NUNCA SE ES MUY MAYOR PARA CORRER BIEN
Nuestros protagonistas han batido récords mundiales con más de 70 años. Son el vivo ejemplo de que nunca es demasiado tarde para convertirse en un runner de primera. ¿Les seguimos?
En los dos últimos años, Jeannie Rice y Gene Dykes, quienes nacieron con pocos días de diferencia en abril de 1948, han entrado en el libro de los récords en su franja de edad. Rice fue la primera en batir récord en octubre de 2018 en la maratón de Chicago, al acabarla en 3:27:50 h y superar el récord del mundo de +70 años por más de 7 minutos.
Solo unas semanas después, Dykes corrió la Toronto Waterfront Marathon, y la acabó en 2:55:17 h, a solo 30 segundos del récord mundial (2:54:48 h), establecido por el canadiense Ed Whitlock en 2004 a los 73 años. Mucha gente consideraba que este récord era insuperable hasta que
Dykes llegó a la pista. ¿Y qué le espera ahora que ya tiene 71? Pues seguir entrenando para batir otro récord, aunque la covid-19 haya frenado, de momento, sus planes más inmediatos. Por su parte, Rice, también a sus 71 años, ha mejorado su marca el pasado mes de septiembre en la maratón de Berlín, donde corrió en 3:24:48 h. Tenía 2020 lleno de carreras, que ahora tendrán que esperar.
¿Cómo lo hacen? Sin duda, la genética está de su parte, pero todo lo demás se lo deben al trabajo duro, a ponerse metas y a su compromiso con los entrenamientos. Rice corre unos 100 km a la semana y Dykes aumenta su distancia corriendo ultras. Por decirlo de otra manera, hacen lo mismo que cualquier atleta varias décadas más joven que ellos.
Buscar nuevas metas
A Dykes le gusta planificar el año en diciembre, y publica sus propósitos en Facebook. Este año planeaba correr unas 35 carreras en diferentes superficies y con distintas distancias. Además, se había propuesto batir el récord mundial de maratón de +70 años en Boston y mejorar su marca personal en 5K (19:01).
En el calendario tenía apuntadas seis ultras, una de ellas la Bigfoot 200 de Washington. “Corredores, si no tenéis planeada una aventura, os estáis perdiendo uno de los placeres de correr, ¡la anticipación!”, escribía
a sus seguidores en su publicación de Facebook.
Rice también tenía muchas carreras a la vista y uno de sus consejos es apuntar los objetivos en un papel. Ella lleva un registro de los récords que quiere batir, tanto los propios como los de otros, en un papel colocado en la nevera y en otro guardado en la cartera. Y, cuando bate uno, lo tacha. “Fíjate un objetivo”, nos dice. “No tiene por qué ser ganar, ni hacer tres horas y media ni cuatro horas. Si no tienes un objetivo claro, ¿para qué lo haces?”.
Continuar esforzándose
Rice corre 5K, 10K y medias maratones para estar en forma para la maratón. Dykes, por su parte, tiene un entrenador que le somete a un riguroso entrenamiento. Uno de los últimos, y muy bueno, 8 x 1,5 km a un ritmo de 4:04, con un minuto de trote suave entre cada carrera.
Lo importante es que, con cada año que pasa, siente que va mejorando. "Si cada año apuntas más alto, lo imposible se vuelve posible, y lo posible se convierte en rutina”, afirma. “Yo siempre pienso: ‘Esto es lo que hice el año pasado; ¿qué puedo hacer este año para superarlo?’”.
No bajar la guardia
Rice se deja de tonterías cuando la carrera está a punto de empezar, y es muy considerada con su ritmo y con su forma de motivarse. Se dice a sí misma: “Sé que puedo hacerlo”, en lugar de dejar que la negatividad se apodere de ella. Durante los primeros 5 u 8 km de la maratón se centra en no perder el ritmo, que no supera los 4:49 por km. Recuerda que el año pasado en Boston empezó muy fuerte en las bajadas, y más adelante pagó las consecuencias del esfuerzo con calambres.
Antes de llegar al km 21, Rice se va fijando en el reloj para controlar el tiempo de la primera mitad, pero, pasado el ecuador, solo piensa en la gente que la está esperando en la meta.
En diciembre, corrió su maratón número 120, en Tailandia, en 3:27 h. “Mucha gente corre muchísimas maratones”, dice, “pero no se lo toman como una auténtica carrera. Yo sí. Una vez estoy en la línea de salida, mi competitividad se apodera de mí”.
Descubrir lo que funciona
Dykes confiesa que no ha tenido suerte con ninguno de los entrenamientos específicos que suelen ser recomendados por otros corredores, ni los que se realizan antes ni después de las carreras. “Sí que noto algo cuando estiro y hago entrenamiento de peso”, nos dice, “aunque la correlación es que cuanto más los hago, más me lesiono”.
No quiere decir que estos entrenamientos no ayuden a nadie, sino que “no deberían verse como una verdad absoluta. Hazlo si de verdad notas los beneficios: como yo no veo ninguno, no los hago. Siempre le digo a la gente que no los tome como una obligación, sino como un complemento. Pruébalos y descubre si te funcionan”.
Intentar disfrutar
Dykes es un rebelde en muchos sentidos y este consejo lo refuerza: aboga por esperar a entrenar de verdad hasta que tengas el tiempo para hacerlo, en lugar de hacerlo mientras crías a tus hijos o trabajas a tiempo completo.
“¿Qué podría decirle a toda la gente que piensa que no se lo va a pasar bien cuando corran siendo mayores? Que se equivocan”, afirma. “Ese es el mensaje que quiero trasladar: puedes pasártelo bomba corriendo cuando eres mayor”, afirma. “Hasta cierto punto, solo tienes unos años buenos. ¿Por qué vas a malgastarlos cuando correr te cuesta más y la competencia es feroz? Espera a llegar a mi edad: la mayoría de la competencia está prácticamente en el otro barrio”.