No dejes que la Ansiedad te frene
Lo desconocido se ha convertido en una fuente de ansiedad para todos, pero siguiendo pequeñas rutinas podemos combatirla.
Esta sensación de incertidumbre se reducirá a medida que sepamos más sobre el virus y nos adaptemos a la nueva normalidad que a partir de ahora va a regir nuestro día a día.
Un buen consejo para reducir la ansiedad es tratar de mantener una rutina diaria similar a la anterior a la pandemia. En este sentido, es necesario conservar las interacciones sociales a lo largo del día. Charlar con la persona que se sienta a nuestro lado o con la que bromeamos a la hora del almuerzo son momentos importantes para nuestro bienestar mental. Por eso, si seguimos teletrabajando, es importante mantenerse conectados por videoconferencias o llamar a amigos y colegas regularidad.
Los expertos también destacan el valor de mantener nuestras rutinas deportivas, tan importantes para la salud mental o física. En ese sentido, para muchos correr es una forma de terapia. Cuando realizamos ejercicio liberamos esas endorfinas que nos hacen sentir más felices, y es algo que está al alcance de todos en este momento. Y si las cosas se ponen muy difíciles, lo mejor es acudir a un especialista: las comunidades autónomas y las facultades de psicología ofrecen citas gratuitas y online con profesionales cualificados que podrán ayudarte a seguir cuando las cosas se ponen más difíciles.
Son numerosas las redes de apoyo para enfermedades psiquiátricas que no se detectan a simple vista, pero que nos paralizan más que una lesión.
Dr. Frankie Jackson-Spence.
En tiempos de distancia social, debes buscar herramientas psicológicas para protegerte. El doctor Noel Brick nos muestra que
podemos seguir, incluso, después de meses de desconexión.
PARA ALGUNOS RUNNERS
los días de parón y los entrenamientos en soledad han supuesto un reto, ya que salir a entrenar con otros hace que nos comprometamos con un plan y que alarguemos la distancia. La falta de ese apoyo tal vez te desanimó a la hora de pensar en correr sin compañía. Incluso te planteaste que no ibas a poder seguir tu rutina de carreras. Seguro que lo has superado y has sacado el lado bueno de esta situación para el futuro. Para no desfallecer, debes aprender a mantener la rutina de carrera.
No pierdas el hábito
Si estabas preparándote para una gran carrera, este puede ser un buen momento para rebajar el volumen y la intensidad de tus entrenamientos y cambiar el foco, pero eso no significa parar de golpe: mantener algunos de los hábitos de carrera te ayudará a no perder lo que ya habías ganado durante los entrenamientos anteriores. Mantener la regularidad de entrenamiento puede ser complicado si no tienes un evento futuro que te motive. Normalmente los hábitos se mantienen gracias a estímulos externos (como un recordatorio de competición) y si estos estímulos se desvanecen, también puede hacerlo el hábito.
Una solución es reconocer otros detonantes que puedan ayudarte a mantenerlos. Puedes salir a correr a la hora de siempre (un estímulo), aunque salgas menos rato. Si te pones la ropa de hacer deporte nada más levantarte (otro estímulo) y dejas las zapatillas en la puerta (otro), te será más fácil seguir el plan.
Tener planes de entrenamiento para superar retos también te puede ayudar a no perder el ritmo. Puedes pensar en este plan como si tuviera condiciones: hay que plantearse una situación y cómo responderás a ello. Si ves que no tienes motivación para salir a correr en solitario, piensa un plan que diga: “Si no quiero correr, lo decidiré solo cuando me haya puesto las zapatillas y esté en la calle”, y de esta manera puede que acabes corriendo. Una vez que nos hemos puesto en marcha es más probable que acabemos lo que hemos empezado, así que aquí te dejamos algunas estrategias para que volver a correr no se te haga cuesta arriba.
