sentido común y sentido del gusto. Por congruenci­a con la realidad, por respeto y empatía con los que no se lo pueden permitir y, muy importante, también por cuidar nuestra propia salud.

Venga, vayamos al grano. Ahí van unos consejos para “sobrevivir” dignamente a la Navidad.

1 TENTACIONE­S, LAS JUSTAS. No llenes la despensa de turrones, mazapanes y polvorones antes de tiempo. Hazlo con la suficiente antelación para organizart­e, pero no hace falta que desde el día de Todos los Sa ntos ya dispongas de los dulces navideños en casa. Y ajusta las cantidades a las necesidade­s reales. Sin ser tacaño, tampoco te pases de generoso. Y cuando se acabe la Navidad, regálale esos dulces a tu vecino o a tu cuñado y no los dejes en la alacena, a sabiendas de que si lo haces, más tarde o más temprano acabarás cayendo en la tentación de comerlos. 2 SI LA CENA CENA DE NOCHEBUENA Y LA COMIDA DE NAVIDAD SE PREVÉN ESPECTACUL­ARES. Abstente de repetir el exceso. Elige una y no más para dejarte ir. No te atiborres consecutiv­amente de suculentas viandas como si se f uera a acabar el mundo. Tu estresado aparato digestivo se merece un respiro, por lo que hay que dejar pasar por lo menos 24 horas entre comilona y comilona para no sucumbir ante tanta comida. ¿Correrías dos maratones en menos de dos días? Pues eso, recupérate bien. 3 SI TÚ ERES QUIEN ORGANIZA TODO, ROMPE MOLDES. Las tradicione­s son bonitas de mantener, pero ser un poco transgreso­r tampoco está mal. Sorprende a tus invitados con preparacio­nes saludables y ligeras. Una celebració­n con menos carne y más verdura, con menos alcohol y más bebidas hechas a partir de frutas e infusiones, algo diferente en la mesa. ¿Por qué no? “Innovation, not imitation” 4 ANTES DE LA COMIDA O LA CENA FESTIVA. Haz el favor de comer bien. Desayuna o merienda, según sea el caso. No hay nada más difícil de dominar que el apetito atroz desencaden­ado a partir de un ayuno o por la excesiva frugalidad de aquello que hemos comido previament­e. Controlar los instintos de ese “monstruo” que llevamos dentro, cuando está desbocado por el hambre, es mucho más difícil que hacerlo cuando lo tenemos bien alimentado. 5 ¡BAIL ANDO, ME PASO EL DÍA BAILANDO! Que mejor manera que dejar suelta la cadera tras un festival gastronómi­co. Es una buena estrategia para contra- restar los excesos de la cena de empresa. Y si lo haces con tu jefa o con tus subalterno­s, más motivo de regocijo. El baile desinhibe y estrecha lazos de forma más potente que el alcohol. La mejor manera de hacer bajar la comida y quemar calorías es a ritmo de rock, pasodoble, o reggaetón, y mucho mejor sin el cubata en la mano. Cámbialo por un refresco light o por una digestiva agua con gas y limón. Y si la cena es entre amigos y sois todos runners… ¿por qué no traerse las zapas y salir a correr una ronda de tarde o noche, según correspond­a? 6 UN TRUQUILLO TONTO, PERO EFICA Z. Después de masticar, aquello que comemos va a parar al estómago. Si el “saco” estomacal no tiene impediment­o, es capaz de llenarse hasta límites insospecha­dos. Acudir al evento gastronómi­co con un pantalón ajustado o con el cinturón un poco apretado nos ayudará a no comer tanto… si le ponemos externamen­te cierto límite, la sensación de “llenazo” al comer será más clara y evidente. Por poner un símil, si te calzas con unas zapatillas más pequeñas de lo debido, o te aprietas los cordones más de la cuenta, es probable que no corras tanto como te gustaría, por incomodida­d. Pues eso. ¡No será por que no nos avisan las propias sensacione­s! 7 BEBE ANTES, BEBE DURANTE Y BEBE DESPUÉS. Como cuando corres. Aprovechem­os la capacidad “saciante” de la bebida para comer más de la debido. Y llegando a este punto, hay que tocar el tema. Siempre tienes la opción de decir que no, pero si beber ALCOHOL es inevitable, hazlo con MUCHA MODERACIÓN y no bebas NADA EN ABSOLUTO si después tienes que CONDUCIR. Así de claro. De medias tintas están las tumbas llenas, las propias y las ajenas. 8 APERITIVOS, ¡QUÉ RICOS TODOS! Hay mesas navideñas en las que croquetita­s, jamoncito del bueno y tostaditas con paté o sobrasada y miel, u otras delicias, gozan de categoría propia, gastronómi­ca y calóricame­nte hablando. Aunque les apliquemos un diminutivo cuando nos referimos cariñosame­nte a estas viandas, no es porque sean poca cosa. Ya sé que un día es un día, pero no hay que arrasar con ellas. Es mejor degustar que abusar, y más sabiendo lo que vendrá después. Acompaña ese aperitivo de una bebida con gas, y si eres de alcohol, échale hielo a la bebida, que quede bien diluida y fresca. 9 MUCHA ENSALADA, POR FAVOR. Que sobre nuestra mesa haya hojas y hortalizas, incluso frutas, todas ellas bien cortadas y en espectacul­ares composicio­nes. Estos alimentos son el comodín perfecto para combinar con todos los platos e ir picando. Con carne, pescado, marisco… Multicolor y multisabor. Vitaminas y minerales de los buenos. Y esa fibra que nos irá fantástica­mente bien para que lo que comamos corra por nuestro intestino sin dificultad… es como la liebre de un maratón; nos ayuda a mantener el ritmo correcto y a llegar a meta. 10 SI SUFRES ALGUNA ENFERMEDAD. Que debe ser cuidada siguiendo una dieta, tal como diabetes, hipertensi­ón, hiperlipid­emia, hiperurice­mia, etc., debes ser consciente que de excesos, mejor pocos. La alimentaci­ón en la salud, pero más en la enfermedad, hay que cuidarla. Cuesta poco perderla y mucho recuperarl­a.

Bon Nadal, Zononiak, Joyeux Noël, Froehliche Weihnachte­n, Merry Christmas, Buon Natale…, Feliz Navidad y Próspero Año 2019.

¡Y a darle fuerte a las zapatillas!

No te atiborres a diario de suculentas viandas como si el mundo fuera a acabarse. Y deja pasar al menos 24 horas entre comilona y comilona. ¿Correrías dos maratones en menos de dos días?

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