Desconecta
Es seguro salir a correr por el parque o por cualquier entorno en la naturaleza, y hacerlo puede mejorar tu experiencia de correr sin compañía. El running, en general, puede ser una buena manera de mejorar tu salud mental, pero en los últimos estudios publicados se ha demostrado que hacerlo en la naturaleza ayuda a reducir el estrés y las preocupaciones, además de que nos pone de buen humor. Centrarnos en el entorno que nos rodea y en sus sonidos hace que correr sea más placentero y lo disfrutemos más, ya que nuestra atención se aleja de las molestias que podrías sentir.
Si no puedes escapar de la ciudad, escuchar música puede ser una buena manera de entrenar en soledad. Cuando te pongas a hacer la lista de reproducción, elige canciones que te motiven y melodías que tengan la cadencia de tus carreras. Si normalmente sales a correr con alguien, los podcast son perfectos para que desconectes, y puede que hasta aprendas algo útil que no sabías.
Corre como los profesionales
Prueba a fijarte en la tensión de los músculos o la cara y usa esas sensaciones como una señal para relajar las manos y los brazos, o para sonreír. Ya verás cómo haces que mejore tu economía de carrera.
De la misma manera, si te fijas regularmente en tu respiración, mejorarás tu ritmo. Uno de los errores más grandes que cometen
los corredores es empezar las carreras con mucha intensidad. Fijarte en cómo te sientes puede ser de ayuda a la hora de evitar esto: si te das cuenta de que estás respirando muy fuerte, es señal de que tienes que bajar la velocidad. Esta habilidad de equilibrar el ritmo te preparará para las carreras.
Además, también puede ser un entretenimiento durante la tirada: intenta correr un kilómetro a un ritmo concreto (5,5 min/km, por ejemplo) y mira el reloj cuando hayas hecho el kilómetro. ¿Te has acercado a ese ritmo? Repetir esta estrategia hará que completes la distancia que tenías pensada y te ayudará a saber qué diferencia hay entre cada ritmo para que, en la próxima carrera, puedas evitar empezar muy fuerte.
Olvidar el reloj ayuda a reconectar con las buenas sensaciones de correr. Tras un periodo de entrenamiento intenso con la mente puesta en una determinada carrera, practicar sin límites de tiempo o distancia puede ser liberador.
Céntrate: háblate como los profesionales
Otra cuestión de salud mental que puede que no te hayas planteado cuando has salido a correr con otros es el diálogo interno. En ocasiones, cuando correr se hace difícil, como cuando llegas al km 21 en una maratón, los pensamientos que pasan por nuestra cabeza se vuelven negativos y puede que, al correr sin compañía, te repitas todo el rato frases tipo: “¿Por qué hago esto?”. Pero aprender a lidiar con la incomodidad que desencadenan estos pensamientos es importante.
Hay estudios en los que se muestra que repetirse frases como: “Tú puedes” ayuda a que la carrera sea más fácil, genera confianza en uno mismo y te ayuda a atravesar momentos difíciles. Cambiar la forma en que te hablas lleva tiempo, y tus momentos a solas pueden ser una buena ocasión para probar. Aquí tienes cuatro pasos a seguir.
Identifica qué tipo de pensamientos pasan por tu cabeza cuando la cosa se pone difícil.
Haz una lista de frases motivacionales que contrarresten esos pensamientos.
Practica a decirte estas frases y quédate con las que más te gusten.
Piensa en qué momentos podrías necesitar escucharlas en el futuro.
PASO 1 paso 2 paso 3 paso 4 Piensa, habla e imagina
Mantener el compromiso de correr puede ser difícil. Ponerse metas que inspiren, como hacer un tiempo concreto, te centrará. Imaginarse a uno mismo en la salida o cruzando la meta puede hacer que nos comprometamos más y tengamos más motivación. También puedes visualizar cómo vas a superar los momentos difíciles de la carrera con las técnicas que te acabamos de dar. Las estrategias de desconexión, de mejorar el ritmo y de aprender a relajarse o a hablarse a uno mismo, pueden hacer que correr en solitario sea más fácil.